Tuesday, December 23, 2008

diccionario hueco

Siguiendo el ejercicio elaborado por Elsy Rosas Crespo en el post Diccionario de su blog Ensayista, y acorde con esta temporada de reflexión etílica e introspección indulgente, me dispongo a hacer mi propia versión del ejercicio.


A

A: Un grupo de rock insignificante que tuvo como único hit una canción llamada Nothing.
Adicción: Entrar a una residencia a hacer de todo menos lo que todo el mundo hace en una residencia.
Æ: Un arcaísmo muy elegante cuya pronunciación puede ser Ash, como la protagonista de la película de cyberpunk Avalón.
Aforismo: Lo contrario a una frase célebre.
Amor: Su sombra es asfixiante
Ano:
Aszeta: mi amigo mío
Axxón: una buena revista

B

Baal: Una voz que se debe omitir
Belleza: Estrellas que existen sin enterarse de tu llanto
Boca: La extensión defecante del ano.


C

Canto: recuerdo de un alivio abandonado en los primeros tiempos
Corazón: un vaho sin cuerpo que fracasa en el otro
Cristalizarse: es fragmentarse

CH

Chapinero: la mayor caterva de farsantes presumidos, ignorantes e insignificantes del cagadero bogotano.
Chacal: Tan diletantemente infértil como el sarcasmo.blogspot.com... pero sin sarcasmo.

D

Desgracia: ser feo, pobre y tonto.
Dominga: el primer día de la destrucción.
Divinidad: Una niña negra que llora porque ha perdido el limón que debía vender esa noche.

E

Estebana: mi mejor amiga y mi amor infinito.
Ectoplasma: la materia de los hombres.
Elvira: mi patético yo plástico.
Enigma: en los últimos dos años, mi música favorita
Extraterrestres: desadaptados en el mundo.

F

Fracaso: la universidad que te descubre
Facebook: es para idiotas, por eso tengo cuenta allí.
Fetiches: la banda de mi amigo a cuyos conciertos voy, así sea el único en asistir junto a su novia y su mejor amigo.

G

Gay: Respetar si no es para propósitos hipócritamente popstars, ni se confunde con ser gótico.
Guarro: No importa cuán guarro seas siempre habrá alguien más guarro que tú

H

Húmeda: lo más cercano al amor que te puede manifestar una chica
Humanidad: insoportable
Humanismo: ignorancia empacada al vacío

I

Irreverente: tenía sentido serlo aún en el siglo XVIII
Imaginación: la cara inteligente de la razón
Imitador: por lo general tiene más éxito que a quien imita

J

Jocoso: fastidioso
Jodido: desesperación que te postra en el lecho de cama alguna veces, finalmente en el lecho de muerte; también en el lecho marino; y también en el lecho marital.

K

Kids: la primera película que me vi de Larry Clark, en el 96.
K Dick, Philip: Añadió los delirios inhumanos a la ciencia ficción.
Kunst: corromperse concientemente.

L

Lujuria: Mantenerla tan discreta como las otras necesidades groseras del cuerpo humano (defecar, sonarse, cortarse las uñas)
Lección: jamás molestarse en decir ni escuchar una lección; la experiencia es la única lección.
Literatura: Fosa común abierta en que los chulos se agasajan relamiendo los restos disecados.

M

McCarthy, Cormac: Escribe para personas no para lectores
Mesura: ofrecer el agujero del culo a tu atacante.
Maravilla: estar vivos aún
Mendicante: tener una sonrisa para todo el mundo
Mágico: el amor

N

Norman Mailer: por fin se murió ese viejo (quiero ser como él cuando anciano)
Navidad: es para vivir la pobreza juntos y estar felices de estar ahí, acompañándonos, repletos de amor el uno por el otro.

O

Ogro: los profesores de escuela
Ostracismo: ser católico y conservador
Oración: al Arcángel San Miguel.

P

Prostitución: es penosa la que no es conciente; no la que se hace de manera honesta, directa, desprovista de eufemismos (ej: liberalidad, arte, política, experimentación, universidad, alcohol).
Prisión: Colombia es prisión
Prístino: una palabra ridícula

Q

Querer: sufrir
Quark: violencia subatómica
Quásar: antes considerados como agujeros blancos causaron gran desilusión; aún no se han descubierto los agujeros blancos propuestos por Einstein, los cuales podrían ser generadores potenciales de universos. Sin embargo la onda destructiva del Quásar comprueba que tras un gran desastre se desarrolla una gran belleza.

R

Rockola: después de agotar todas las canciones conocidas, agotar las desconocidas.
Roger Revision: la vida vegetal persevera
Ruinas: la saliva de las amantes que perduraron en la piel rechazada
Subvalorado:
Agotado:
Despreciado:
Cuestionado hasta la última consecuencia

S

T

U

V

X

Y

Ybone: una gran compañía este año, mi prima.

X

Y

Z

Sunday, December 14, 2008

Cómo crear personajes odiosos (caso Dr House) según Dylan Thomas





Hasta ese contrato, nunca había pensado Cribbe en escribir una novela. Pero sin desanimarse ante el hecho de no saber distinguir a la gente - el mundo es para él una amorfa masa indiferenciada, con la excepción de algunas celebridades y de sus jefes en el departamento, pues nada de lo que pueda decir o hacer la gente le interesa si no se relaciona con su carrera literaria-, no desanimándose tampoco lo limitado de su invención, comparable a la de una ardilla o una rueda de molino, se sienta en una silla, se remanga la camisa, se afloja el cuello, aprieta bien la pipa y se pone a estudiar fervorosamente la mejor manera de alcanzar un éxito comercial sin tener talento alguno. Pronto llega a la conclusión de que las ventas rápidas y las famas efímeras sólo llegan de la mano de novelas con títulos fuertes como Dispuesto a todo o Los dados de la muerte, de novelas proletarias que tratan de la conversión al materialismo dialéctico de chicos de la calle, con títulos del tipo de Lluvia roja para ti, Alf, o de novelas como Melodía en Jauja, con un oscuro protagonista ligeramente cojo llamado Dirk Conway y la historia de su amor con dos mujeres, la lasciva Ursula Mountclare y la pequeña y tímida Fay Waters. Y en seguida descubre, en las orgullosas revistas de circulación mensual, que las ventas menos importantes resultarán de novelas como El zodíaco interior, de G. H. Bidet, despiadado análisis de los conflictos ideológicos que surgen entre Philip Armour, físico impotente de fama internacional, Tristram Wolf, escultor bisexual, y la virginal, exótica y dinámica esposa de Philip, Titania, profesora de Economía de los Balcanes, y estudio de cómo personajes tan altamente sensibilizados -con el perfume de la era postsartriana- se relacionan mientras comparten un trabajo por el bien de la Existencia, en una clínica de la Unesco.

Dylan Thomas, en El visitante y otras historias. Club Bruguera. 1981: 145-146
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Sobre el no saber distinguir a la gente ya Blaise Pascal se había referido en estos términos:

DISCERNIMIENTO DE LOS ESPÍRITUS

17. A medida que se tiene más espíritu se ve que hay más hombres originales. Las gentes comunes no encuentran diferencia entre los hombres.

Blaise Pascal, en Pensamientos. Ed. Sarpe. 1984: 33

Thursday, December 11, 2008

Danilo ha muerto



No conocí su filosofía, sé que fue de los primeros filósofos en Colombia, uno de los primeros en crear las escuelas de filosofía de la Universidad Nacional y de los Andes. Pero mi visión de Danilo Cruz Vélez no fue la del filósofo respetado por la academia y la llamada vida cultural del país.

A Danilo Cruz Vélez lo conocí en julio de este año cuando ingresé al pabellón de psiquiatria general en la Clínica Monserrat. Al principio no sabía quién era, no era sino otro de los muchachos bien acompañado de unas voluptuosas enfermeras que le daban de comer en la boca y le limpiaban los restos de la ropa. Luego, en una actividad de terapia ocupacional me senté a su lado y vi, con amargura, cómo a pesar de su cuerpo reumático y su poca movilidad ponía mucho más empeño y entusiasmo en elaborar las trenzas de papel que lo que yo podía, casi siempre dejando la tarea sin terminar para indignación de Patricia, la terapista a la cual ya yo había conocido cuatro años en circunstacias similares.

Este hombre, nacido en Caldas, aún a pesar de sus dientes rigurosamente asentados en los cauces de sus labios debido a la edad seguía despertando las pasiones de las mujeres. Recuerdo así mismo como doña Rita Strauch se apoyaba en su mano y esto generaba la risa de las enfermeras, las cuales le decían a doña Rita: "uy doña Rita cómo es de lanzada". Un hombre cautivante y encantador, aún en las penumbras del alzheimer que ambos sufrían, podía imaginarlo en sus años mozos, con su pelo bien engominado hacia atrás y su conversación intelectual conquistando los corazones de las bogotanas de medio siglo atrás.

A la hora del almuerzo su respuesta ante todos los platillos era un categórico "muy delicioso" o "muy bueno" para alegría del personal de comidas y las mismas enfermeras que se complacían de lo fácil que resultaba alimentar al paciente. Después de la hora del almuerzo iba hacia el jardin en el cual tomaba el sol junto su amigo Luis y con un radio de pilas empezaban a escuchar música. A veces, los domingos, se reunía con ellos doña Rita y entonces las enfermeras ponían rancheras que todos cantaban, como niños abandonados, mientras el sol calentaba sus cabezas.

Algunos días se acostumbra en la clínica a hacer la reunión comunitaria, que se pretende una integración entre personal y pacientes para resolver dudas o manifestar quejas o para hablar de un tema cualquiera que permita, eso, integrar la comunidad psiquiátrica. De estas reuniones son famosas las acotaciones de don Ernesto, un hombre que lleva interno allí desde la fundación de la clínica. Incluso se ha abierto un grupo de facebook en honor a él. Don Ernesto tiene un problema en la boca que hace muy difícil la comprensión de sus palabras, pero siempre deja clara su insatisfacción personal con el estado actual del mundo. ALguna vez una residente se burló de sus palabras. Luego se burló de unas palabras que yo dije. Después me vengué y le dije frente a toda la comunidad que era una niña ingenua que no tenía derecho a burlarse de las palabras de los pacientes, que como futura psiquiatra dejaba mucho que desear y que mi problema era precisamente ese, que como Ernesto, muchas veces el problema consistía en no ser comprendido, en ser burlado, por la manera en que se dicen las cosas, pero lo que se dice jamás lo comprenderán, porque entonces se echarían a pensar y seguramente pensar les haría daño. Desde ese día me hice amigo de Ernesto, igual ya era amigo del señor Gaviria que decía ser el partner de Ernesto. Entonces nos sentábamos los tres a la mesa y discutíamos sobre el estado del mundo, que para Ernesto no era otro que el de "decadencia" y este término tan hermoso se le entendía bastante bien. Ernesto pasa las tardes leyendo a Josemaría Escrivá Balaguer y su ética en el bolsillo.

También había allí un muchacho que estaba preparando su tesis de filosofía precisamente en la discusión de la psiquiatria y la antipsiquiatria. Alguna vez en una reunión comunitaria una paciente se quejó de las pastillas que le estaban dando, que no veía el resultado después de 30 años tomándola y que se sentía igual de mal. Entonces el muchacho que estudiaba filosofía dijo un chiste que me provocó náuseas, dijo: más platón y menos prozac. Le respondí que precisamente lo bueno era más prozac y menos Platón, que Platón ya era suficiente para enloquecer el mundo. Así discutimos un cuarto de hora, él a favor de la postura de "la palabra", el psicoanalisis, el logos; yo a favor de los electrochoques, las pastillas y todos los químicos que sirvieran para espabilar el sistema nervioso. La conversación iba y venía, cada vez cada uno de nosotros sacando los argumentos más rebuscados. Lo que en principio fue una respuesta automática se empezó a acolorar más, el muchacho filósofo se cogía la cabeza cada vez que yo levantaba la mano para pedir la palabra y cuando él pedía la palabra yo empezaba a temblar como un demente. Hasta que una voz de ultramundo sacudió la sala con unas palabras que no pudieron ser más adecuadas:
- Esto es absurdoooooo

Era Danilo Cruz Vélez, quien desde una esquina había escuchado toda la discusión y ya, al igual que los demás presentes, no toleraba más bizantismos. La reacción de la sala fue de aplausos ante la contudencia de la frase de Danilo Cruz Vélez y el muchacho con el que reñía pareció relajarse y me dijo, a modo de confidencia: por eso es uno de los mejores filósofos del país. Yo también reí y no tuve más remedio que sumarme a los aplausos. El viejo siguió hablando, ya nadie lo escuchaba porque lo había dicho todo, él empezó a preguntar que dónde estaba, qué cuáles eran los distinguidos personajes que discutían y por qué decían tantas cosas absurdas.

Hoy que vi su foto en el periódico El Tiempo, anunciando su triste muerte, no le reconocí en la foto, seguro de sus años mozos. En el recuadro no mencionan nada del tiempo que estuvo interno en la Monserrat. Ya hace mucho había muerto para la mal llamada vida cultural del país. Nunca le vi visitas, pero las enfermeras me decían que lo visitaban sus parientes cada mes. Y cuando vi su recuadro, reconocí su nombre y todo el cuadro se me hizo claro una voz de ultratumba llegó hacia mí de nuevo:
- Esto es absurdoooooo

Fue la enseñanza que en lo personal me dejó Danilo Cruz Vélez. El Olimpo lo tenga en su gracia

Wednesday, December 10, 2008

Carta sin destino

Una cosa es cierta y tal es que cada vez me estoy quedando más solo. Acá en órbita espacial, a gravedad cero, el cuerpo y la mente responden de una manera sustancialmente distinta a como acostumbran en la tierra. Cuando era joven era uno de esos muchachos colgados a la música y su compañía me era tan imprescindible como el aire. Todos los momentos que consideraba fundamentales en mi vida debían tener por consiguiente un tema, una canción que justificara su grado de intensidad; en última instancia la vida dejó de ser tan relevante y sólo era un gran compilado de canciones, como un saco roto de canciones fragmentarias, inconexas, divergentes. Necesitaba escribir con música, bailar con música, amar con música, cenar con música, dormir con música: lo era todo para mí, entiendes Karlito? Sin sospechar era parte del archivo, otro conejillo de indias para la industria de la banda sonora. La idea era probar hasta qué punto una persona podía descascararse el cerebro al exponerlo a altas dosis permanentes del óxido de la música popular en cualquiera de sus acepciones. Luego, en las investigaciones de contraste, se concluyó que no sucedía el mismo fenómeno con las grandes piezas musicales llamadas clásicas, y en menor caso con la música antigua, los madrigales o las sonatas cortas para piano. Cuando pude comprobar la teoría -que de todos modos ellos ya comprendían- fui arrojado a las cloacas de la ciudad, sediento de agotar hasta la última gota de bar que encontrara a mi paso, con un craving nasal aplastante que me arrojaba hasta los escombros de las construcciones en busca de cantidades de cal para poder obstruir el olfato. En ese entonces morí para la música y tuve que vomitar oceánicas cantidades de acordes, notas, letras y atmósferas que pudieran involucrarme con los sentimientos musicales. Sucedía que era de noche, estaba encima del techo de un automóvil viejo, observando las estrellas y sentía de repente que el pecho se me dilataba y empezaba a golpearlo con fuerza, totalmente en contra mía, me arrojaba entonces con todo y yo al suelo y empezaba a luchar en contra mía, como un imbécil y apretaba las mandíbulas fuerte no fuera a proferir un ay y seguía esta batalla hasta quedar inconciente, sin más guarnición que mi propia imposibilidad de darme una certera muerte. Luego estaba en un camino destapado en una arteria rota de un pueblo ardiente y se me acercaba Alina y me decía: estás una mierda, chamo, te han engorrado el culo? El sol estaba a cuarenta grados y yo usaba esas mierdas de sacos de lana así que sudaba como un demente pero entonces le reprochaba a ella que jamás se fijara en un tipo que no fuera guapo, esa mierda de la inteligencia no contaba y finalmente tampoco yo era inteligente por tener cara de idiota. Todas las golfas del mundo saben que los guapos la pasan mejor que los feos. Sólo que no es un estado eterno y de repente a los guapos les sale barriga, calva, se llenan de hijos y problemas y están allí, sentados al frente de una tienda, observando las piernas de las morenas, recordando esos momentos de sexo que ya les son tan ajenos como a cualquiera que nunca los tuvo, con un aliciente tan pequeño que no le alcanza para volverse a recobrar. Ni siquiera mencionar qué pasa con ellas cuando las tetas pierden gravedad, los coños quedan colgando como trapos secos y la cara a fuerza de ocultar las lágrimas se agrieta. Todas las porristas baratas están destinadas a la soledad, pues al sólo desear a los chicos lindos y ganadores ignoran todo el mercado de veteranos desencantados y perdedores que quedan por explotar en las universidades y oficinas. Comencé a hacer maromas espaciales. Como consecuencia era apenas lógico que me llegaran toneladas de mierda a la casa como respuesta. Lo que se entiende como cronista del espacio. Al tomar en serio el significado de crónica comprendí que la agonía no era sólo una consecuencia material de mi insignificancia, llevaba años espesándose en las distintas esferas de la tierra. Publiqué mi vilipendiado reportaje: "Crónica de un universo terminal crónico" Instaba a la gente a dejar de reírse como una idiota, a parar los estudios en colegios y escuelas, a dejar de asistir a bailes, a no obedecer ni desobedecer a los gobiernos. Bajo la pregunta y respuesta: "Qué es lo mejor que puede hacer alguien que sabe que morirá mañana? Nada" descubría que mi artículo trascendía el ámbito de la crónica para volverse un manual del desaliento y la desidia. Yo también termino siendo una porrista barata destinado a la soledad. Como la más puta y la más boba, siempre a un lado de las fiestas. Una vez probé un artefacto que prometía "aplastarte hacia arriba". Dentro de sus múltiples bondades se ufanaban de escupirte culo arriba como sólo a los diablos les estaba permitido. Un aparato a propulsión con una seudoantimateria llamada depresión tácita. Medía tu nivel de jodidez y te llevaba a dar un paseo por las nubes hasta aplastarte la cabeza en medio de la presión atmosférica. Recuerdo que desde niño ya manifestaba este primitivo temor. Otro día que le estaba dando cachetadas a mi verga sentí un espasmo en la columna como si el líquido amniótico estuviera purgado en contra de gilipollas y pensé que el pequeño reptil estaba tomando ventaja de la situación. Alina no me volvió a hablar y supe que salía con un hombre menos guapo que yo, lo que es decir mucho, pero no me reconfortaba en absoluto ya que ella no me había brindado ni siquiera la posibilidad de enamorarla, de mostrarle el pequeño monstruo que se esconde en la coraza de la gran flema con ojos. Cuando la gente está feliz y tú estás amargado es horrible verles a la cara. Te parecen vulgares bestias que sólo quieren estrangularte. Pero cuando la gente está feliz y tú estás tan feo como esta gente algo sucede que logras entrar en onda con ellos, no obstante siempre tienes la soga en el cuello. Luego vino el globo espacial y observaba como una gran cola se desplegaba desde la tierra y en poco tiempo arrojaba a los hombres hasta más allá de la estratósfera, en una región que claramente se puede definir como extraterrestre. Lo quise probrar yo también, ya que la supuesta depresión tácita no había funcionado y sólo daba como resultado la fiambre de una horda de sujetos ridículos que antes de morir levantaban su oración a Thom Yorke y besaban sus discos fosilisados de Ok computer. La noche anterior al viaje en globo fui hasta lo de Grumos Bill y le pedí una prostituta. Cuando llegó la prostituta a mi cuarto, desenvainé mi navaja y poniéndosela al cuello le dije que hiciera su mejor representación de prostituta. Entonces se empezó a jalar el cabello y gritar y decir que no era puta, se desgarró sus vestiduras pidiendo el divorcio, afirmando que además yo era el primero de su vida y que me amaba como sólo una mujer podía amar a Cristo. Le pagué el doble de lo que correspondía, la aplaudí y la llevé a cenar a un restaurante de comidas árabe. Mientras se tragaba los kebabs con avidez le dije que me encantaban las mujeres con franqueza al comer pero las mujeres que comían mucho ya me daban asco. Pedimos una botella de whisky John Thomas y volvimos a la habitación; allí hicimos el amor borrachos y luego fui al baño a tratar de orinar pero la cistitis me lo hizo imposible, provocándome ardores imposibles, me arrojé al piso sucio del baño y luego vomité; me bañé y me acosté junto a ella, todavía tenía rastros de sudor en su espalda y se la besé. Ella me agradeció el gesto, devolviéndose suavemente, agarrándome de la barbilla y diciéndome: pequeña cucaracha duerme. Mientras ella roncaba yo sentía las lágrimas caer en mi cobija. Era la primera y última vez que estaría con ella y ya estaba de nuevo profundamente enamorado. Un defecto de carácter; no soy del tipo que busca chicas para acostarse, soy del tipo que busca chicas para enamorarse. Al otro día estaba en medio del globo del espacio. Desde las cámaras para la televisión me preguntan: unas últimas palabras para antes de su viaje señor Aguevado? Le contesto: No amigo, soy malo para improvisar y el habla no es mi talento. Sin embargo fueron las últimas palabras que el mundo conoció de mí. El cordón que estaba atado al globo no sobrevivió el dolor imposible de la atmósfera y sin un comando en cabina me condené a deambular por la eternidad en este espacio vacío tan cercano al planeta azul y sin embargo tan separado a él. Ayer encontré una lata de coca-cola flotando y recordé que tenía una novia a la que amaba con todo el corazón y solíamos sentarnos a tomar cocacola toda la tarde y mirar el atardecer como un par de idiotas. Entonces aparecía una estrella a la distancia y yo le decía: para ella estamos fritos. Ahora entiendo, Karlito, que cada vez me estoy quedando más solo.

Sunday, December 07, 2008

escalofrío

El viento áspero de este planeta te fustiga. Siento miedo. Me reencuentro con ese espantoso y viejo miedo. Solo y vulnerable ante las ventiscas que provienen de la colosal montaña que tengo como todo el paisaje con el que cuento. De esta montaña no sólo vienen las corrientes de aire, también se escuchan cantos, aullidos, voces encerradas en un ciclo fantasmal que concierne a los espacios en los que alguna vez hubo vida. Como ser humano por consiguiente posees algo hermoso, como una promesa de una risa, una simpatía por algo que nos une ante este vértigo de sentir la vida llegar a ese punto. Como cuando estás triste y te tiras del barranco. El barranco es lo suficientemente hondo y oscuro como para que te olvides de él mientras vas cayendo. De súbito te arremete un ataque de risa. Y estás allí, dentro de toda esa oscuridad y esa velocidad de la caída, riendo de puro vacío. Entonces te sientes vivo para finalmente caer y sentirte aplastado por tu propio peso. Conocí en las calles de Bogotá a un muchacho y decíamos de él: "de bruces contra el mundo" Siempre estaba dándose contra otros, con la crisma rota y un brazo yesado. Alguna vez lo encontré cerca a la universidad y tenía los labios rojos como un idiota, un ojo colombino y la nariz destrozada. Le convidé una cerveza y al son de los golpes de una canción de Schiller me confesó que la única manera en que lograba sentirse de algún modo satisfecho consigo mismo era cuando sobrevivía a una de esas zurras que tan gratuitamente se conseguía en el centro de la ciudad. "Es como cuando tú escribes, Luis. De entrada estás en desventaja, de cualquier forma siempre serás más débil que tu rival, pero el que sobrevivas a él, en tu caso el lector, es lo único que prueba cuán fuerte eres"

Monday, December 01, 2008

políticas

Por razones de cambio de administración, se ha decidido no volver a escribir sobre gente del presente. Tampoco incurrir en el error de la ofensa o el halago. Volver a la abstracción de las ideas. Nunca antes fue tan urgente la necesidad por retornar a lo críptico. Malédiction promulgará por volverse cada día un espacio más aburrido, menos claro, más personal, menos ambicioso, más cerrado y restringido con la finalidad de escapar del inoportuno. También perseguirá cada vez más una escritura menos amable, historias más lloronas, amarguras menos asimilables. La ciencia ficción volverá cada vez menos popular, más irritante, más imitadora que antes. Todo con el fin de demostrar que los espíritus que hacen circular malédiction son idiotas, ebrios y destronados. Otra sugerencia es volver a escribir diariamente, para explicar lo de journal, pero journal también es el jornal del campesino, no es publicar a diario.