Sunday, January 25, 2009

la verdulera vuelve



Otra vez viene el gran contestatario, el terrible desacralizador, el provocador de loteros y escandalizador de provincianas. Ay, ten cuidado Cartagena, que este hombre arrastra con todo en cuanto carnaval, congreso o infamia tengan el cortés parecer de invitar a un supuesto endemoniado con la receta del éxito.

Una amiga, gran seguidora de vida y obra de Fernando Vallejo, me dice que lo imagina sentado en la comodidad de su casa burlándose de la gente que lo odia y tanto se enfurece con lo que él escribe. Estoy de acuerdo con ella, sólo que no lo considero tan inteligente como para reir de sus admiradores y desprevenidos lectores que lo enaltecen; de todos modos no se burla de ellos de frente, a los cuales más habría de burlar.

Todo país requiere un intelectual mordaz y cada casa paisa un niño maldito. Prepárate Colombia: vienen más fotos de Vallejo, junto a Efraím Medina, haciéndose pasar como rockero septuagenario.

EL PARQUE DEL PERIODISTA
Rubén Vélez

Sergio Alonso: Hagámonos amigos del maestro Sietetruenos para que nos incluya en su próxima novela. Sería un negocio redondo: él dispondría de un tema suculento y nosotros no tendríamos que matarnos para conseguir la inmortalidad.

Marco Esteban: A esa lengua de fuego no la ponen en marcha las personas que le caen bien. Y hace bien: la literatura, para ser digerible, debe tener más de ajustes de cuentas que de declaración de amor.

Sergio Alonso: ¿Cómo ganarnos su animadversión? ¿Diciéndole que no basta con pasearse en taxi por una comuna "caliente" para empaparse del tema de moda de los muchachos sin dios ni ley? ¿Haciéndole ver que resulta paradójico que él, que se presenta como el gran desmitificador, se haya preocupado tanto por automitificarse?

Marco Esteban: Debe de pensar que la aureola de maldito seduce más que la de bendito. Y tiene razón. Si el respetable supiera que el anticristo de moda lleva una vida de buen burgués -armonía conyugal, apartamento confortable en un barrio seguro, "colaboradora del hogar", mascota, etcétera-, no lo tomaría por el fruto más tentador: el prohibido. Hay que esconder la cara rosada para que el mercado no se encoja de hombros.

Sergio Alonso: Pero, ¿no sería más perturbadora la exhibición de su verdad íntima que su exhibicionismo de autor maldito? Lo segundo está muy visto; lo primero, en cambio, todavía suena a herejía, a provocación...¿Cómo así que un hombre puede vivir felizmente casado con otro hombre por más de treinta años? ¿Cómo así que la homosexualidad puede establecer un dulce hogar? El maestro Sietetruenos, por haberse dedicado a épater a la burguesía a la manera de los poetas decimonónicos, ha dejado de dar las patadas más contundentes.

Marco Esteban: ¿Cómo se las arreglará para moverse por el mundo sin un bastón? ¿Tendrá ojos biónicos? El hombre es víctima de su propio invento; como tiene que cumplir con el papel de maldito, no puede dejarse ver con gafas. ¿Un Rimbaud cuatro-ojos? Eso sería tan contraproducente como un león alopécico.

Sergio Alonso: Hay que estar casi ciego para enterarse de la ceguera de los otros...

Marco Esteban: Benditos sean los libros, que nos quitan la luz y nos dan luces.

Sergio Alonso: Malditos sean los libros, que nos dan la nada sexy aureola de notario.

Marco Esteban: ¿Ser niño terrible o ratón de biblioteca? Los chillidos del primero entretienen al mundo. Los del segundo, lo transforman. Saludos de Marx.

Sergio Alonso: ¿No hay que digerir la biblioteca fundamental para llegar a ser niño terrible? Saludos de Nietzsche.

Marco Esteban: ¿Qué te gustaría ser cuando seas grande? ¿Niño terrible o sex symbol? Tengo entendido que el segundo papel da más satisfacciones.

Sergio Alonso: Tienes muchos elementos de sex symbol; el pelo, las piernas, los ojos, sobre todo, los ojos... Y sin embargo... Para mí, que un astro ha conspirado contra tu felicidad.

Marco Esteban: Antes, sólo los maricas, los malditos y los seudomalditos pensaban que las gafas quitan puntos. Ahora, todo el mucho echa mano de los lentes de contacto: soy un símbolo de la postmodernidad.

Sergio Alonso: Se va nuestro inmortalizador... ¿Habrá visto todo lo que tenía que ver? ¿De pronto consideró que la tenue realidad de este parque no podría inspirarle un bestseller? ¿Sólo necesita el recuerdo del olor a marihuana para escribir un tratado sobre la tragedia postyonosequé de la juventud sin ideales ni ambiciones?

Marco Esteban: Se van sin las flores que pensaba echarle. ¿Te imaginas la cara que habría puesto ese "maldito" si lo hubiese tratado de gran gramático y apóstol del bien decir? ¿Te imaginas su retorcimiento? Él, que anda a la caza de anatemas y maldiciones, no me habría perdonado esa llovizna de agua de rosas.


Vélez, Rubén. LAS SIAMESAS ASESINAS. Transeúnte Editor. Medellín, 2004.

6 comments:

Anonymous said...

La verdulera no es el autor del blog?

Anonymous said...

Soy Vallejo, poné la cajita tartufo, abyecto y criminal Herr Luis. Dejá de joder, si queres pichá, tomá,vuelvete mmm, pero poné la cajita. Hijo de mala patria

Anonymous said...

Norberto: ese anonymous es muy irreverente. Es un símbolo de la posmodernidad.

Ruben: pero no se le infla la banana. Freudiano.

Anonymous said...

El resentimiento no e sbueno para tu creatividad, escribes mejor cuando te despreocupas de tu rabia por el mundo

Anonymous said...

Sí, de tanto resentimiento se vá a terminar pareciendo a los malditos oficinistas.

Anonymous said...

no sé por qué insistir en hacerse inocentes cuando son musas. todos.