Friday, December 28, 2007
cálculos para el 2008
Malparidos hijosdeputa cálculos renales por qué no me consumen de una buena vez? por qué tardan tanto en llegar yo que deseo llegar a la crudeza de la tierra y vomitar como una prostituta con venéreas que se expone en la galería NoMa. Qué escribo? qué son estas tonterías? Malparidos hijosdeputa.
Se enjuagan los ojos
ante la posibilidad de padecer cálculos renales
nunca los he sufrido
pero deben ser sobremanera horribles
los dientes se apretan
la cara se contrae en gestos ridículos
los cálculos renales
que aniquilan todo sentimiento de fraternidad humana
están a la vuelta de la esquina
por qué debo tener la posibilidad real de llegar a este extremo absurdo de la enfermedad?
me pregunto incesantemente
es un estado supremamente crítico
el verse horas sentado
en el mismo baño
el mármol que se encoge y las horas que se alargan
estado inmisericorde y lamentable
yo que como una persona postrada en una pocilga pública
ahora me veo ante el advenimiento inminente de un estado de emergencia
lo que jamás funciona no debería hacerlo jamás
esto es una verdadera plasta de mierda infundada
se deben enjuagar los ojos
postrado ante la imposibilidad de hacer su cuerpo funcionar
cadáver caprichoso
no me recuerda una vida
una vergüenza
una condición putrefacta
no escondo el odio
la vida
depósito infundado de estiércol
cadáver caprichoso
sucio mendicante al que la vida le escupe
uno no deja de ser un cómplice de su miseria
y uno dice que odia para no verse tan ruin
así como el vagabundo blasfema a su benefactor
pero sigue bebiendo de esa agua sucia
llena de orines, sangre, semen, moco y flujo vaginal
pero en el interior uno no está más lleno que de cálculos renales
La noche es blanca
y todo se asemeja al cielo de los pulcros campos sacros
un pajarraco que rompe el cielo
vanidades fatuas en el abismo
la nostalgia que devora el recto
un leve destello del infinito
una indiferente mirada a las estrellas
comemos calladamente
en medio de un descampado anónimo
anoche bebimos de los dioses
hoy nos sentimos igual a ellos
en la soledad de nuestros agujeros
six feet under
se me enjuagan los ojos
soy de un llorar vacilante y gratuito
como anciano marica
que no retiene sus esfínteres
la muerte se me escapa
de mil maneras cada día
no quiero un júbilo
mi canción ya perdió su ritmo
como una prostituta en sequía que ha perdido su vocación
y deambula por los vastos trigales
me dicen: Johnny busca sombra
en busca de un fatal amor
una sola vez
para querer morir
por eso cálculos renales
Monday, December 24, 2007
Merry Christmas Monkey

Queridas criaturas nocturnas que aún visitan este viejo lastre, les traigo un presente de navidad con toda la humildad de un corazón podrido, como agradecimiento a la amistad brindada, la atenciòn prestada en algún momento del camino y las visitas esporádicas al tal vez más impopular blog de la galaxia.
the junkie's christmas
Thursday, December 13, 2007
final de los tiempos
Un tacto metálico sobre el rostro de Lisa de regreso al infierno cromado que estallaba sobre sus ojos compulsivos en torno a los reticulados del salón helado de Rusia 466. Sobrevivimos un mundo colapsado en bolsas de helio residuales desde los salones de manufactura abandonados. Allí está Hwyett arrojado a los frigoríficos hirvientes de la vieja estación espacial derrumbada en guerra. Pruebo un poco de ese aceite regado en los compartimientos del suelo. Allí está Hwyett librando una guerra perdida. El pecho se resiente a los gases de la atmósfera. Glóbulos oculares en explosión frecuente desde los suministros de video gratis. Lisa explora las bifurcaciones del no-espacio en que se juega la vida. "Todo cuanto actúa es cruel - Artaud" De nuevo al infierno. No hay regreso al final del mundo. Los babuinos corrían en manadas por las selvas de áfrica, los últimos refugios de esos culos rojos que quisieron resistir la ecmnesia aún se debaten en el enigma. El azul del cielo desapareció y los mares lincharon la cutrez del mundo. Un desgarre vertical de los brazos impedía cualquier intento de reparación en la psiché de una civilización humillada.
En el gran cristal del cosmódromo la vi partir. No me dejó tiempo de decir adiós. Quizás tampoco yo quería decirlo. La gente se aferra al cristal del cosmódromo y lo contempla por horas como si quisiera que no los dejaran solos. Tal vez yo también me aferre a esa plataforma vacía. Tal vez también tenga horas al frente de este cristal mohoso sin comprender que ella ya se ha ido. Paso horas sin sentido, paseando sin razón por los corredores de los salones de espera del cosmódromo. La misma imagen desgarradora de los rostros que se quedan. La misma cara de "mirar para adelante siempre" de quienes se van. Aún si les causa un dolor dejarnos, este mundo ya no corresponde a ellos. Mi corazón se atraganta de culpas en los pasillos muertos de un día de adioses definitivos.
El día despunta lentamente a través de los alfileres de llovizna. Paseo por los barrios negros con las manos en los bolsillos de la chaqueta. Los traficantes recogen a las putas que aún quedan, agotadas hasta el pellejo, y se van a buscar calor en sus cuartos de residencias baratas que colindan la zona. Finalmente encuentro un antro en el que poder refugiarme un instante. Dos cervezas, varios cigarrillos y varias canciones demoledoras. "Stargazar you call the shots an I take'em" Una bella guaricha se acerca y me pregunta si quiero bailar. Sí nena pero no quiero besarte la boca con aliento de pene. Bailamos y me cuenta de varios negocios en el viejo mundo. No me interesa. Quiero volver a la barra. Quiero volver al silencio y a la tensión entre el bartender y yo. Tal vez odiaba mi vida. Tal vez quería decirme que odiaba en lo que me había vuelto, esa ficción de haber sido algo mejor alguna vez. Otra vez la guaricha sentada a mi lado. Otra vez interrumpiendo la canción con su chillona voz. Estaba harto de las mujeres. Estaba harto de que me rompieran el corazón. Estaba harto de su sexo artificial. Estaba también cansado de mí, de ser tan femenino, de ser tan poco macho. Sólo quería cantarme para mí esta canción que dice: "dreams like this must die, dreams like this must die". Estaba harto de su exigencia. Estaba harto de que uno nunca fuera lo suficiente para su chica. Estaba harto de las demostraciones. Estaba harto del mundo, sí, eso era. Estaba harto de que uno nunca fuera lo suficiente para este mundo de mierda. Y la guaricha seguía hablando y hablando. Le miraba sus bellos ojos azules. Esa risa de doble intención. Ese pelo rubio cenizo sobre su cara reseca y aburrida. Quería que se callara. Me la imaginaba debajo de un hombre sucio hace unas pocas horas. Me la imaginaba gritando y gimiendo de placer. Me la imaginaba confesándole que era el mejor sexo que había tenido. Y ahora estaba acá hablándome e interrumpiendo las canciones que yo programaba para sosegar el ánimo. Me imaginaba que ella era de las que creía que el sexo era de lo mejor de la vida, de esa clase de mediocres. Nunca se largó. Nunca paró de hablar. Supongo que era de la clase de mediocres que dice que necesita compañía. Pero yo no era compañía. Al salir la mañana era negra. Los alfileres de llovizna todavía herían. Ya no quedaban putas ni malandros.
Me consuelo pensando en los miles de millones de receptores neuronales que se fueron atrofiando e inutilizando a lo largo de mi mala vida. Todos ellos representan las posibilidades de haber sido lo que hoy no soy. Allí está Hwyett dirigiendo una orquesta. Allí está Hwyett decodificando los códigos genéticos en bien de la humanidad. Allí está Hwyett puliendo una tesis. Allí esta Hwyett... aún con ella. Me imaginaba atravezando el espacio. Su mirada sería de excitación frente a lo nuevo. Ahora sé que no quiere ver las estrellas y cuando partió se quedó fija en el planeta azul. Adivinando qué punto era Hwyett. Preguntando por qué se vería tan pequeño y por qué ya no se veía. Preguntando en qué pequeña proporción del espacio de aquel minúsculo planeta se habría perdido Hwyett. Como un perverso juego de zoom en el que los confines se borran entendería que yo tampoco existía desde las distancias infinitas.
Tiro un dado hacia arriba. Vuelve a caer a mi mano. No me fijo en el número. Lo vuelvo a tirar arriba. Vuelve a caer a mi mano. Lo vuelvo a tirar. Esta vez no lo atrapo. Sigo mi camino, con la impresión de haber jugado a los dados, de haber perdido con los dados.
Tuesday, December 04, 2007
guns
Monday, November 26, 2007
Desde Micomicolandia
- En este momento me encuentro ansioso por su pronta llegada a Bogotá y a la expectativa de poder volver a hablar de viejos güevones y destrozarnos con nuestra sola presencia que concebimos como un improperio del peor gusto a gran escala.
Mierda!
A usted nunca le interesó Heidegger ni su carta al humanismo, pero desde que escuchó el entusiasmo del Viejo Güevón (así bautizó al director del seminario junto a Luciano en un bar aledaño a la universidad), ufanándose de haber estudiado en Alemania, su apatía se tornó en repudio. El hado hala su estómago, lo revuelve, lo convierte en una cámara de gas. Debe esperar el final de la reunión como lo ha hecho desde la primera sesión tres semanas atrás. El viejo emite comentarios graciosos, resistiéndose a aceptar que la próstata le ha crecido tanto que orinar le resulta más incómodo que defecar en algún baño público; aunque claro, el gran conocedor del pensamiento alemán, nunca tuvo que acudir a ese tipo de lugares: siempre en compañía de expresidentes, de rectores y altas personalidades, es el eminente Filósofo Rey preocupado por los ignorantes acechados por la guerra, de los cuales es portavoz aunque sus gestos delaten el desdén que le suscitan. El Viejo Güevón vocifera los encuentros intelectuales que llevará a cabo en el aula máxima, adelanta parte de las agudas interpelaciones que le hará a los invitados, juzga hechos plasmados en el diario, hace alarde de su versatilidad, aclara que él no es un sistema de pensamiento porque sólo los grandes genios hacen grandes obras y él es un tipo normal, dice Cuando estuve con Jurgen Habermas en Frankfurt caminamos conversando sobre la ética discursiva. A usted el hado lo increpa con cavilaciones y arrepentimientos de su propia cobardía, a esa que lo condujo a inscribirse en la facultad de filosofía y letras porque temió quedarse en casa evocando todo lo que no ocurrió en su vida, y luego lo conmina a imaginar al Filósofo Rey con los pantalones abajo diciéndole a Jurgen Por favor tócame no aguanto un segundo más. Usted intenta sonreír, pero la carcajada es abortada al mirarla a ella, a la asistente del Viejo Güevón y más que a ella, a sus glándulas mamarias asomadas pálidamente por un tímido escote. La pobre sólo interviene cuando el Filósofo Rey se lo permite; ella habla con el mismo entusiasmo sin que eso obste para que el hado le haga sospechar a usted que está enamorado y que el Viejo Güevón intentó acostarse con ella y que si ella no accedió fue en virtud de que nadie en la institución universitaria le pierde la pista a su gran filósofo. El hado le dice a usted o usted al hado cómo ella terminó siendo la asistente de un filósofo cuando a fuerza de su entrepierna hubiera podido acceder a la gerencia de un banco; en el vasto campo del pensamiento sólo deben haber sujetos de la estofa del Viejo Güevón, o bizcos como una compañera que escucha y anota cada comentario, o con erupciones coloradas como las del tipo que levanta la mano tratando de rebatir al maestro esgrimiendo palabras que usted desconoce, o gordos como el par de estudiantes que cuchichean en una esquina y al terminar cada sesión se le acercan al viejo enseñándole algún libro costoso e ilegible. El viejo acaba de hablar.
Extracto de un gran texto de Cisterna Rota en Micomicón.
Monday, November 19, 2007
it's just a web log.
Además que la canción es bastante buena - es mi lado emosexual, lo confieso, me gusta the matches: un grupo divertido con buenas canciones: además de ésta está Dog eared page- lo subo porque resulta de algún modo una manera de reírnos de los sustos de la vida y los pequeños accidentes al que los padres nos tenemos que ver a diario con nuestros pequeños suicidas. Hoy en la mañana me senté a ver con mi pequeña suicida el video, bailamos la canción, pues al parecer a ella también le resultó divertida, y vimos juntos el para-nada-profesional-video un par de veces y ella no pudo ser indiferente con los morraquitos que aparecen, al parecer también lo disfrutó. Uno tiene que celebrar la vida cuando tiene oportunidad. Desafortunadamente algo tan sencillo se olvida fácilmente y es el lado oscuro de la vida el que constantemente nos recuerda ello: el simple placer que se puede extraer de las cosas simples y llanamente bonitas. La cosa es que el accidente de mi pequeña suicida no pasó de ser un gran susto y, supongo, su primer gran golpe en la vida. Me alegro de que algo negativo y que, definitivamente se pudo haber evitado, no haya pasado a mayores y se haya convertido en una experiencia en el fondo positiva que nos permite aprender tanto a nosotros, los padres de ella, como a ella, la pobre, para que vaya conteniendo un poco aquellos impulsos locos y desmedidos frutos del obvio desconocimiento de las simples leyes naturales que nos rigen en este planeta tierra.
Saturday, November 17, 2007
el escorpión del punzón estridente
Monday, November 12, 2007
islote imaginario
Estamos en un estado de absoluta recesión de los sentidos. Rojo cobalto de las mañanas llenas de esputo en las aleaciones irónicas. Salgo del metro bajo la coartada de una tenue brizna de lluvia sobre las calles barridas de silenciosos asesinos. Recuerdo los malos días - aunque reales - cuando los objetos entraban en contacto con la piel y uno realmente podía sentir y decir: camino sobre la calle, toco el poste; he ahí la tenue brizna de lluvia sobre mi cabeza, coartando las lágrimas. He ahí los elementos, los rayos del universo ocasionando efectos sobre el interior de mi cadáver. La protección te priva. El cosmos es un centinela que arrulla a las mucamas en su hora más triste. Y yo soy un escritor jodidamente malo.
Como si el todo no fuera el negro del cielo en una noche invernal como esta. Qué es el todo y cuál es su relación con nosotros? Ahora que volamos: cómo nos relacionamos con el Todo, la Nada, lo que Siempre ha aguardado, lo que Acecha y lo que NADA ESPERA DE NOSOTROS?
Es tarde. Yo quiero crear un sueño, entiendes? Escribí un manual de cómo robar dulces sueños.
Mag era el albatroz más atroz.
Rey en cambio era el arcoiris.
El océano era inerme ante las piedras
que los justos lanzaban
contra la atroz mag
Mag esa noche se fue
de picada contra las rocas
Rock la roca
lamió de su sangre
y se dijo mientras mugía
La sangre de esta atroz
desliza la futilidad del cosmos
en mi noche bruta
que ya nada quiere comprender.
Por qué no darle crédito a la gente que cree en la realidad del destino? Acaso no es ésta otra forma de entender la dirección del tiempo? Es tan lógico decir que venimos de la muerte y nos dirigimos al nacimiento como presuponer que del nacimiento nos dirigimos a la muerte. Pero nuestro conocimiento se acostumbró a considerar que lo conocible es lo que se dirige al nacimiento y el umbral de lo misterioso es lo que avanza hacia la muerte. Se acepta que quien apuesta al conocimiento del futuro está errado, porque se subyuga fácilmente a la tiranía del pasado. Para Dios no es problema; él es eterno, su existencia no está subordinada a las dinámicas del tiempo. Para nosotros tampoco debería ser problema; el presente no parece sino hacernos recordar que nacimos muertos.
En realidad la cuestión no es tan sencilla. El presente se puede llenar tanto de luz y vida que basta con vivir un instante de pleno goce para decir que en ese momento la vida es hermosa. Me he acostumbrado tanto a fijar la atención en los aspectos puramente negativos, en diseñar una acusada crítica de los sistemas sociales y de la realidad, que a veces olvido casi por completo la felicidad que uno puede arrancar del mundo. Tal vez no me pueda referir a una felicidad trascendental, ni a una felicidad (εὐδαιμονία) en el sentido aristotélico... pero sobra decir que olvidar la suprema felicidad que se puede desprende de un instante sencillo y precioso es más propio de cínicos y de idiotas que de verdaderos seres humanos. Y cuántas veces olvidamos vivir en pos de una actitud estúpida que nada ofrece!
Alguna vez leí en una entrevista que Cioran, el gran pensador pesimista del siglo XX, respondía ante una pregunta sobre su ser generoso y amable que se contradecía a aquel radical del texto: "uno puede ser pesimista en el pensamiento pero no en la vida". Cierto es que uno puede ser un nostálgico empedernido, un ser triste por naturaleza, no esperar muchas expectativas de cosas que uno ya sabe le son excluídas; de esto no se desprende que uno pueda dejar de sentir amor por alguna persona, por algún objeto, de buscar puntos de apoyos por más endebles que en determinado momento resulten. Tampoco se desprende que uno deje de sentirle el sabor a las cosas, perder la armonía de las grandes composiciones, encontrar alegría en un buen rato junto una buena compañía. AÚN CUANDO TODO EN DETERMINADO MOMENTO PUEDA CAER COMO UNA AVALANCHA EN CONTRA DE LA CABEZA DE UNO Y SÓLO LOS TRISTES OJOS SE EMPAPEN DE LÁGRIMAS YA AJENOS A LA UNIDAD QUE UNO ALGUNA VEZ CONFORMABA.
Aprendí a ser pesimista gracias a un cura bastante sabio. Decía que su vida siempre había estado marcada por un profundo pesimismo. Cuando le preguntaban por qué era tan pesimista, él acostumbraba a responder: "Bueno, nunca espero nada de nada o espero siempre lo peor. Así, por ejemplo, si me llegan noticias de alguien o algo y al enterarme veo que son malas, ya me las esperaba y las acepto, y si son buenas, en cambio, me pongo profundamente alegre y agradezco a Dios por su generosidad, ya que no me las esperaba". De esta manera comprobé que era más sensato e inteligente no esperar nada o esperar siempre lo peor que ser un optimista obstinado que siempre se estará frustrando al ver sus expectativas continuamente truncadas o, sencillamente, en el mejor de los casos, aliviando cuando sus expectativas sean cumplidas. En ese instante, entendí que ser pesimista podría conducir a una vida más feliz.
Desafortunadamente, a lo largo de la vida, he dado con otra clase de pesimistas a los cuales su manera de asumir el pesimismo, desgraciadamente, los ha llevado a vivir una vida muy lejana a la que se considera una vida feliz. Hablo del pesimista de la calle. El pesimista que ha perdido toda ilusión en la vida y que no encuentra más razones para sostenerse como individuo en una sociedad. Esta clase de pesimistas, que serían como la variante prostituida del verdadero pesimismo, por lo general derivan en las drogas, el crimen, el adulterio y la vida marginada de toda verdadera vida. No digo que probar las drogas, el crimen, el adulterio y la vida marginada sea un pecado y un estigma para toda la vida, como por lo general la sociedad mojigata lo asume. Por lo general un drogadicto, como lo entiende Burroughs también, es alguien que vive al límite, en un estado de emergencia permanente. Lo triste es que una vida desemboque en estos estados de crisis y no exista ningún otro remedio para estas personas puesto que la primera cosa en encontrarse gravemente infectada, casi que gangrenada, es la voluntad.
Este pesimismo callejero dista de la lucidez del primero ya que no está en pos de la gratitud del instante y la resignación por las cosas malas de la vida. Es un pesimismo ciego que se niega a ver las cosas hermosas de la vida y que chilla tontamente por las desgracias que conlleva la misma vida. Considero que a este tipo de pesimismo gratuito es el que se refería Cioran, cuando decía algo como: "en la vida uno no puede ser pesimista" Porque este pesimismo no es ni siquiera conciente de las cosas a las cuales uno tiene que chocar como un sol que explota en una galaxia. En realidad, nunca he visto una persona tan complaciente y tan idiota que un drogadicto sumido en el vicio, capaz de aceptar que Hello Kitty es Dios con tal de tener una charla, un amigo u otra papeleta por otros 5 minutos más. Nunca han visto esa risita estúpida y vulgar de la gente que está tan desgarradoramente entregada a una sustancia?
El presente: puede darnos noticia de nuestra muerte en vida o de nuestra verdadera vida. Sin privilegiar las posturas hedonistas, que a la vez son una mala comprensión de la felicidad, considero que la vida está en saber disfrutar de los instantes bellos en el momento y de tener la sabiduria de reconocerlos y no dejarlos pasar ni tirarlos por la borda sentados ante un televisor o un periódico, sobre todo colombiano.
Me extendí porque me siento en deuda con una persona que hace de cada uno de mis días en que me encuentro con ella un paraíso. Es capaz de aliviar una tensión en el alma y de compensar cada momento de entrega a ella. Me enseña a respirar de nuevo y me trae sabiduria ante la maraña de algunos problemas realmente insignificantes que nublan mis pensamientos. Es capaz de devolver el tiempo y de hacerme de nuevo niño, no el niño que fui, niño triste y taciturno, sino un nuevo niño que ella compone a partir de sus juegos.
Ella hace que el presente me recuerde que nací vivo.
Tuesday, November 06, 2007
En la casa considero que vive un ano extraterrestre. La gravedad física parece no alterarle sin embargo las lágrimas le devoran. Desde la noticia de la nueva exploración espacial poco como y no tengo aliento. A veces me pregunto si ese culo extraterrestre no es el mío, como si hubiese dejado de ser mío, por falta de uso o por parecerle lamentable, ese culo se ha exteriorizado y no se deja afectar por la gravedad física, de hecho ¿no lo vemos orbitando en el porche? pero siente una particular atracción, enfermiza diría yo, por todo lo que tenga que ver con rememorar y sentir culpa. Porque ya a esta altura, Kerbie, debes entender que algo hice malo o no hice en ese tiempo que estuve afuera. Salomón está afuera de la casa esperando que le saque las autenticaciones.
Me encierro en el viejo cuarto y comienzo a empapelarlo de viejas tonalidades. Todos estos retazos cuentan historias, tan particulares, que en un momento no parecen ser las mías. Salomón ya se ha ido.
Saturday, October 20, 2007
resaka
No hay razón para esperar 10 años para reconocer lo bueno, cierto?
En medio de la lluvia encuentro al Mañas. Aún sigue la misma risa estoica e inocente. Lo miro desde la distancia pero sé que permanece cerca a la calidez de mi corazón. Aún cuando todo alrededor se congela. Por fin me mira y sonríe. Yo también sonrío. La lluvia agrietaba la ciudad pero veía a un viejo amigo y era razón suficiente para desear llorar de nuevo. Porque uno no siempre se encuentra con los viejos amigos, menos en medio de la lluvia y cuando está tan agotado. Nos estrechamos la mano. Ya no la aprieta tan duro como solía. Un bus pasa y nos baña. Siempre nos sucedían esas cosas. Finalmente, nos conocimos siempre en las peores. Pero pasa lo que siempre pasa. De estos encuentros repentinos y emotivos uno siempre quiere escapar lo más pronto posible. Intercambiamos teléfonos que jamás sonarán de parte de ellos y sabemos que nos hemos ido. Ya desde el colegio se veía que íbamos a ser unos fracasados de viejos y hoy me lo encuentro, bañados por un bus, en medio de la lluvia, confirmo que seguimos siendo los mismos perdedores patéticos del colegio y me entristece pensar que las cosas no mejorarán para nosotros. Por eso me gusta encontrarme con el Mañas de vez en cuando, en la calle, inesperadamente, por sorpresa, porque él es uno como yo, otro que no tiene ninguna oportunidad en el mundo. De alguna manera se siente esa tensión, ese desespero en nuestro encuentro, esa humillación de recordarnos lo pequeños que somos mutuamente y lo alto de nuestros vuelos, lo grandes que nos imaginamos, sin ser nadie, sin llegar a ser nadie porque en este mundo no tenemos ningún chance.
Me encuentro con D. en el café y ya estoy terriblemente empapado. Como una nutría en el desierto. La última vez que me vi con ella en este café no estaba bañado en lluvia sino vomitado. Me acababan de vomitar en un bus. Y ahora estaba de nuevo vomitado, empapado por la ciudad. D. siempre me ve en las peores y es una bruja sabia que sabe callar y no dar consuelo ni reír. Me quito los zapatos y camino por todo el café descalzo. Salimos a la carrera séptima con todo la resistencia de mi parte a moverme. Bajando unas cuadras nos encontramos con el Master Count. Hablamos sobre René Rebetez, el mayor escritor de ciencia ficción de Colombia. Nos despedimos. Master Count, parece como si se hubiera desecho de algunos años o ¿es que nunca fue tan viejo? Cómo saberlo. Le confesé que andaba sin empleo y que quería dictar cursos pero que no tenía ningún conocimiento sobre nada. No me dijo nada porque sabía que era cierto. Se fue y me dijo que le echara ojo a un libro cyberpunk colombiano "Bandidos y Hackers". Pero no entiendo cómo me lo dijo si ya se habia ido. Seguramente conté mal la historia y jamás hablé con el Master Count. O lo hice pero no era posible. O toda la historia está errada. Seguramente eso porque luego resulté caminando por el cubo, sin zapatos, bailando I wanna be adored de Stone Roses, quebrándome las plantas de los píes por el frío. Nada de esto es posible y real. Y sus gafas herr luis? Me pregunta D y me entero que jamás se ha ido pero no puede ser posible porque todo este tiempo estuve malditamente solo como un insecto en un vaso de soda.
I don't have to sell my soul, is already in me
I don`t need to sell my soul, is already in me
I wanna be adored
Bueno luego me fui a ver con Linda Lee y no entiendo por qué si ella nunca se movió llegó a mí. Estábamos en esa ratonera hippie de Chuchaquén y yo tenía supuestamente unas bolsas debajo de las medias. Entramos a la función de cine. Vimos una película genial, de New York, sobre las relaciones sexuales modernas. Sabes, me siento algo Bowie: i don´t believe in modern love. Excelente película, una mezcla afortunada entre Godard, Fassbinder y Gus Van Sant. Short Bus. Sus escenas explícitas me recuerdan a las teorías del teatro de Artaud: la puesta en escena de lo imposible, la cruedad que es la soberana anarquía de la imaginación. La primera escena en particular en la cual vemos a un hombre flexionando sobre sí mismo a fin de poder chuparse su propia polla y luego correrse en su boca. Una película sublime que puede llevar a las lágrimas en determinados momentos en que uno siente toda el peso de sus personajes: la culpa, el desamor, el desarraigo, la futilidad del sexo, el absurdo y el completo vacio de la vida moderna. Toda esa energía particular de los personajes que pueden llevar a fundir toda una ciudad como volverla a llenar de luz. Porque es un canto del amor desencantado. En palabras de uno de los travestis: como los años 60's sin la esperanza. No lamento que no exista un Academy Award al actor que mejor interprete su primera penetración, no porque el ser de la actuación no se manifieste, sino porque los come mierdas de la Academia jamás entienden nada.
Un besito, buenas noches Angelita!
Thursday, October 18, 2007
Tue, 11 May 2004 09:33:18 -0500
Y'e This is Kokaine Fashion. You can't get no sleep. This is where We heal our hurts. We are all stadtkind. We are all Whores. This is Drug Fashion. Only pretty people allowed. We're no dying.. just we're all melancholics. Euphorics. Melancholics. Like Chrisantemus.
Tuesday, October 16, 2007
2
Aquellas calles a las que por ordinario acostumbraba a caminar eran pródigas en horror y misterio. Las miserias humanas eran exhibidas sin pudor alguno sobre las aceras, los corredores y las esquinas. Abrumado por espantosos chirridos de puertas, el chasqueo de la tenue llovizna sobre los añosos tejados y los ágiles pasos de algún gato sobre los antejardines decidió apresurar disimuladamente el paso. Mas esta noche parecía más tenebrosa que cualquier otra y terribles presentimientos parecían guarnecerse tras el rabillo de sus ojos.
Debajo de una leve llovizna, de apariencia inquietantemente inofensiva, la arquitectura de imitación inglesa le penetraba con una indeterminada sensación, por completo nueva a su habitual indiferencia por la configuración de las formas que le circundaban.
Esta vez pudo localizar la dirección de un nuevo chirriar de puertas. Al ver el interior le cautivó una figura femenina que apenas se podía imaginar, por lo cual se vio obligado a detener su atención en el cuadro. En efecto se trataba de una joven dama que gesticulaba de una manera sobreexagerada. Jeremías no podía reprimir esa ansía por llegar a la verdad inherente de la extraña escena.
Un paso hacia adelante le descubrió la parte oculta del cuadro. Otro joven, que al claroscuro de la noche sugería apariencia de desharapado, gesticulaba de igual manera y apenas podía expresar monosílabos y balbuceos.
Visiblemente conmovido por la desesperanzadora escena, Jeremías decidió emprender nuevamente el viaje de regreso a casa. Volvió a bajar la cabeza, esmerándose con todo el corazón para no prestar demasiada atención al curso de sus agitados pensamientos en la oscuridad de la noche. ¿A qué lugar desquiciadamente alumbrador podría llevarlo su cabeza en una noche tan triste como la que andaba? Mejor no pensar y seguir de largo, decidió y así lo hizo.
A su paso tropezaba con borrachos y hombres lo suficientemente drogados como para precavirse de ellos. Unos ni siquiera le inspiraban sentido de alarma puesto que ya no tenían fuerza ni para sostenerse ellos mismos. Pero entonces les veía en la cara el abandono moral al que se sometían y prefería volver a cruzar la acera.
Todas estas calles a las que estaba acostumbrado a recorrer camino a casa eran la evidencia más clara de la decadencia espiritual de sus habitantes. Y el terror que lo poseía, particularmente esta noche, quizá manifestaba un rasgo de debilidad imperdonable en su carácter. Un niño travieso que se encontrara despierto a estas altas horas de la noche podría gastarse una buena broma sólo con tomarle sigilosamente del hombro: con toda seguridad vería al robusto Jeremías gritar como niña o echándose a la carrera como un colegial cobarde.
En un instante sintió que alguien le seguía sus pasos. Al girar discretamente la cabeza creyó reconocer un fornido hombre tras sus pasos. No caería en el absurdo de revelar su instintivo miedo echándose a correr sin razón alguna. Agilizó sus pasos hasta donde pudo para tomar ventaja del desconcertante acechador nocturno. Cuando lo creyó perdido volvió a tomar el ritmo.
Un breve destello blanco que apenas distinguió en su campo de visión le alertó nuevamente que las cosas no iban por buen camino. En este punto, conectado de la forma como estaba más con su corazón que con su cabeza, pudo comprobar con algo de extrañeza no el espanto sino la insondable tristeza de la presa. Más que pensar, sentía algo que traducido a palabras podría ser: ya no hay nada más que hacer, todo está perdido.
No sé si entiendan plenamente el sentimiento de Jeremías, no era completamente desesperanza sino algo parecido al desamparo y al desalojo.
Fue entonces cuando se produjo el encuentro en medio de las afables gotitas de lluvia que apenas se sentían esa noche.
Jeremías adelantaba sus pasos de un modo frenético hasta que tropezó con una prominencia impredecible en una abandonada calle estrecha. Se intentaba recuperar con pudor de la penosa circunstancia cuando, a la altura de las rodillas, se percató de la extraña depresión animal que tenía casi al frente suyo. Era un extraño hoyuelo con cualidades casi orgánicas que parecía respirar, como si de verdad estuviera vivo.
Lo trató de alcanzar para detallar mejor cuando algo que venía del interior de este mismo hueco lo alertó:
No me toque!
¿Cómo así que habla? Pensó Jeremías y se acercó más para comprobar que no se trataba de un dispositivo electrónico con una cubierta similar al cuero.
Tiempo sin verlo, frente a frente Jeremías.
Jeremías creyó caer en los abismos más oscuros de la locura al escuchar a esta monstruosa depresión proferir su nombre ¡así, tan familiarmente! Sin lugar a dudas se trataría de una broma, de un malentendido, de algo que seguramente tendría su razón de ser en un futuro bastante próximo.
¿No me reconoce? Sin rodeos le cuento que soy su culo, en persona.
Jeremías pensó en los chascarrillos infantiles, en las vulgaridades de la adolescencia, en las perversiones de la edad adulta, pero nada se le asemejaba tan obsceno como lo que recién acababa de escuchar, salido de la voz de este vacío. Luego, conectado a sus sentimientos como estaba, comprobó que no sentía diversión alguna en este episodio sino que, al contrario, su tristeza parecía agigantarse y su desarraigo no tener fin.
Jeremías pasó el resto de su vida en un pequeño pueblo al norte de Colombia y por las noches siempre se le veía en la mecedora contemplando las estrellas hasta bien entrada la noche, cuando finalmente entraba a la casa y preparaba el último café del día.
En más de una ocasión Fernando Vallejo ha declarado que ama a los perros de la calle al punto de considerarlos como sus propios hermanos. Por mi parte, considero que mi sentimiento hacia los perros callejeros no es tan distinto en sustancia. No obstante, es un amor condicional, mediado por el horror y el asco que me producen. Amo a los perros de la calle, sin embargo su existencia la presiento como un insulto. Que existan perros sarnosos invadiendo las calles es una ofensa de la urbe, de la paisajística. Sus hocicos babosos me dirigen a la infamia del ser humano y por eso los amo cuanto más los aborrezco. Del escritor, en cambio, podría decir lo mismo o incluso mucho menos.
Me encontraba tomando unas jarras de cerveza en el bar Coda, en Lourdes, al tiempo en que empezaba a discutir con aquel irlandés, alto y feo, sobre si en realidad U2 era la mejor banda Irlandesa de todos los tiempos. La verdad considero que decirlo es injusto con la propia Irlanda. Yo, que considero a U2 al nivel de Michael Jackson, Madonna, Oasis, Blur y en definitiva todas las bandas de rock farsantes que en realidad no son rock sino otra cosa, yo me encontraba indignado al encontrar a un irlandés que decía que U2 era la mejor banda de rock de Irlanda, porque se me antojaba que decirlo era como si un colombiano dijera que Juanes o Shakira son los mejores rockeros del país, cuando en realidad es falso, cuando en realidad ellos mismos son falsos y cuando en realidad existen mejores bandas de rock pero que sencillamente no se difunden.
El irlandés me preguntó:
Bueno, si no es U2 cuál es la mejor banda de rock de Irlanda?
En ese momento, en incluso ahora, no sabía cómo responder a la pregunta por gran parte de mi ignorancia sobre el país. Pero estaba, como lo estoy ahora, completamente seguro que U2 no era, ni lejos, la mejor banda de Irlanda. Eso le respondí y el irlandés me vio como si fuera un idiota, además que estaba lo suficiente ebrio para confirmárselo, así que decidí no insistir en el asunto demasiado, relajarme y pedir otra jarra de cerveza para mí solo.
El irlandés se encontraba saliendo con un muchacho incluso más joven que yo. Tendría unos 20 años y parecía un zarrapastroso inconsciente recién salido de un pogo en Rock al Parque. El irlandés le acariciaba las piernas como los hombres con éxito le acarician las piernas a sus mozas. Cuando el irlandés volvió a mí de nuevo para preguntarme si conocía a Wilde el chico me lanzó una mirada de fiera resentida porque seguramente creería que le estaba robando a su mentor, padre y amante.
El irlandés me aseguró:
Oscar Wilde nació en el mismo barrio mío en Dublín.
Sospeché que me estaba tratando de impresionar y le repliqué que me quedaba con Joyce. El irlandés me volvió a ver como si fuera un idiota y no volvió a dirigirme la palabra en toda la noche, para tranquilidad de la pequeña fiera. Así que estuve sentado un buen rato solo, en la penumbra, pidiendo música al barman y una que otra jarra de cerveza.
Llevado por la ira y los principios del delirium tremens salí del bar y me dirigí a la plaza de Lourdes. Allí descubrí que estaba en el mismo centro del mundo y que era el hombre más abandonado a la miseria de la tierra entera. Dios pudo haber cometido una tragedia en ese mismo instante pero ni siquiera se acordaba que yo sufría abandonado en este pequeño deposito de estiércol llamado plaza de Lourdes. Yo le llamaba Dios a toda la orquestación de ridiculez que se apresuraba a mover en este mundo circundante como si en realidad tuviera un sitio a donde realmente ir. Estamos estancados hace muchos, pero más que suficientes, eones en esta miserable tierra y no nos preocupamos por volver a escapar hacia nuestro origen.
Los vendedores callejeros que aún quedaban espichados sobre la plaza y algunos vendedores de celular trasnochadores veían el hastío divirtiéndose a mis expensas. Fue cuando la cogí contra los perros y me lancé a golpearlos, a darles patadas y puños. Ladraba como ellos, jurando comprender su lenguaje y traté de intuir su alineación bélica conspirando contra mi existencia. Por mi parte me defendía como podía pero ya no podía correr hacia ningún sitio: ya ellos me habían localizado en su radio de acción y yo era su enemigo primordial número uno.
Finalmente también los perros se cansaron del juego y terminaron también por dejarme solo. Sólo uno me acompañó, me siguió hasta lo que fuera la pensión donde me hospedaba. Hablamos durante todo el trayecto, sobre mujeres, sobre política, sobre la infancia y sobre todo del agotamiento del deambular por las calles, de la falta de sentido de seguir recorriendo una y otra vez las mismas calles, si ya no existían historias, si ya no existían amigos, si ya ni siquiera nosotros mismos éramos susceptibles de existir durante mucho tiempo más.
Me revisé los bolsillos y aún tenía algún dinero con el que podría seguir bebiendo pero ya todos los bares estaban cerrados. Miré a los ojos a mi colega y le dije adiós.
Wednesday, September 26, 2007
the cave
Ficha técnica:
Título original: The Cave
Año: 2005
Director: Bruce Hunt
País: USA y Alemania
Guión: Michael Steinberg & Tegan West
Música: Johnny Klimek & Reinhold Heil
Fotografía: Ross Emery
Locaciones: Bucharest, Rumania. Yucatán, México.
Transcurren los años 70's en medio de la guerra fría, en algún lugar perdido en los montes cárpatos, en Rumania, un grupo de cazadores de fortunas encuentra una misteriosa iglesia asentada justo en la boca de una cueva. Fascinados con el hallazgo penetran el lugar. Al remover lo que parece ser la entrada a la cueva se desploma la edificación y quedan atrapados en una claustrofóbica penumbra.
30 años después, un grupo de geólogos locales encuentra lo que parece ser un vasto ecosistema autosuficiente ubicado justo debajo de unas ruinas de una iglesia. Lo que parece ser la entrada a una cueva. Llaman al equipo de buceadores de cuevas más sofisticado de USA mientras estos realizan exploraciones en Yucatán, México. La tarea que se les asignará será tal vez la más ambiciosa a la que se verán expuestos en sus vidas: explorar todo un sistema de cuevas y grietas submarinas con un ecosistema propio que desconoce la superficie y la vida exterior desde tiempo inmemorial.
Lo que sigue es una fantástica cadena de especulación, deleite visual, atmósferas cargadas de un vértigo hacia lo desconocido e indicios inteligentes de una estructura de película formal dentro de un film B.
En efecto, una de las críticas que más ha soportado La Cueva es la de quedarse corta ante las exigencias de un guión que requería más escenas de corte gore - lo cual implicaba un género mayor al de 13 años en que está clasificada actualmente- y que ante el afán de querer encajar como una película B, lo que la incorporaba a una economía de ritmo de acción constante, se haya perdido los intertextos que justificaban la totalidad de la historia y no se entienda en muchos casos la motivación de los personajes para ejecutar acciones, que sin la claridad de sus propios intereses, parecen impulsos de personajes desesperados y dementes. El recurso del director consistirá en estos guiños inteligentes, pero que de alguna manera no salva la historia de no tener una base sólida que permita al espectador sentir un grado de afecto por los personajes. Además que son muchísimos los personajes para mi gusto.
La fantástica cadena de especulación: al llegar a la iglesia uno de los expedicionarios se pregunta qué hace una iglesia en la entrada de una cueva. La respuesta inmediata es que las cuevas eran objeto de culto de las sociedades paganas ancestrales, las cuales creían en todo un mundo subterráneo yaciendo desde abajo, en el interior de las montañas. La creencia decía que al llegar la iglesia católica a estos lugares se enfrentó a demonios alados, los cuales fueron vencidos por el poder de Dios. Como una evidencia de esta lucha se construyó la iglesia como una promesa de la superioridad de Dios sobre las criaturas del submundo. De todos modos, reconoce el investigador, no era sino una manera más de imponerse la iglesia sobre los otros ritos. Ahora bien ¿qué hay de cierto en estas hipótesis y cuánto de falso? Una cosa es cierta: la obsesión de la iglesia por conquistar estos lugares indomables de la naturaleza y demostrar que hasta allí también llega el poder de Dios, asentando allí su morada en las iglesias. Como si la majestuosidad de la naturaleza quedara relegada a un segundo orden ante la majestuosidad de Dios. En este caso, es un hecho que existen iglesias construidas en las entradas de algunas imponentes cuevas.
Por otra parte, la película se plantea la cuestión de si en realidad estos demonios a los que hacia referencia la mitología no se trataban realmente del proceso natural y biológico de una cadena alimenticia dentro de un ecosistema autosuficiente. La ciencia conoce la mutación real que ejercen algunos parásitos sobre los organismos de todo un ecosistema a beneficio suyo. Es el caso del desorden más atroz que conozca la naturaleza en la morfologia de las ranas. En cierta parte del planeta se conocía el triste caso de una rana que empezaba a mutar de una manera completamente desconocida y espantosa, pues la mutación le generaba nuevas extremidades a manera de parodia y podía darse el caso de aberración de una rana que contara con más de 20 de estas paródicas extremidades por todo su cuerpo, lo que lo obligaba a permanecer en un estado casi de total reposo hasta la sentencia última de la muerte. Se pensó en un primer momento en un caso aislado de mutación. Pero cuando las investigaciones fueron brindando resultados se descubrió que era sólo parte del proceso de todo un ciclo de alimentación y sobrevivencia de un parásito. Empezaba como la forma más primitiva, casi un embrión que resultaba digerido fácilmente por un pez, el pez experimentaba transformaciones que lo convertían en presa fácil de las ranas. Así mismo las ranas empezaban a experimentar estas mutaciones lamentables en su organismo, las cuales le entorpecían considerablemente el movimiento, lo cual las convertía en presas indefensas de las aves que transitaban el lugar. Estas aves a su vez volvían a soltar el parásito al mundo a través de las excreciones y así es que llegaban de nuevo hasta su primigenio medio ambiente marino.
Otro componente fundamental de la película es la propuesta estética.
Nemo.
Nemo fue el nombre que pronunció Odiseo cuando Polifemo le preguntó su nombre momentos antes de ser atacado, mientras dormía. Luego el cíclope herido en su único ojo, quedó sumido ante la impotencia, puesto que al preguntársele por el nombre de su atacante respondía Nemo que significa Nadie.
Monday, September 24, 2007
Pretty and Cruel Dictator

Friday, September 21, 2007
GODDESS LAIN
Thursday, September 20, 2007
Señora
- Gran parte de este texto es un plagio a un magnífico fantasma que suele escucharme y susurrarme desde los bloqueos centrales de mis nervios vueltos rotos y que él como yo (otro fantasma) y que él como yo...
Como las primeras náuseas se transportaba en su nave por los espacios siderales en una velocidad estática e infinita, por las nubes de gases satelitales que se desprendían de los hornos de cremación de las condiciones de todo pensamiento condicionado a una condición. Como un disparo emitido desde el vacío para el vacío. A pesar de los husos horarios era como si la noche, cual puta virgen, no temiera abrir las piernas y enseñara la menarquía del primer día de primavera. Ya se podía oler, aunque no se tuviera nariz para ello, el renacimiento floral de la desgracia con todas sus consecutivas ruinas. Para ser su fantasma y aniquilarlo. Tener fe. Todo como una apuesta para dejar de ser uno. Blusa azul celeste, Lucia tiembla las piernas, no hay escotilla para esta noche que no conoce de primaveras. Sólo insinuaciones de lo impronunciable. Abdicación. La inspiración no la conozco. Detesto haber estado siempre ahí yo de nuevo. Un fracaso de la ausencia y qué victoria. Flamante, flamante victoria de lo no de nuevo en el barrio santa fé clamando por una puñalada. Un fantasma no puede plagiar un fantasma. Invocarlo? Tal vez, viejas canciones mortales: a quien no conoce de caricias como un minutero que se congela para seguir andando. Básicamente ir al límite del desespero y que aún de ese modo, la nave de las frases se conduzca a través de un universo enteramente repulsivo. Uno se cansa y por eso se plagia. Plagie, plagie siempre. Plagiar la incertidumbre y que ella lo plagie a uno. Porque a mí me atraviesa como bala de rifle la luz azul del día que oculta la muerte y, estúpidamente, no se calla, no atraviesa, no es la muerte aunque esté impregnada de ella, esa maldita luz estúpida del día que no se calla y es azul como un cerebro muerto dentro del mío. Todo embadurnado de ella, del azul que me hace estremecer y revolcar como un perro agonizante, en las aceras bañadas de la luz del día que me proyectan como un muerto puro, un muerto al que nada rescata, esos ojos que brotan desde su inmersión. Adquiero el ligero tono de la sabiduría del baño público. Un calor que emana desde los rectos, como panes recién salidos del horno, sólo que no nos enorgullecemos de ser su levadura. Mi cuerpo, al que le quiero otorgar propiedades sexuales y delicias carnales, se reduce a la levadura del pan que emerge de mi culo. Vaya alivio me brindo mientras vomito sangre en los baños públicos: qué sería de este bollo sin la levadura que maternalmente ofrezco como cuerpo. Está en mí el suicidio. Está en mí, como si de verdad la muerte estuviera a la esquina. Esperando. Nada. No está en mí el suicidio. Está en los planetas de las primeras náuseas. Decir esa palabra positiva, afirmativa, vital, es una necedad sin límites del orgullo por salir de esa letrina. En cambio uno puede concebir algo superior fijado en la miseria. Porque es miseria y moscas que patean los genitales. Son templos. Uno puede llorar del miedo ante la muerte pero por qué no lo puede hacer ante el miedo a la mierda? Qué verdad jocosa ocultan los excrementos de toda una tarde? Qué verdad jocosa ocultan los excrementos de toda una tarde. Ahora seamos felices, como simios arrebatados a la naturaleza y arrojémonos mierda cada uno al rostro del otro. Esta es mi verdad jocosa que tienes que digerir para digerirme. Ahora me encuentro llorando mares sentado en la letrina. Como si me avergonzara de ser una buena pléyade. Capaz de arrancarme hasta el último pelo del culo grito por ser oído por algo más que la noche que proyecta mi culo arriba, volviendo a las traqueas desesperadas, a los ojos que ya no ven su interior, al cerebro que se aferra a una columna que no alcanza las posaderas. Este soy yo: una masa vertebrada de carne y mierda que llora y desgarra la voz cada vez que no oye su entera soledad en el universo ...
Tuesday, September 11, 2007
ESTA NO ES UNA PLATAFORMA LEGIBLE
little wonder
you little wonder
little wonder you.