Tuesday, November 15, 2005

Martes Podrido, 15 de Noviembre.

En el bus dan las 7:30 de la noche. Lo has cogido luego de que te sacan cordialmente del bar en el que te encontrabas. Tomas el bus y le preguntas al conductor cuánto cuesta el pasaje, ya que has volteado a ver y en ningún lado dice lo que debes pagar. El conductor tampoco te responde. Parece que el precio es un tabú en este bus nocturno. Así que piensas qué carajo, igual tienes un billete de dos mil pesos y da lo mismo lo que cueste, no costará más de 1.200 pesos. Costó 1.000 pesos. Antes de tomar asiento ajustas tus audífonos, se encuentran enfermos terminales pero prefieres pensar otras cosas. Escuchas Placebo. Tomas asiento y te olvidas del mundo por un rato. Tu cabeza divaga en longitudes extranjeras. Al frente tuyo dos hombres maduros y discretos. Atrás tuyo un típico muchacho de chapinero: típicos sueños de noches entradas en marihuana y frío. Trascurre el tiempo como la nostalgia en tu cuerpo. El bus vuela fácilmente las calles por una noche callada de tranquilidad homicida en los sucios pensamientos de los locales. Sientes miedo, miedo de caer bajo el precipicio al que algún día te llevaron estas calles tóxicas. Pasas por la que fue tu anterior morada en tu anterior vida y sientes algo de aprehensión en tu pecho descompuesto. Pensamientos que te invaden a través de asociaciones espaciales de un tiempo que ya no te corresponde. Uno de los hombres maduros, el que contaba con canas, se voltea y te mira cómplice. Le haces saber que por ti no hay ningún problema. Haces sonar Ocean de Sebadoh. El hombre canoso pasa su brazo por encima del otro señor. Se ven lindos. Una escena de amor en un bus protagonizada por dos cariñosos hombres maduros en un traste de bus melancólico que recorre las calles como la sangre que hierve recorre tus ojos a punto de estallar, siempre a punto. Esta tristeza que no da rienda. Se suben tres jóvenes. Los dos chicos son horribles y la chica es hermosa, es dueña de una hermosura que te parece imposible. Te voltea a ver, por pura curiosidad tonta y sientes que no puedes con el peso de su mirada. She's in parties de Bauhaus. El hombre maduro sin canas se levanta y deja lleno de un peso demoledor al hombre de canas, quien te voltea a ver con ganas de compartir su pena contigo, pero tú estás ausente, más ausente que jamás. La chica se levanta y se despide. Los chicos con cara de estupefacción idiota te voltean a ver con ganas de compartir su pena contigo, pero tú estás ausente. Te miran con extrañeza desde sus puestos quebrados. No aguantas las ganas y te inyectas en los ojos las lágrimas que tu cuerpo no puede producir. Es un llanto artificial, completamente plástico y recreado. Pero FUCK LA PUTA NATURALEZA DE MIERDA. Te cagas en esa naturaleza, en ese nuevo Dios de lo natural que todo lo que te ha causado son imperfecciones y dolor: el dolor más profundo, la vida. Ya la naturaleza te ha desposeído hasta de tu último recurso: el llanto. Qué haces.. retas a Dios, te le cagas en la cara. La única vez que le rezaste con convicción te negó la respuesta y dejó al hombre actuar a su antojo sobre tu endeble cuerpo infantil. Deus NO EX machina.

i wish i was half electronic the last shreds of skin are in the sweet sunlight and i've turned into this smiling, snarling monster as i watch the walls descend as i watch the walls descend like stars

Un fuerte llanto va por la carrera séptima a 40 km por hora cayendo a pedazos. Te bajas deshecho cerca a tu casa. No puedes con esa depresión que te tiene hasta las cachas. Ahora resulta que I Ain't got the power anymore. Tu cara reluce de desazón. La gente que pasa te ve con horror, como si ellos nunca hubieran forzado un llanto, inventado una risa, fingido un orgasmo. I'm sinking in the quicksand of my thought. La luna está llena, el cielo está claro. Por qué las luces pasan? Por qué aún te mantienes erguido? Te metes por los callejones más oscuros y peligrosos de tu barrio. Nunca pasa nada pero todo puede cambiar. Llegas hasta Mc Donald's dispuesto a arremeter contra algún niño estúpido de risa gigante. Contra lo único que arremetes es contra una Big Mac. Vas hasta el baño y ves que estás muy feo. Que te provocas náuseas a ti mismo. No soportas el color de tus ojos, ni de tu piel grisácea y no soportas la idea que tras tu piel haya colándose un putrefacto río de sangre. Pasas los puentes y quisieras que alguien te detuviera. Quisieras encontrarte a una prostituta que lo brinde gratis o un vampiro que te desaloje de la conciencia. Nada de eso consigues. Ahora tu cuerpo está lleno de comida chatarra y te sientes morir en una pesadilla infantil. Llegas a casa y fin del día. Tus ojos arden y te obligan a acostarte muy temprano. No sueñas. Has muerto y no te has dado cuenta.

1 comment:

Otro maldito día de frustraciones de loco said...

Placebo es vacano.
Este post está muy vacano.
Ver de esa forma la interacción en un bus nocturno también me parece muy vacano.
Creer en Dios es aceptar ser débil, confiar en él es estar desesperado.
En algún lado leí: el mundo ya se acabó, pero no nos dimos cuenta.
Por lo menos tienes el consuelo de escribir, que a la hora de la verdad no es mucho, pero es algo.