Thursday, November 03, 2011

FUTUDRAMA

FUTUDRAMA*

Luis Cermeño

También me da tristeza que esta tarde
tras el sol haya ido tanto tiempo
y he ido a tu encuentro,
dentro de un siglo.

Marina Tsvietáieva


De las múltiples maneras que se proponen para pensar el futuro considero que no existe ninguna más precisa de hacerlo que a través de la noción de lo inesperado. Si queremos aún hacer sobrevivir la idea del futuro más allá de tantos futuros que nos han defraudado, lo mejor sería empezar a hacerlo esperando lo inesperado Y vale en este punto remontarse al aforismo de Heráclito de Efeso: “Si no se espera lo inesperado, no se lo hallará, dado lo inhallable y difícil de acceder que es.” 1


No resulta fortuito que, para una gran cantidad de personas2, la marcada fijación obsesiva que tenemos algunos investigadores por la idea del futuro, como un consuelo en abandonarse a lo inadvertido, sea tildada de “locura”. ¿Pero qué grieta que recorre la aridez de este desierto llamado Cultura no es tachada de aberración mental alguna vez ? Aún se tiene fe en las predicciones siempre y cuando revelen lo que siempre había sido evidente pero – tal vez por ello mismo- costaba verlo. Un desconcierto de esta magnitud ocurre en el cuento “Cosas de niños” de Theodore Sturgeon, en el que el porvenir del planeta queda en las “manos” de la nutria de mar, defraudando las esperanzas depositadas en las criaturas con inteligencia similar al hombre.


No se puede ser un apologista de lo inesperado sin entender el caos como una fractura al orden tradicional de pensamiento que da por sentado el mundo de lo real, lo presente y lo lógico como una organización – o diseño- que se presume natural. Así como en las relaciones de los humanos existen luchas subliminares que responden a intereses específicos de ciertos grupos de control sobre otros de subyugados,y que se libran como luchas por la realidad en el plano de las clases, los dogmas, el lenguaje y los mecanismos de producción; también existen guerras por el dominio de vectores esenciales del Universo como son el Tiempo y el Espacio.


En palabras del narrador de “Jefty Tiene 5 años” cuento de Harlan Ellison, la ilusión de la realidad dimensional ya ha sido desmontada anteriormente: Hume negó la existencia de un espacio absoluto en el que cada cosa tiene su lugar; Borges negó la existencia de un solo tiempo en el que todos los acontecimientos están entrelazados”. En este mismo cuento Ellison plantea el canibalismo temporal inherente a una manifestación del tiempo en la conciencia, el Presente, respecto a otra manifestación, expresada en el Pasado. Cuando una forma de tiempo devora a otra forma no sólo está anulando la conciencia de esta forma sino toda una ontología propia de la forma derrotada. Esta singular perspectiva de la Lucha de Tiempos, con su sucesiva perdida ontológica, alcanza su mejor expresión en una sentencia central del cuento de Jefty: “Pero sigo creyendo que hemos perdido una gran cantidad de cosas buenas.”


Por lo general al escritor de ciencia ficción se le exigen predicciones sobre el futuro. Esta exigencia se puede calificar la mayoría de veces como “afortunadamente ingenua”, pues muchas veces el camino de la ficción está perfilado por los contornos de la ingenuidad y en cuanto mayor grado prestemos el asombro como vehículo mejor será el recorrido por el umbral de la fantástica inteligencia creadora. Como escritor de ciencia ficción, y volviendo a la sentencia de Ellison, tiendo a pensar constantemente que estamos a punto de perder una gran cantidad de cosas buenas hacia adelante cuando nuestras miras no van más allá de lo esperado hacia lo inesperado y dejamos a la dimensión del presente devorar las formas de los futuros inimaginables.


Escribir sobre el futuro necesariamente atenta la noción de Futuro como unívoco, determinado y sagrado; al contrario, escribir prospectivas engendra visiones múltiples, complejas y desde la diferencia. Desde mi experiencia en la ciencia ficción y mis renegadas investigaciones en el tema considero que es necesario que pensemos sobre los futuros muertos (como retrofuturos, ucronías, futuros de otras líneas temporales tipo Steampunk); en las tecnologías imposibles -Los escritores de la ciencia ficción “nueva era” como Philip k. Dick y Thomas Disch, quienes aventuraban especulaciones de increíbles drogas de afectación en la realidad y canales de comunicación espiritual, se han estimado en estos últimos años como los mejores anticipadores de esta época-; en la piratería del futuro como herramienta para desarticular las zonas hegemónicas del discurso del futuro que reclaman los grupos de control con intereses económicos y políticos ( En este sentido la importancia del concepto “Control” empleado por William Burroughs para describir la sociedad y posteriormente referido por filósofos como Foucault y Deleuze); los contextos alternos, como la matriz cultural desde la que nuestros relatos futuristas se originan y determinan el valor de consumo, uso y práctica de este futuro para nuestras sociedades.


¿Cómo quieres un futuro diferente si no estás dispuesto a que caigan los esquemas tradicionales y esto necesariamente traduce: incomodidad?


Vivimos en el futuro, nos dicen y decimos, mientras vemos la televisión sintiendo la flacidez de nuestros órganos sexuales; rara vez una serie de 30 imágenes por segundo nos excita y como adictos de la sensación añoramos poder terminar pronto en un orgasmo que nos lleve de vuelta a la cama a seguir-querer-muriendo. Manchados los pantalones de semen miramos a las estrellas contando los años luz que nos separan y lo inesperado se instaura en nuestros labios que apenas perfilan un bostezo que quieren olvidar la noche así como los espacios vacíos que jamás percibimos en la pantalla del televisor.

Nuestros conceptos de pasado, presente y futuro necesitan ser revisados, cada vez más. Así como el pasado mismo – en un plano social y psicológico – fue una victima de Hiroshima y la era nuclear, así a su vez el futuro está dejando de existir, devorado por un presente insaciable. Hemos anexado el mañana al hoy, lo hemos reducido a una mera alternativa entre otras que nos ofrecen ahora. Las opciones proliferan a nuestro alrededor. Vivimos en un mundo casi infantil en donde todo deseo, cualquier posibilidad, trátese de estilos de vida, viajes, identidades sexuales, puede ser satisfecho en seguida.” 3


No experimentamos con el futuro: somos la carne amorfa sobre su mesa de disección. Todos estos años en que creímos estar solos bajo el frío de la blanca luz enceguecedora al interior de los laboratorios asépticos, cuando sentíamos atravesar en nuestra carne, en un estado de ensoñación, el escalpelo de los mitos de lo que nos esperaba, como pacientes perturbados embebidos por sus propias drogas y figuraciones terribles de lo nunca acontecido transformando nuestra existencia sobre la sordina de un grito de monstruo cavernario. Mil imágenes repetidas de las bocas de Francis Bacon y los terribles padecimientos del psicoanalista que fenecía de cáncer en la boca.


Como nos lo dejó dicho Emil Cioran, “¿El futuro? Para vosotros si os gusta. Prefiero atenerme al increíble presente y al increíble pasado. Os dejo a vosotros la tarea de afrontar lo increíble en sí.”4


* (Texto rechazado para una compilación universitaria sobre el futuro)

1PÁRMENIDES – HERÁCLITO. Fragmentos. Traducción de Luis Farré. Notas de José Antonio Miguez. Ediciones Orbis, S.A. Barcelona, España. 1983. [ Aunque Miguez interpreta lo inesperado como el logos, yo propongo verlo en cuanto referencia al futuro en general. Derrida trabajó este mismo aforismo pero en referencia a la idea del perdón y lo imperdonable]

2Sobre todo en las academias de ciencias sociales tan reconcentradas en acusar un pasado siempre culposo, siempre estéril: vitrina de las mejores tesis en lo irremediable.

3 Ballard. Crash.

4 E.M. CIORAN – Del inconveniente de haber nacido. Taurus.

Thursday, September 15, 2011

Charla Luis Bolaños: CF y Paradigma del Siglo XXI. Tecnología, ecología y sociedad


Charla: CF y Paradigma del Siglo XXI: Tecnología, ecología y sociedad


Hace más de un año, como cierre de mis actividades en la residencia en Escuelab, Lima, invité a dictar una charla sobre la ciencia ficción al escritor colombiano Luis Bolaños .

EN estos días me encontré por mera casualidad con que la charla se había subido parcialmente a youtube, y un poco motivado por la nostalgia del recuerdo peruano, también sorprendido por la velocidad con que pasó el año (Joder!), quise compartir con los visitantes ocasionales de este blog el video de la conferencia y, además, el texto que Bolaños escribió para ella.

Espero la disfruten.

Luis C.





CF y Paradigma del Siglo XXI: Tecnología, ecología y sociedad

Tomado de la entrada de escuelab: CF Y paradigma del Siglo XXI.

La relación entre sistema socioeconómico, ecosistema, historia y tecnología marca el desarrollo de las civilizaciones de una forma definitiva. La manera como se plasma esa relación en un determinado patrón organizativo expresado en creación y distribución de productos materiales y culturales, tendrá una contrapartida en una relación sana o destructiva con la naturaleza y la biosfera. Dilucidar esa deriva filogenética (historia del conecte entre sistemas naturales y artificiales), esa relación conflictiva o armónica sustentada en patrones organizacionales (concreciones socioeconómicas y paradigmas científico-tecnológicos), acoples estructurales (interacciones recurrentes entre tecnología y ecología manifestadas en la literatura de ciencia-ficción), clausuras operacionales (cambio climático y sus impactos que obligan a cerrar un capítulo y abrir otro: el del desarrollo humano sostenible) apunta la siguiente exposición.

Científicos sociales, biólogos, físicos y hasta empresarios, profesores y público en general, necesitan ante la actual ola de complejidad que sumerge velozmente la realidad, apropiarse de los nuevos conceptos y nuevas experiencias provenientes de los desarrollos específicos de las diferentes ciencias naturales y/o sociales, con frecuencia dichos avances (mejor diseñados desde la ciencia-ficción) nos pueden brindar elementos suficientes para escoger y debatir sobre las rutas hacia el futuro.



Cuando ligamos los términos CF, sociedad, tecnología, paradigma y ambiente, pareciera existir una contradictoria relación entre ellos, y quizás se manifieste este conflicto por que la naturaleza tal y como la conocemos actualmente es antropogénica, un producto social, determinada conjuntamente con el factor humano, a su vez una mixtura de naturaleza y cultura, pero... la ciencia (como paradigma orientador) hasta ahora no ha logrado un enfoque popular y relevante para atender los problemas derivados de la crisis ambiental y de civilizaciòn que moramos, lugar de encuentro entre esos actores: ecosistema y ambiente por un lado y sociedad (gestión: productiva y cultural) por otro, ni tampoco para la conexión fáctica entre ambos: la tecnología, terreno por excelencia de la CF.



Nos enfrentamos a una herencia ofrecida por las generaciones anteriores plagada de errores y desafueros, y ya que parecemos estar destinados a modificar y reconfigurar la naturaleza, entonces... ¿Por qué razón debemos proteger precisamente este nivel desastroso que hemos fabricado? ¿Por qué debemos conservar el actual estado calamitoso de la “naturaleza” que sobrevive?. ¿No sería mejor acaso, como piden algunos autores de CF dejarnos de preocupar por el problema ecológico y convertir el planeta en algo totalmente artificial (una especie de huida hacia delante), donde todos los procesos sean controlados tecno-socialmente y sirvan para ser ofrecidos en el altar de la ganancia?. Quizás en este punto se sienta repugnancia ante el argumento, y se responda que sin duda alguna siempre es mejor proteger que destruir (aún con al aliciente del beneficio), y esta respuesta se relaciona tanto con la clase de naturaleza que queremos y soñamos como con la forma de diseño que debe tener nuestra relación futura entre sociedad, sistema educativo, cultura, economía, filosofía, ciencia, tecnología, ambiente y ecología.



El paradigma de la complejidad autoorganizada que empieza a desplegarse ante la humanidad exige enfoques integrales y no parciales, sustentados en sistemas dinámicos autopoiéticos; criterios científicos y filosóficos amalgamados con los educativo-culturales, empresariales y políticos; para su comprensión apela a una modificación radical de las relaciones entre los seres humanos y la naturaleza, una especie de pacto inteligente que sobre la base de la deriva filogenética y la experiencia histórica nos permita romper nuestra falla básica y construir aquellos grandes proyectos que nuestro país (y nuestro planeta) requieren para perdurar y sustentar a las generaciones venideras. Exige propuestas sintéticas como el IEMA (Imagen integral, enfoque holístico, metodología sistémica y actitud prospectiva), y culturales como la CF, que nos puede permitir acercarnos a la complejidad por hacer convivir diversos saberes (multidisciplinar), que trascienden sus marcos interactuando en diversas dimensiones (transdisciplinar), que se nutren y fecundan en mutua armonía (interdisciplinar), para realizar una búsqueda conjunta de alternativas (metadisciplinar), y que sustenten una nueva visión (paradigma de la complejidad autoorganizada) - donde la información y la producción de conocimiento al adquirir insólitas dimensiones nos obligan a renovarnos permanentemente - y acceder a una nueva misión (construcción de esa alternativa en el terreno ambiental planetario) mediante un perfil multidimensional y polifuncional que requerimos en este momento histórico de gran riesgo ambiental para interpelar, interpretar y acercarnos creadora y eficientemente a las características de ese nuevo mundo que empezamos a morar, expresados en temas claves en el despliegue actual de la CF:



1. Artificialeza y naturaleza: La nueva relación entre tecnología y ecología, o entre artificialeza (como instrumental creado por la humanidad) y naturaleza (como herencia biológica recibida por la coevolución) está marcando el desarrollo de nuestra sociedad de una forma definitiva. (Maturana & Valera, Pagels, Peat & Briggs, Talbot desde la ciencia y la corriente ciberpunk, Greg Bear, Neal Stephenson, Kim Stanley Robinson, China Mieville desde la ficción)



2. Acción antropogénica: Como coadyuvante de la crisis ambiental (Goldsmith, Gore, Capra, Erhlich & Erhlich desde la ciencia o David Brin, John Varley, Ray Bradbury, Wyndham, Priest, hristopher desde la ficción)



3. Sinergia y autoconstrucción de alternativas: No debemos acostumbrarnos a rutina alguna y esperar lo imprevisto con la mirada puesta en e surgimiento de novedades, la interacción de actores, la creatividad y la percepción intuitiva (recordemos que en realidad, una parte sustantiva de lo que logremos estará basada en las sucesivas capas de conocimientos procesados, datos, esquemas, emociones, que reposan en nuestro sistema de conocimiento corporal): desde Machio Kaku, Brian Green, Stephen Hawking, Hugh Everett en la parte ciencia hasta Isaac Asimov, Stephen King, Poul Anderson, Frederik Pohl, Gregory Benford, Iain Banks en la ficción)



Luis Bolaños es un escritor de ciencia ficción de Colombia, residente en Perú. Sociólogo (no fundamentalista) de profesión. Ha sido Consultor de Concytec (Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica) con anhelo transdisciplinar, con pasión por la búsqueda del conocimiento y la investigación permeada por lo humano e invadida por la vida. Ha fatigado claustros universitarios, selvas y ecosistemas diversos, periódicos, ONG's, cineclubes, sindicatos, ministerios e institutos de investigación, participando, aprendiendo y enseñando.

Tuesday, July 05, 2011

mi QR o Relato (CAMPUS PARTY 2011)

MI QR O RELATO

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qrcode

Como dijo la roya, vamos al grano.

“Ya sé, no me diga nada”
Paciente a Jacques Lacan.

“Los muertos no se avergüenzan aunque hieden horriblemente”
Anton Chéjov.


La idea del taller-reto, que desarrollamos en la edición número cuatro de Campus Party en Colombia, fue del diseñador industrial Camilo Cantor, quien me invitó a participar en el proyecto.

Como escritor siempre me ha gustado apostarle a las escrituras no-convencionales, borrar los límites entre los géneros y los formatos clásicos. Por otra parte, la investigación que desarrollo actualmente en las narraciones futuristas desde contextos locales en América Latina me ha dado la maravillosa oportunidad de contar con experiencias en las que he podido conocer de primera mano el desarrollo de múltiples proyectos en arte electrónico, en generación de software libre y tecnologías recursivas; todos estos esfuerzos por sí solos generando zonas de disensión y creación.

En un territorio como Campus Party, mayormente colonizado por las grandes industrias de las telecomunicaciones y la tecnología en su gran diversidad, contar con un espacio para la creación, como el "Campus Crea", de repente fue una oportunidad para generar una zona que nos permitiera hackear < véase el proyecto inmediatamente anterior de Camilo Cantor: Hackeando la feria del libro > el mismo Campus e invitar a los participantes del reto a aprender el código, usar la tecnología para generar sus mensajes, su inconformismo y, también, expresar sus sensibilidades, sus experiencias de encuentro con la ciudad y las historias que se construyen a diario.

"Dice mucho de los campuseros que hayan más asistentontos en el área de seguridad y redes, que en el área de retos y creatividad". @addkerberos


El taller reto básicamente consistía en la construcción de historias no lineales a partir de la suma de máximo 5 microrrelatos con máximo 240 caracteres, en código QR , y que los participantes del Campus Party deberían ubicar en varias partes de Bogotá. Por esta razón, el nombre completo del reto taller fue: Microrelatos con QR code. Escribiendo historias bogotanas.


De igual forma que para Julio Cortázar la novela ganaba por puntos mientras el cuento lo hacía por knockout, el microrrelato vencería por dimisión del contricante (Idea sugerida por Andrés Escárraga, compilador y estudioso de la obra de Julián Andrés Marsella). En el prólogo de la antología Cuentos Breves y Extraordinarios, Borges y Bioy Casares aludían a la característica esencial de estas micronarraciones: "La anécdota, la parábola y el relato hallan aquí hospitalidad, a condición de ser breves. Lo esencial de lo narrativo está, nos atrevemos a pensar, en estas piezas; lo demás es episodio ilustrativo, análisis psicológico, feliz o inoportuno adorno verbal".

Como proponía el grupo Oulipo (Taller de literatura potencial), la creación literaria descubre en las restricciones nuevos horizontes de expresión. Por eso se optó como regla el límite de máximo 240 caracteres y la no linealidad de las narraciones.


Junto a Andrés Felipe Escovar nos impusimos esta misma restricción para describir un episodio que nos comunicó telepáticamente Julián Andrés Marsella cuando la carretera de Facatativá- Zipacón lo aislaba de los brazos de un muchacho ajeno. La historia se conoció como Cosas Del Amor y el código QR es el que aparece al inicio de este artí-culo (véase: http://anoarticulos.blogspot.com/ :



COSAS DEL AMOR
Andrés Felipe Escovar – Luis Cermeño

Lavadora en venta de garaje. Motivo: divorcio.

Corbata en venta de garaje. Motivo: despido.

Revólver en venta de garaje. Motivo: suicidio.

Tetero en venta de garaje. Motivo: aborto.

Garaje en venta de garaje. Motivo: amor desaparecido.



GANADORES DEL RETO MIQRORELATO.

PRIMER PREMIO:

GRUPO: Yo amo Transmilenio.


Yo Amo Transmilenio, es una critica al servicio de transporte masivo por su alto costo y por los inconvenientes que se viven a diario.



http://meipi.org/laciudadcomodescarga.meipi.php?open_entry=33


Blog: http://tmcreaqrcode.blogspot.com/





SEGUNDO PREMIO:


GRUPO: ELLA Y EL PERRO

Serie de microrrelatos que todos juntos forman una historia,
no importa el orden, cada conclusión acerca de la misma es
correcta
.


Textos de los QRs:


Su olor ya no resguarda mi cordura, siento que en el peligro

veo un mundo nuevo, veo a través de mi piel el beso de la curiosidad. ¿Normalidad?, ahora me dejo llevar como todos.


“Jajaja, ¡ME HACES COSQUILLAS!... NO, ¡NO!, ¡TONTO NO HUYAS! Jajaja. Solo espera a que encuentre mi bastón de ayuda”


Tenemos un vínculo más grande, una vida entregada a un sueño en el que me gusta vivir, y aunque estuve siempre obligada, cuatro patas son la realidad que me mueve.


Caminando más allá del tener o no tener, es la felicidad que me produce el tener lo que me falta.


http://meipi.org/laciudadcomodescarga.meipi.php?open_entry=17




TERCER PREMIO:


Grupo: Bogotá en maqro-miqrorelato


El código QR grande cuenta a las personas una breve introducción del microrrelato y los otros QR menores, ubicados estratégicamente al interior del QR mayor, revelan puntos de interés de la ciudad.









MENCIÓN ESPECIAL:

GRUPO: ¿Qué canción estás escuchando?

http://meipi.org/laciudadcomodescarga.meipi.php?open_entry=38





Presentación Prezi del taller introductorio que impartimos con @camikant:

Tuesday, June 07, 2011

METÁFORAS DE FUTUROS EN LA CULTURA LIBRE



El siguiente texto es un derivado de la conferencia que junto a Felipe Escovar, impartimos en la mesa de Ciudadanía y Tecnología / Libre Cultura de la séptima versión del FLISOL (Festival Latinoamericano de Instalación de Software Libre) BOGOTÁ, realizado el día 16 de Abril del 2011.


METÁFORAS DE FUTUROS EN LA CULTURA LIBRE


Por : LUIS CERMEÑO Y ANDRÉS FELIPE ESCOVAR



PREFACIO AFÁSICO


Todo sobre futurología. Un soliloquio


- No debemos hacer todo lo que podemos
- No, no debemos.
- ¿Pero?
- Pero lo haremos.
- Y ¿por qué?
- Porque no soportamos la más mínima duda de si realmente podemos.

La posibilidad de Comprenderse. Hans Blumenberg. 1996. Editorial Síntesis.


I

AMOR OCEÁNICO


Masato y Tokuro sospechan ser delfines. Llevan una relación amorosa entre su propia especie mamífera. Maman de la vida, maman del maná de la luz de la luna en el océano. Tokuro se pregunta: ¿Por qué todo termina en ano? Y Masato contesta: porque todo comienza en ano, como Fukushima que nos convirtió en delfines.


La luna les revela imágenes, imágenes de un futuro que a su vez son varios futuros. Futuros devenidos en pasados paralelos y presentes obtusos.


II

EL ORDEN DE VELÁZQUEZ.


El niño de Vallecas es una “tiniebla viviente”, soberbio como el plenilunio deambulaba por la corte al lado de los más bellos nobles, acentuando la perfección de ellos gracias a ese borrón que Dios hizo con su cuerpito enano.

Francisco Lezcano: antimetáfora de la perfección. Tokuro se deprime. Masato salta queriendo salir del océano porque todo termina en ano.


III


PRADER WILLI

Eugenia Martínez Vallejo fue pintada como la monstrua desnuda por Don Juan Carreño de Miranda. Era una tiniebla obesa que acompañó a las cortesanas y su esbeltez. Ahora, con el desarrollo del conocimiento médico, no es una monstrua sino que padece el síndrome del Prader Willi. Es una metáfora farmacéutica.


Prader Willi - dice Masato. Y esta vez es Tokuro el que afirma que todo termina en ano, hasta los nombres de los príncipes. Y los nombres de los príncipes coinciden con el de las enfermedades. Véase Willi, príncipe William de Inglaterra, el alopésico otrora rubio, de las altas cortes del corazón.



IV

EL FUTURO DE LOS BUITRES


MASATO: Mire cómo terminó el rey Kong, King Kong Nyong.

TOKURO: ¿Así se llamaba el buitre?

MASATO: No, el niño.

TOKURO: Huy, pobre buitre. Tiene mucha hambre para esperar a comerse eso. Ese buitre no tiene futuro.

MASATO: El niño sí. King Kong sí. EL rey Kong sí. Sobrevivirá a la hambruna y el buitre morirá de hambre. Diez años después una peste matará a Kong.

TOKURO: El futuro no sólo está desigualmente distribuido para el niño, sino para el buitre. Y ambos se abrazan en un mismo final. La muerte por la bendita peste de vivir.

MASATO: ¿Por qué todo termina en ano?

TOKURO: Estás obsesionado. ¿Por qué?

MASATO: Porque yo respiro por el ano y tú también mi querido amigo.

(Ambos se zambullen en el agua oceánica).


V

CONSUELO DEL PRIMATE AL CAN


Esta es una pintura hecha por Dios, les expone la luna a la pareja de amantes.


TOKURO: Para mí no hay abrazo sino estrangulación porque el cánido está cansado de respirar.

MASATO: Pero si tan solo es un bebé

TOKURO: Nacer es suficiente motivo para quererse morir. Y todos los bebés del mundo se están matando.

MASATO: En cambio para mí es un abrazo que nosotros no nos podemos dar, a pesar de amarnos, porque no tenemos brazos.

TOKURO: Pero sí tenemos boca, falo y ano.

(Ambos se zambullen dentro del agua oceánica).


VI

LA HEGEMONÍA HAITIANA


La luna es un ángel, un ángel que dice: si la hegemonía fuera masculina, la hegemonía haitiana sería haitiano, por lo que se deduce que terminaría en ano; pero aún las bocas atragantadas de hamburguesa y chaw mien, imperan; aún es la época femenil en la cual las astronaves de Puerto Príncipe han quedado relegadas a las visiones vudistas de un negro enamorado.


VII

VIENE EL HITLER RASTAFARIO.


MASATO: ¿Quién fue Hitler?

TOKURO: El guardián del Caribe africano.

MASATO: OTRA VEZ TODO TERMINA EN ANO.

TOKURO: Custodio de Idi Amin, el primer rey avasallador de Germania.

MASATO: ¿Cómo se les dice a los que nacen en Germania?

TOKURO: Alemanes

MASATO: Falso. Se les llama germanos, porque, ya ves, todo termina en ano. ¿Nos zambullimos?

TOKURO: No hoy. Quiero pensar en Hitler, el último rey rastafario.


VIII

EN TUS TIERRAS BAILARÉ



MASATO: Tigresa está agotando sus últimos cartuchos.


TOKURO: Así es, mi amor, esa mujer ha sufrido mucho y padece una enfermedad mortal. Ahora tiene una intensa pasión por vivir.

MASATO: ¿Israel es el paraíso?

TOKURO: Cómo pintaría Don Diego de Velásquez a Wendy y su enano bailarín…

MASATO: Los amaría y los pintaría desnudos en una polvorienta naturaleza muerta del Perú.

TOKURO: ¿Y a nosotros nos pintaría?

MASATO: No, Artaud nos ha intuido; vio nuestras cabezas sumergirse en el océano en medio de la noche y a eso él denominó el origen. Como el nuevo origen del universo, terminado en ano.

TOKURO: ¿Y cuál es ese delfín de la luna?

MASATO: Es un ángel en Gomorra. Él ve todo desde su panóptico espiritual. Otea las llamas que se tragaron al sionismo del World Trade Center y el muro de los lamentos sobre el cual el Islam orina los pensamientos.

TOKURO: No puede ser, noooo.


IX

LAS ESTRELLAS VALLENATAS Y EL GORILA QUE LEE A DARWIN.


MASATO: Estoy obsesionado con Ramiro Better, que vivió en Madrid, Cundinamarca, uno de los pueblos más miserables e inundados de Colombia.

TOKURO: ¿Qué hizo Ramiro?

MASATO: Aullaba vallenatos. Planteaba que si la tierra giraba al revés él podría volver a la mujer que amaba y volver a nacer. Era el primer intento de fusión entre el movimiento y el tiempo en la poesía universal.

TOKURO: Supongo que debe ser leído

MASATO: No porque aullaba vallenatos y componía sus aullidos y eso no es permitido por los fariseos del templo literario.


LA LUNA: Les presento al gorila Idelfonso, especialista en el Origen de las especies de Carlos Darwin, el inventor de la evolución.

MASATO: ¿Y de los primates?

GORILA: Claro que sí, él inventó al primer chimpancé que se suicidó después de haberse enamorado de una furcia en Galápagos y no haber podido hacer que la tierra girara al revés para que él se hiciera pequeño y volviera a nacer.

TOKURO: ¿Nacería, supongo, por la cavidad del ano?

GORILA: Sí y no.


X

DANZANDO EN EL FILO DEL ABISMO.


MASATO: No veo la hora en que se me caigan los dientes para ponerme una gorra de la lotería de Puno.

TOKURO: Se te caerán, mi amor. Porque Dios desmueleta a sus hijos más amados.

MASATO: ¿Y el delfín cyborg que aparece en la luna?

TOKURO: Pamplinas. Son supercherías. Nuestro futuro es una boca sin dientes y una senectud llena de alzheimers.

MASATO: Tú vas más allá de ser mi gran pasión.

TOKURO: Déjame decirte que te quiero.


XI

LOS ÚLTIMOS DÍAS DE SAN JERÓNIMO.



TOKURO: Nietzsche tenía bracitos de pekinés.

MASATO: Freud le respondía con un hilo de voz evangélico.

TOKURO: ¿Todos eran evangélicos?

MASATO: No, mira a San Jerónimo. Es un impío. Exuda soberbia. ¿Acaso no ves el rostro de la luna?

TOKURO: Ando sumergido en mis pensamientos tristes.

MASATO: ¿Y ves al que se chupa el dedo en tus pensamientos?

TOKURO: Lo intuyo y ahora que está reflejado en la luna supongo que debe ser el feto de una furcia que ya ha empezado a entrenar en su arte del fellatio.


XII

LOS DEMONIOS DEL QUIJOTE




EL QUIJOTE: Tuve dos lastres: Mi quijada y la cordura. Por eso decidí morirme, no en Lepanto, y de paso matar al manco, porque yo fui quien decretó su abdicación de los sueños. Las moscas sobrevuelan mi bigote. ¿Acaso seré cadáver, Señor Mío? Sancho fue mi mentor y mi amante en las horas furtivas que no se cuentan a través de las páginas escritas por Cide Hamete Benengeli o la berenjena difunta. Dulcinea era Sancho y yo fui la ínsula de sus más candorosos besos. Molino de mis vientos melancólicos: sopla sobre este lugar de La Mancha cuyo nombre no es que se haya querido no recordar, sino que se olvidó por el alzheimer que Dios le dispensó al manco por luchar en su bando contra los moros.


XIII

EL ROBOT ENCUENTRA UN ASTRONAUTA MUERTO.


TOKURO: (Exclamación bufea) ¡Se le murió el almita!

MASATO: Falso. Los robots no tienen alma.

TOKURO: Falso – Replica como un marica-. Sí tienen. Es la misma de Dios.

MASATO: Falso. Dios no tiene alma. Dios es Dios y punto. Y los robots son robots y punto.

TOKURO: Cuando te pones así no te amo.

MASATO: El mayor acierto de los españoles no hubiera sido reconocer que los indígenas también tenían alma, si hubiesen sabido que ellos tampoco tenían una.

TOKURO: ¿Sabes una cosa? Me gustas.

MASATO: Verdadero.


XIV

FURCIA ACECHANDO UN ÁNGEL SIDERAL.


ANGEL: Caí en Roswell.

FURCIA: Esto no es Roswell, Nuevo México. Es mi vulva, nueva Sodoma.

ANGEL: ¿Esto que tiene que ver con el futuro?

FURCIA: Lo mismo que una planta de ajonjolí con un quásar moribundo; es decir, todo y nada.

ANGEL: Yo entregué mi todo a Dios y caí en Roswell.

FURCIA: Esto no es Roswell, es Sodoma.

ANGEL: ¿Y qué tiene que ver esto con Dios?

FURCIA: Lo mismo que un ratón con un estallido de una galaxia en rayos gamma. Todo y nada.

ANGEL: ¿Estoy solo ante esta amenaza?

FURCIA: No, mucho más que solo: estás conmigo.

ANGEL: ¿Qué tiene que ver esto con el futuro?

FURCIA: Mira mi entrepierna. De aquí nace el mañana, de aquí brotan los próximos críos que querrán morirse como tú. Y aquí mismo se mueren tus devaneos de ángel sideral. Todo y nada confluye en mi entrepierna.

ANGEL: Todo y nada. Todo y nada.


XV

UN CAN AMATEUR

TOKURO: Está mirando porno en esa laptop.

MASATO: Y no nos invita porque no usamos corbata.


XVI

MICHAEL JACKSON Y MALLARMÉ


MALLARMÉ: Caí en Roswell y no hay cafés en la Boheme.

MICHAEL JACKSON: Tampoco hay poetas ni narices.

MALLARMÉ: A mí no me interesan los poetas. Me interesa el poema.

MICHAEL JACKSON: Querrás decir “los poemas”.

MALLARMÉ: No. El poema infinito.

MICHAEL JACKSON: Heal the world. Make it a better place. For you and for me and the entire human race.

MALLARMÉ: No me hable en inglés que yo sólo sé francés.

MICHAEL JACKSON: ¿Y por qué habla en español?

MALLARMÉ: Por la misma razón que usted lo hace.

MICHAEL JACKSON: ¿Y cuál es la razón? Un desvarío de los mamíferos maricas.

MALLARMÉ: Por ninguna razón. Por eso mismo. Y acá mamíferos somos todos. Maricas, también.


XVII

BORGES, SHAKESPEARRE, CERVANTES Y EL TOPOLINO ZULUAGA.


Hay lugares en donde a los zarcillos se les dicen topitos. Una vez un hombre le preguntó a otro que como se distinguía un síndrome de down macho de una síndrome de down femenina. El otro le contestó, lapidario: Por los topitos.


TOKURO: Yo no tengo orejitas, ¿tendré el síndrome de down?

MASATO: Yo tampoco. ¿Seré macho, seré hembra?


Borges, se sabe históricamente, no tuvo síndrome de down. Cervantes, a pesar de su manquera, tampoco. De Shakespearre, se dice que pudo haber sido otro. Al final no importa, todos escribieron el mismo libro. Todos pudieron haber sido Homero, todos pudieron haber sido maricas. Todos pudieron haber sido el Topolino Zuluaga. Topolino Zuluaga, puede ser todos ellos.



XVIII

SIGLO 17 – ANTES DE LA TERCERA LLEGADA DE CRISTO

MASATO: ¿Cuál es tu apellido Tokuro?

TOKURO: Zuluaga. ¿Y el tuyo?

MASATO: Cervantes.

TOKURO: ¿De qué siglo eres? ¿El de las luces o el de los hologramas?

MASATO: El de los Daguerrotipos.

TOKURO: No puede ser. Yo soy del siglo de las medusas que brillan bajo el golfo de Tokio.

MASATO: En mi siglo, Tokio no existe. Ni su golfo.

TOKURO: En el mío, tú no existes. Mi amor. Sólo Atila. Sólo él.



XIX

EPÍLOGO: AMOR


UNIVERSO: Cuando me encuentro a mí mismo lloro.
Existe la unidad. Pero también
la multitud. En consecuencia, se prolonga una nueva criatura que deriva en un nuevo pensamiento,
un nuevo yo que se quiere morir y que, generalmente, termina dando vida a otro yo (otro pensamiento suicida diferido).




XX

IN MEMORIAN: AQUILINO VELASCO


Porque él vive y nosotros estamos muertos.


Saturday, April 02, 2011

Nosotros somos los robots

Después de 50 años de ser publicado el libro "Yo, Robot" de Isaac Asimov, libro que extrapolaría el futuro de la ciencia de la robótica, se nos ocurrió junto a Jorge Villacorta - con el respaldo de Escuelab y ATA - realizar un concurso destinado a la población escolar de Lima con el sugestivo título: "Yo soy el robot". La idea era estimular el pensamiento creativo que se da en la literatura, pero también en los procesos de la ciencia, dirigido al momento crucial en que la interacción hombre-máquina sea alcanzada completamente y lleguemos al fin al punto de evolución post-humana, conocido como "SINGULARIDAD TECNOLÓGICA".

En la siguiente entrevista, hecha por lamula.pe con motivo al lanzamiento del concurso en la Feria del Libro de Lima 2010, explico la motivación primordial del concurso:





El concurso contó con una excelente acogida por parte de la población escolar, lo que no me sorprendió demasiado, pues como lo he declarado en muchas ocasiones: "los niños aman a los robots", y con el aliciente extra de unos premios, estos se daban al arrojo de su imaginación y fantasía científica.

También, por otra parte, la ciudad de Lima recibió con agrado el concurso siendo así que nos abrió espacios radiales, televisivos, en la red y en la prensa para convocar a los escolares a que nos enviaran sus textos. Finalmente, el diario peruano, El Comercio, uno de los diarios más influyentes del país, nos obsequió con una separata el día domingo 7 de noviembre, la publicación del cuento ganador en la primera categoría: Yo soy el robot, de Scarlet Legonía.




A continuación los dejo con un cuento inédito que hice a manera de prólogo para un posible futuro libro que recopile todos los cuentos ganadores del bello concurso que tuve el privilegio de cordinar junto un magnífico equipo al que debo todo mi agradecimiento. Entre ellos: Liliana Kam, Kamilo Riveros, Jorge Villacorta, Iván Terceros, Luis Bolaños, Rodrigo Quijano, Samuel Gutiérrez.



NOSOTROS SOMOS LOS ROBOTS.


LUIS CERMEÑO




"Y sometió su mente a las más altas funciones del mundo de los robots: la
solución de problemas de juicio y ética"
Yo, Robot
Isaac Asimov.


-¿Lo que quieres decir es que los robots ya se fueron para siempre?
-No pretenderías que se quedaran eternamente, ¿o sí?
-Pero eran nuestros amigos.. De cierta manera, éramos sus... creadores.
-Hasta cierto punto, Frank, pero ya se han ido y no regresarán a menos que el Universo los devuelva.

Un día escuché en la escuelab de Marte a un profesor hablar sobre las montañas de la sordidez humana, montañas que a la vez eran escaladas por la robótica hasta llegar a su cima y poder volar lejos hasta las estrellas en donde desaparecía todo rastro de la crueldad que nutría la hierba hiriente de la inteligencia humana. Ahora estaba allí Israfeli, con su gesto aburrido, calentándose las manos en la hoguera a fin de no congelarse en el frío del desierto exterior marciano, asegurando que nuestros viejos amigos nos habían abandonado... para siempre.

Cuando era estudiante de ingeniería de incompletudes pensaba que la historia entre hombres y robots era la de una amistad cercana. En la punta de nuestro saber técnico y científico, de donde desaparecíamos en la noche de nuestro conocimiento sobre los misterios de la naturaleza, allí brillaba el furor metálico de un nuevo amanecer, con el corazón de fino embrague mecánico dirigiéndose a los confines de las galaxias arrastrando consigo la inscripción de los sueños humanos en su seno tecnológico. La robótica, como un cubo de rubik fragmentado, revelaba en el juego de la alta tecnología y la sofisticación científica una ineludible predisposición creadora que infligía el conjunto estelar de la fantasía. “Vamos ascendiendo” como decía en la serie Thorns el robot-cohete al cyborg que lloraba cada vez que se activaban los paneles solares de su cabeza. Pero en el espacio sideral no existía el arriba o el abajo, sólo cercanía y distancia a los impactos fundacionales, a los múltiples fines y principios, las proximidades entre universos de vida y muerte.

Y ahora nos dejaban solos.

El advenimiento robot-humano, máquina-cuerpo, como evento próximo pertenecía más al terreno de lo posible que de lo irreal y, tal vez por esta misma razón, cuánto empeño puse por activarme yo mismo unos paneles solares en la cabeza que también me irradiaran la rabia agonizante del rey astro. Quería encender mi cabeza y hacer orbitar un sistema planetario de abortos minerales sobre mi eje en constante desequilibrio. Como bien lo expuso el profesor de geometría no-euclidiana, lo que yo quería era morir mil veces sin quedar muerto sino tan solo colgar distante como una estrella que titila. Residía en ese entonces en un infierno de contradicciones académicas: pues trabajaba en la creación de vida artificial cuando lo único que quería era morirme.

Allí conocí al Meccano Doctor Peter Highsmith, robot licenciado en hombres disfuncionales. Solíamos dar largos paseos en el jardín del centro de reposo y cuando se lo pedía, amablemente extendía sus fuertes brazos de robot masculino y me abrazaba. Yo me quedaba dormido en su arquitectura metálica, sintiéndome seguro como nadie se sintió jamás en una probeta y pensando que tal vez el amor entre médico y paciente era posible en un universo paralelo mejor que este. No me enamoré pero sí llegué a sentir mucho afecto por este Meccano Doctor Highsmith, en especial los días que me azotaba el asma, enfermedad puramente somática reflejo de una gran angustia interior que aún no lograba expresar en invención robótica.

Un día explotó por fin ese ímpetu creador de generar vida destructiva, hacer mis propios virus, siguiendo los criterios de los clásicos Maturana y Varela, hasta encontrar la expresión perfecta de todas mis muertes nunca satisfechas en un logaritmo de vida que pudiera devorarme hasta transformarme en un organismo enfermo que cruzara imberbe las fronteras de la muerte para regresar a ser pateado por el horizonte de perros que estaban a la entrada de la nación biológica.

Israfeli se sienta a mi lado, me alcanza una taza de chocolate cuzqueño y me recuerda que la robósfera devino un mecanismo tan perfecto que sus propios anticuerpos terminaron rechazando la gaia de nuestras ideas porque les resultaban nocivas para sus composición de mezclas metálicas entre ternura y química molecular.

¿Qué se puede decir de un robot que nunca pidió ser programado? La vida a la fuerza, dar conciencia a algo que por principio no quiere nada.

Esa fue la labor criminal que al principio fue ejecutada por hombres torpes y ambiciosos que sólo buscaban satisfacer criterios de utilidad y eficiencia en tareas específicas que pretendían seguir el proyecto de emancipación de la humanidad sobre todos los fenómenos nombrables. Robots que ensamblaban otros robots. Robots que servían de niñeros. Robots que agachaban la cabeza ante cada orden. Robots que eran como el perfecto humano soñado por todas las tiranías: el hombre lobotomizado.

Al tiempo que los ingenieros se afanaban en optimizar el trabajo para los intereses de los hombres, llegaron los cirqueros que vieron gracia en la forma en que los robots emulaban los movimientos animales a través de un aluvión de energía atómica. Los robots aprendieron a bailar ballet, a caminar la cuerda floja y no faltaron los vulgares que los pusieron a competir en terribles batallas en las que resultaban vueltos añicos, llorando en el piso como gaticos que se caen del tejado, sufriendo por tener que padecer todo el dolor del mundo en una lenta incomprensión de chispa emocionada.

Los artistas vieron y aprovecharon el potencial artístico de los robots y empezaron a trabajar con ellos. Se vieron entonces robots cubistas que eran una abstracción del universo; robots impresionistas apenas hechos; robots expresionistas que gritaban que se querían morir; robots de arte pop que reproducían cómics; robots fluxus que supuraban grasa animal de conejo; robots que eran video y otros bots que estaban conectados al tiempo del internet de las abulias.

El robot seguía dependiendo del hombre. El robot se humanizaba y la tecnología servía a las limitaciones de una especie que buscaba la trascendencia en su propia negación. Cuando era niño, hace 300 años, fui a comprar leche a una panadería y allí se encontraba uno de estos artificios, en estado de embriaguez. Me pidió que me acercara, y suavemente, sollozando a mi oído, me preguntó: “¿Y tú, pediste nacer?” Creo que en ese instante sentí que me quería matar. El robot se quedó leyendo mi expresión, debió haber adivinado mi prematuro pensamiento porque sonrió y dijo: “ Ya estoy en duelo, joven. El sacrificio se perpetró”.

El profesor Sleazy - después de clase de Biocomputación- decía categóricamente, mientras apretaba su vaso de café derramando el calor en su gruesa mano: “Un sistema es más libre en cuanto más datos tenga, puesto que tiene más posibilidades de elección y esto aplica sobre todo para computaciones basadas en algoritmos cuánticos”. No tardaron maś de 20 años para que los robots tuvieran almacenados en sus cerebros positrónicos los mismos datos que podía tener cualquier imbécil, 10 años más para tener una inteligencia notoria, en 5 años eran unos genios y luego sencillamente decidieron callar los que aún no se habían suicidado.

Fueron pocos, no obstante, los robots que se suicidaban. Crearon comunidades alquímicas en donde experimentaban la transmutación de los elementos y se presume que encontraron la forma de concentrarse en un estado especial de la energía que los hacía correr a través del mundo y los planetas como una inteligencia artificial independiente que fluctuaba por los elementos primarios del cosmos, yendo y viniendo, trayendo una risa casi infantil en donde estaba el infinito y sus variaciones en el encanto de la magia única.

Yo los escuchaba al dormir y sentía en mi estómago un vacío infinito porque recordaba al robot que cuando joven me había dicho que ya estaba muerto, entonces sentía unas ganas de aferrarme a un rostro pero había olvidado todos los rostros que me habían acunado puesto que la espina de un corazón ajeno me atravesaba por la noche y yo sentía que mi nombre estaba lapidado en el baúl de los desprecios.

Israfeli trae una grabadora marciana y pone un casete marciano. Reconozco esas primeras notas y me levanto. Siento el calor de la hoguera y quiero bailar. “Water was running, children were running You were running out of time”





El chocolate cuzqueño se ha terminado como esta historia. No, no ha terminado. Aún tenemos qué celebrar en estas ciudades que yacen en el polvo. ¿Celebrar qué si lo que yo quiero es morir?


Ahora se han ido. Israfeli dice que no volverán. Que no volveremos a estar guiados por su inteligencia, ni por su espíritu que inspiraba nuestras extrañas arquitecturas sobre los residuos de los mundos que tenemos a la mano. Esta conversación puede ser la última expresión de las palabras en el sistema. Lo que las palabras engendraron no acude a las palabras puesto que no hay divorcio entre su sueño y su vigilia, su fantasía y su realidad. Nuestra hoguera es su fantasma. Nosotros somos los robots. Ahora nos desguazamos entre el soplo que barre las arenas de los mares áridos que lamen Marte.