Sunday, November 30, 2008

nada malo, todo muy rico.

A todos nos matan en vida antes de rematarnos. Ella me contó la historia de aquel director de cine que empezó en la industria del porno y tras su primera película se sintió tan asqueado que no pudo volver a tener sexo por un período de tres meses aproximado. La consigna del sexo y rock and roll evidentemente no fue expresada por ningún seguidor del género humano; lo curioso es que en quienes primero caló tal ideilla fue en las mujeres, las cuales sintieron una liberación de hacer su grotesca libación un "estilo de vida". Uno como hombre quiere romper bajo la premisa romántica de lo imposible, la inaprehensible alternativa de retornar al sosiego del útero materno desde las circunstancias crudas que ofrece el mundo externo. Romper, en el caso de las mujeres, se asimila desde lo sórdido; perfecta excusa para "volverse mierda", abrir las piernas a cualquier extraño que abiertamente se proponga ejecutar el crimen que se le imputa gravemente al novio: usarlas para la satisfacción de sus perversiones. Al novio en cambio se le pide atención, permanencia, comprensión, sobriedad. El complejo de Electra describía esta necesidad femenina como la expresión más clara del temor hacia el abandono del padre que sufren en una determinada edad todas las niñas. Claro está, las mujeres tienen el complejo de Electra dirigido específicamente hacia la figura del cónyuge que en nada es igual a la figura del amante con la cual descargan todas las perversiones de Electra. Hay dos clases de hombres, los novios y los penes. Al novio se le debe desmontar todo comportamiento de dominación e invasión; se le debe hacer una mejor amiga, una linda poltrona en la cual descargar todos los gases del recto y a la vez servir de vitrina a la cual poder exponer a las opiniones absolutamente estúpidas de las otras amigas. El amante es la figura del Dionisio reencontrado en las tinieblas del despecho. Por lo general de sonrisa tan abundante como su estupidez; brillo de ojos de un pobre diablo, mas diablo o sea malo; pelo que de alguna manera justifique hablar del pelo del amante: era calvo, era mechudo, era rubio, tenía un mechón encantador. No hay razón de amante si no es para confesarlo como un delicioso pecado a la amiga. A la clásica cualquiera le genera un miedo imposible intentar evadir la realidad del dolor de la pérdida de su novio-desmontadocomohombre- sin la necesidad de analgésicos, y entre más prohibido sea el sedante más irresistible se presenta. Todas detestan a las exnovias, las ven como mujeres patéticas y sin dignidad, pero en cuanto ellas sufren el remezón de no ser las que se sirven de él como una yegua vieja a la cual golpear por su cuenta actúan peor que cualquier marica que grite en la calle: sólo quiero la candidez de su verga en mi boca. Un pobre guevón sin cerebro anda por ahí vagabundeando con su amigo que es peor de idiota y trata de sorprenderlo expresando toda la admiración que siente por los misántropos sabandijas. Se cree salido del discurso más marginal de la ciudad, de la garganta del infierno de nuestros días, ignora el pobre guevón que es el altar que le han levantado los medios de comunicación, la publicidad, el cineasco, la moda de la música, y por ende lo menos marginal, lo más legítimo que hay en las pantallas de la miseria humana. Un misántropo te deja de parecer hermoso en cuanto te toca el culo, y tienes armas para responder? Sencillamente el abismo de la vacuidad mental que te han sellado desde lo menos profundo de la sociedad humana. Lo mismo aplica para los gilipollas de izquierda, quienes aspiran desde el "estigma" de lo satánico cambiar el rumbo de la sociedad con total ignorancia de que el diablo se ha vuelto tan mohoso como cristo y que sus gobiernos son tan interesantes y alternativos como el "frente nacional". El discurso del sexo y rock and roll es tan interesante como las campañas contra el hambre de Kellogs y realmente tan efectivo como tal. Creado por un proxeneta de mala categoría, cuarteado por su séquito de prostitutas, se ha incorporado tanto a la estupidez de las vidas diarias que ha terminado por derrumbar toda un sistema de pensamiento basado en la moralidad, la dignidad, el respeto y la fidelidad. Hablar de moralidad ahora resulta más repulsivo que hablar de un hombre que se traga los pedos de su compadre para soplarlos ante un acantilado de cucarachas secas. Por eso hablaré más de moralidad y menos de compadres que se soplan los pedos a la boca. Una cosa hay que admitir y es que ya nadie es tan tonto para morir de amor, sencillamente es mejor morir de una enfermedad urinaria o de un aburrimiento espantoso los domingos. En el momento en que decides dejar de creer en las personas te cargas a la espalda un peso insoportable: la cruz de Cristo, el mundo de Atlas, no son sino el peso de la conciencia de la malaconciencia de los seres humanos. En cambio la ingenuidad es leve, leve como una mariposa idiota que se choca ante un cableado eléctrico, pero es real y es liberadora. La ingenuidad es reveladora. Desearías volver a ser ingenuo, volver a creer en las personas. Sería volver a empezar a hacer el amor y olvidar todas las cintas pornográficas que corroen tu cerebro. Naturalmente es imposible, sólo es bello ver desde lo alto de la montaña todo ese horizonte que jamás te perteneció.

Saturday, November 22, 2008

putas y salchichones (riiiimeik)

sin ánimo belicoso, una nueva aproximación al "incendiario" artículo publicado en el coolpensante
El artículo se puede consultar acá:
LIBROS Y SALCHICHAS

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Por: Alelado Pelele*


Yo era un huelebraguetas sin licencia
Joaquin "cógemeelculo" Sabina

¿Qué hacen los burdeles cuando los follaputas no asisten? ¿Y qué hacen los intelectuales si los lupanares cierran? La cuestión no merece tantas risas como lágrimas.

Como consumidor habitual de prostitutas acostumbro a follar donde me entren las ganas. Si estoy en el centro, me voy echando arcadas a donde las enrejadas y por poco dinero me la hago chupar; en chapinero siempre puedo contar con una discreta casa de puertas a medio abrir y desde allí me deslizo a un nuevo espacio donde las mujeres devienen golosas colegialas; en el norte, las putas son un poco más arrogantes pero a la final también por poco puedes correrte dentro de sus entrañas. Nunca antes en mi cruzada de consumista de la carne había tenido tan variada oferta junto las posibilidades siempre tan infinitas - y uso el término para no decirme Borgiano que suena feo- de maneras de joder; con látigo, salchichones e incluso enanas que te laman el trasero mientras penetras por el ano a un perro fino tipo San Bernardo.

Por motivos que me resultan ajenos me enteré del cierre de tres locales que marcaron un hito en el mundo de los follaputas en Bogotá. La reacción de los poetas de quinta, como estudiantes de literatura y escritores de prosa urbana no se hizo esperar. Ahora los ves con sus gruesos tomos de Boccaccio justo encima de sus braguetas, sus gestos cada vez más acuciosos - pues a la hora de pagar una puta no hay como un lugar que sea del todo familiar-, sus borracheras cada vez más penosas: ahora ya no hay bolsillo para ser cínico, no señores, no queda más remedio que el amor porque el sexo fácil cada vez se vuelve en una alternativa más remota para el pobre tragapolvo que disfraza sus noches de amargura en paisajes de la Austria del siglo XIX con los cuales consolar el corazón y la inquieta polla diminuta. Se borraba para siempre un pasado lleno de gemidos, papelitos con dedicaciones a las amantes pagas, una que otra reivindicación por ser un indeseable.

No estoy seguro si el cierre de un puteadero sea más esencial que el cierre de un juzgado, una notaría o una cigarrería donde venden salchichones cerveceros. Tampoco si la tragedia de una sociedad comercial sea vender "bienes culturales" en lugar de edictos. Sí puedo decir que a mí me afecta como visitador exiguo de este tipo de negocios.

De los puteaderos que cerraron sólo visitaba asiduamente uno, Bagdad, ubicado en la calle 60 con caracas, lugar donde también quedaban otros establecimientos de ese tipo como Los baños turcos, el mojadito, la llave trasera y la canita en el cañito. Respeto mucho a esos defensores de ultranza que alegan haber pasado horas allí, bailando junto las cader
as de una morena borracha -interrumpiendo de esta manera su striptease-, recitando poemas a una de sus ancianas putas e incluso fumando sustancias ilegales.

Las otras dos también las conocía, por supuesto, Bar la Ilusión y La peluca rubia traviesa. Verdaderas sinagogas de la fornicación y las enfermedades venéreas. A pesar de ser sólo puteaderos tan comunes y corrientes como cualquier otro donde puedas pagar una puta; y a pesar de que las putas fueran tan comunes y corrientes como cualquier otra puta de un lugar como estos, las historias remontan vagas pugnas en las que el honor de una
marica se disputaba o una cualquiera le rompía la cara a uno de sus amados al verlo con otra común y corriente; también se acostumbraban a ver meseras embarazadas que galanteaban con extraños jesucristos palidecidos y llenos de hambre que querían llorar a la entrada de este tipo de sitios pero sólo se derrumbaban en silencios que más que monumentos eran montañas ennegrecidas al final de un viejo camino que no prometía nada.

Pongámonos serios, es imperativo, casi categórico, que las críticas por la
"carencia de estrechez" en los coños de las prostitutas sea un "pan de cada día" en estos neceseres del mercadeo sexual y el intercambio de los placeres. Como autoridad en el tema de las prostitutas aconsejo observar cuidadosamente a aquellos ejemplares que tengan la cintura más pequeña, el culo más apretado y la mirada más perezosa. Porque hablando de burdeles he encontrado que el círculo intelectual no es precisamente el más entendido en estos altos temas del hacer el toque toque soviético sin la necesidad de librar una verdadera "guerra fría" en la cama.



*Alelado Pelele es abogado penalista de una Universidad del centro de la ciudad y trabaja como Funcionario Público. Además es socio honorario de varios prostibulos y asesora jovenes poetas a la hora del oficio de la escritura de poemas de amor. Tiene un blog llamado inmundochacal.




Thursday, November 20, 2008

Extractos de insignificancias

Por el parque nacional, era viernes, pasadas las 10 pm. Dos hombres sentados en la parte superior de un banco, poniendo los pies en el lugar para las posaderas. Miran los carros que van por la avenida. Voy pasando y por un rato me miran. Sigo derecho hasta la Universidad Javeriana. Bajo por el puente. No recuerdo nada. Sigo caminando y llego hasta los parques donde quedan algunos bares. Una muchacha en camiseta, sin chaqueta, habla excitada por su teléfono celular. Sigo derecho por una vieja calle de poco tránsito. De aquella calle recuerdo la vez que en casa de una amiga de Sa. salimos y fuimos justo hasta esa calle, donde prendimos una pipa y fumamos marihuana; aquella noche la marihuana me sentó mal y perdí la memoria de muchas partes; un último flash: le pedía a la dueña me acostara en algún lado; segundo flash: me levanto y voy caminando hasta el transmilenio junto Sa. Bajo por otra calle hasta la carrera 13. Los buses van ronroneando las melodías tristes de sus adormecidos pasajeros. Un grupo de jóvenes pasa a mi lado, intentan ser felices a toda... como se diga. Ellos no me generan lástima, son como una sombra cuando existe sol. Entro a un bar que se llama Bonnie & Clyde. Allí retumba el sonido de un reggae de todas formas... como se diga, en todos casos, negativo, malo, asqueroso. Mucho baile, mucha agitación, mucho toqueteo. No me interesa. Estoy anciano y muerto. Muerto de lo puro viejo. La muerte es una aparición. Bajo hasta la caracas y allí veo pasar los desarticulados de los transmilenios. Las luces rojas que se dirigen a una dirección, ya sea al norte, o al sur, que rompen con su disonante tono la opacidad de la noche, ellas captan los ojos y encierran las circunvoluciones de los agotamientos que nos depuso el día. Esta entrada, usted cree que tuvo sentido leerla, escribirla, expresarla, publicarla?

Chupar un coño. Para algunos hombres un oficio lamentable. Para otros un detalle de los amantes. Otro dirá que un gusto personal. Me dirá ud en la calle que eso no vale la pena pensarlo. Otro, mucho más categórico, dirá que es enteramente reprochable a quien practica esta vocación. Yo diría que no vale la pena ponerse metafísico al respecto. Es decir, a veces me quedo fijamente en un video pornográfico, viendo como una polla violenta a una concha, y espero que pase algo, que suceda un evento, que se desate una trama o algo desde lo cual sujetarse. También creo que a pesar de lo explícito que pueda ser un video de este tipo nunca muestra lo suficiente. Nunca más que lo que se tiene por carne. A veces salen videos del tipo de un hombre tragando la diarrea de una dama. O una señora que se deja atravesar por la polla de un can. Un hombre que se mete un gancho en el pene y clavado a la vulva de la actriz la engancha con el fin de quedar unidos. Pero no hay lo suficiente para pensar en un aspecto puramente interno del acto sexual. Una vagina no se rompe y se desgarra de la actriz para ser desechada del mismo modo que un viejo condón reutilizado. Existe en realidad un vacío en la expresión para revelar lo impronunciable acerca de la jodienda. El problema, quiero que entiendan, no es poner al padre de la actriz lo suficientemente cerca en el campo de la acción con el fin de que cuando el perpetrador termine le salpique la esperma en la cara del señor. Esto no es una respuesta en lo absoluto. El sexo revela un vacío tan hondo en nuestra existencia que ni siquiera el vacío de nuestra época, "que lo enseña todo", puede acaparar. Todo está a la mano y a la polla; no obstante, no existe nada que agarrar ni que follar. Todo es espurio. Estamos muertos: ingerimos sobre-contenidos como cuerpos vegetales que albergan mentes muertas. Ya lo hemos visto TODO. TODO. Pero nada es lo suficientemente poderoso para estar acorde con esta evidencia. Podría proseguir pero no sería tan fuerte como vomitarlo. Vomitar cada palabra nueva en la cabeza y olvidarla. Bañarse el cuerpo y restregarse tan duro que se borre el último rastro del amante. La sangre está tan vieja que apesta a renegadas fantasmagorias. Ya uno no puede reír tampoco. Ni tomarse las cosas a la ligera. Debe ser por la conciencia alerta de la propia estupidez. Envidio al siglo XIX cuando decir una mala palabra generaba pudor. Ahora el pudor genera malas palabras y las malas palabras generan revistas y las revistas literatura y la literatura gente. No sé, en todos casos las cosas están tan irremediablemente jodidas que ya debí haberme detenido hace mucho. Me gustaría poder cantar una canción antes de irme querido auditorio, sí, puedo:
And I don't want to know about evil
Only want to know about love
I don't want to know about evil
Only want to know about love.

Sometimes it gets so hard to listen
Hard for me to use my eyes
And all around the cold is glistening
Making sure it keeps me down to size.

And I don't want to know about evil
Only want to know about love
I don't want to know one thing about evil
Only want to know about love.



I'm waiting for the planes to tumble
Waiting for the towns to fall
I'm waiting for the cities to crumble
Waiting till I see you crawl.

Yes it's getting hard to listen
Hard for us to use our eyes
Cause all around that gold is glistening
Making sure it keeps us hypnotized.

And I don't want to know about evil
I only want to know about love
I don't want to know about evil
Only want to know about love.

I don't want to know anything about evil
Only want to know about love
I don't want to know about evil
Only want to know about love.

Tuesday, November 04, 2008

visionarios

“Sigo creyendo en el futuro” Antonio Mora Vélez

“I believe in America” Don Vito Corleone – El padrino.


Fue como si en aquel Grant Park en Chicago sólo faltara la resplandeciente capa de Superman volando a través de la chispeante noche de victoria, para convencernos que Estados Unidos de América era un país que valía la pena defender y luchar por él. Una gran nación, capaz de unirse para demostrar que el sueño todavía estaba vivo.

Recuerdo hace cuatro años, cuando paseaba por aquel parque, cercano al gran lago Michigan, en el festival de Jazz más grande del mundo. Dos tarimas separadas a pocos metros y rodeadas de tiendas en las que se ofrecía cerveza y alitas de pollo. El clima de la locura se palpaba en el aire y las miradas de odio y rencor se centraban sobre tu sucia cabeza latina que no valía un peso. Luego te obligabas a mirar cabeza gacha y en los andenes sólo veías mensaje de odio y rencor, mierdas de White Trash y estúpidos neonazis que te preguntaban por qué mejor no regresabas a casa y grabados con palabras como spun y love-hate por donde quisieras dirigir la mirada.

Esta noche, dejando un lado mi obligación con la redacción del libro, me permití descansar un rato y ver el cubrimiento de medios nacionales como internacionales de las elecciones en los Estados Unidos. Entendí un poco mejor la dinámica de los resultados; por lo que ellos llaman los colegios electorales y cómo un estado representa cierto número de votos, mayor o menor que otro, y no es en realidad la elección popular como tal nosotros la entendemos.

En los medios decían que la apuesta de las elecciones de este año era simbólica. Era la elección entre la experiencia, John McCain, o la esperanza, Barack Obama. Cuando los primeros resultados aparecieron y ya era definitivo que McCain requería de un milagro para superar al candidato rival, sentenciaron: el pueblo norteamericano ha optado por la esperanza.

Quiero confesar el favoritismo que siempre me inspiró McCain. Lejos de las viejas caricaturas que simplifican las visiones del mundo, como: Republicano- Derecha extrema- WASP-Anticristo; en contraparte: Demócrata- Progresista- Liberal- Salvador. Observé en el candidato republicano una firmeza de temple, de decisión, de conciliación, de inteligencia y liderazgo que me llevaron a pensar sería el candidato a manejar una nación jodida que un payaso como George W. Bush había dejado perder.

Incluso antes de las primarias lo daba como favorito y no daba un peso por Hillary Clinton, la clásica zorra oportunista, ni por Barack Obama, que se me antojó un arrogante manipulador político. McCain era el contrapeso republicano al espectáculo bochornoso de los adversarios demócratas que no se atrevían a desprenderse del gran trasero canoso de ese pésimo personaje llamado Bill Clinton, tan idiota, despreciable y superficial como Nicolás Sarkozy.

Esta noche perdió la experiencia y ganó la esperanza. Estoy feliz porque el “I have a dream” ha vuelto a tener un sentido. La primera frase de Obama al dirigirse al público, como candidato ganador fue: quién de ustedes se atreve a decir que en USA ser lo que se quiera ser no es posible?” . Me alegra ver un candidato joven, entusiasta, soñador, luchador y orgulloso de su condición negra. Me alegra que sólo hace 47 años, cuando el presidente Obama nacía, se permitió el acceso al voto de la población negra y hoy, tan poco tiempo después, sea un negro el presidente de los Estados Unidos.

Pero quiero presentar mis respetos y mi admiración a la experiencia, sin la cual no seríamos nada. En su triunfo de derrota, John McCain fue admirable. Invitó a la conciliación, al respeto por el candidato y a la aceptación de Obama como presidente de USA, elegido por la mayoría del pueblo en una votación legítima e histórica. Manifestó su orgullo por él, como por el de su pueblo, por permitir que la tierra de las oportunidades fuera más que una leyenda bonita. Así mismo se mostró dispuesto a colaborar, expresando que en más de cincuenta años le había servido al país y que esta era una nueva oportunidad para servir al que desde ahora sería su presidente.

McCain debió haber sido el presidente hoy y no Obama; sólo que su campaña de elecciones fue desafortunada y sus decisión a la hora de escoger vicepresidente fue francamente estúpida. AL dirigirse a sus seguidores, en su discurso que reconocía la derrota, dijo: “si alguno cometió un error por el cual se perdió, seguramente fui yo y no ustedes” Yo le creo y admiro su humildad, como su agradecimiento por la gente que lo siguió.

Las esperanzas hoy se actualizan. En un mundo que tambalea; en el cual los científicos más optimistas aseguran que en 30 años nos extinguiremos; en el que nuestra dimensión en el universo resulta tan sombría; es casi una obligación tomar partido por los sueños y decir: la inteligencia y la imaginación no deben perecer.

Un visionario no es aquel que mira el defecto en los otros, que reprocha los defectos de una raza o de una nación, que no se cansa de tildar al ser humano como una escoria para ponerse él mismo en una situación absurda de superioridad moral. Un visionario es aquel que ve en un mongólico que echa baba por la boca un rostro de un cristo probable que fue inmovilizado por la cruz de su condición y le besa sus resecos labios para calmar su sed de infinito; es aquel que ama la estupidez del otro porque le logra amputarse un poco el peso del pensamiento; ama el defecto del otro porque en él se reconoce y no ve sino el reproche de la existencia misma sobre sí mismo sin la necesidad de enjuiciar a los demás por estar caídos en la maldición de las leyes físicas. Un visionario es aquel que tiene la capacidad de ver a la fantasía como una enfermedad y morir de fiebre en ella, suicidándose como individuo y ardiendo para siempre como una vela inextinguible asmática.

Un visionario es aquel al que mundo se le ha deshecho y enturbiado en lágrimas no ve sino en las estrellas que lo niegan el último reducto de su felicidad. Necesitamos más científicos optimistas que literatos pesimistas baratos para salvar nuestro trasero.

Y esto no es posible sino bajo unas políticas de las ciencias consecuentes con el desarrollo de la humanidad y la vida en el transcurso de este siglo. Kurzweil ha predicho 50 nuevos cambios de paradigmas científicos para este siglo; lo cual es algo desquiciado para la historia de las ciencias si vemos que el siglo pasado fue el más agitado de toda la historia de la humanidad con 5 nuevos cambios paradigmas que estuvieron presentes.

Barack Obama tiene una seria responsabilidad de ser consecuente con el futuro de la ciencia y yo aspiro que lo logre. No podríamos pedir esto a un presidente con ánimo belicista como Bush, ni a otro con propósitos meramente políticoss, sino a uno que en realidad se comprometa con propósitos sociales, educativos y científicos.

Hace 4 años estaba en un parque marcado por el odio. Un hombre de Israel me dice detrás de un almacén: sobreviste un día de Chicago, eres un héroe nacional. El clima era de intolerancia racial, locuras de pandillas, tiroteos todas las noches. Negros contra blancos y blancos contra negros, en la mitad los estúpidos latinos y de lado los insignificantes asiáticos.

Hoy veo en la televisión una diversidad fuerte, unida, esperanzada. Primer plano a la cara de Oprah envuelta en lágrimas: esta negra es más poderosa que Rockefeller, porque tiene lo que él no tiene, la gente. Los blancos lloraban junto a los negros y los hispanos levantaban sus brazos en señal de que ellos también existían, así fuera como raza para odiar.

Hace cuatro años, en medio de este clima loco de odio y miedo, entré a una tienda de guitarras Gibson, cerré los ojos y me sentí en América mientras palpaba la perfección de la técnica y el diseño de esta maravillosa creación estadounidense por excelencia.