Monday, January 21, 2008

Virgilio Nobrainski en exclusiva entrevista con el eminente Dr. Addictosawa

Después de incontables llamadas y búsquedas que me llevaron a localizarlo, y tras un viaje de casi 400 kilómetros por carreteras destapadas y olvidadas, encuentro el refugio de Kerberos Addictosawa en un paraje de una región deprimida y supersticiosa en la que el desarrollo científico que ha impulsado el notable científico parece un mito más de los que se teje en el interior de las viejas casonas al calor de la agüepanela y las velas.




No he terminado de aparcar el coche cuando a través de la ventanilla veo que sale de una destartalada casa la altiva Linda G, acompañada de 3 chiquillos que la agarran de las nagüas, como asustados por la presencia de un extraño y preguntándose a qué se debe la inesperada visita. Linda G, entrecerrando los ojos, me reconoce y dibuja una noble sonrisa en su cara. Espera a que termine de aparcar cerca a la sombra de un arbusto y la veo, como las campesinas, limpiándose las manos en la falda para salir a recibirme. Le dice algo a la más chiquilla y ésta se apresura adentro de la casa, seguro que para avisar a su padre de mi presencia.



En medio del afable recibimiento por parte de Linda G, en el cual le entrego algunas películas recientes que estoy seguro le agradarán y de las que en esta región es poco probable que tenga acceso, sale la pequeñita del principio y nos interrumpe con grácil coquetería: Está en el huerto. Le dice a su mamá cuando ésta le pregunta por su padre.



Me resulta difícil diferenciarlo en el huerto con tantos hombres trabajando. Finalmente se me acerca uno, con un tajo de zanahorias y hortalizas. Su extrema delgadez, su fígura desgarbada y jibada aún se conserva y debió haber sido suficiente para reconocerlo. No obstante, su rostro quemado por las intensas horas de jornada al sol, su creciente calva, su bigote raso, me impidieron creer que se trataba efectivamente de él. Sudado como estaba, con la ropa mojada de su propio esfuerzo, me lanza un abrazo pegajoso que me cuesta aceptar con agrado hasta que finalmente pienso: es él.



Me invita a tomar guarapo, me presenta a sus 3 nuevos hijos, contando la particularidad de cada uno, con el orgullo propio de un campesino que siente gratitud por la compañía y la amistad que sus retoños le brindan.


Nobrainsky: Innumerables veces se ha autorreferido a sí mismo como "un científico que indagó sobre la tristeza", no obstante, su obra ha sido objeto del desprestigio sobre todo luego de la publicación de los trabajos "O2: chúpame las bolas". Considera que se ha subestimado su trabajo?





Dr. Add: 02 fue fruto de un trabajo constante que me costó 10 años de esfuerzo e investigación. Todo fue a raíz de una intuición. En un principio nació como un pasquín universitario llamado "U2 chúpame las pelotas" pero en esa época estaba tan colocado que por mero accidente se publicó con el error tipográfico "02 chúpame las pelotas". No todo puede ser tan fatal en la vida, o, en mi caso, decidí refugiarme en el rigor -término terriblemente mal usado y mal traducido gracias al cabrito del Ortega y Gasset-, mejor dicho, en el amor a la ciencia para escamotear la fatalidad de la vida. En este sentido, más que esa frase tan obsoleta con que la gente trata de reducirme del científico que se encontró con la tristeza, soy el científico que miró el universo para olvidar la tristeza, no es nada nuevo, ni nada interesante, no soy un personaje excéntrico de la comunidad científica que viene a revolucionar los paradigmas. La gente viene hacia mí en busca de un carácter, de un personaje, una caricatura traducible a la gran pantalla y se defrauda. Soy un pensador con el culo en el telescopio, es eso tan interesante? Tan sólo un científico, es lo que se ha olvidado y se ha puesto el acento en la tristeza, cuando la tristeza pone el acento sobre nosotros y nos obliga a merodear este mundo perecedero, en nuestros coches, en nuestras mil maneras de mirarnos al espejo de mil modos al frente de una gran pantalla, en las navajas, en nuestras mil maneras de matarnos al espejo de mil modos frente a una gran pantalla... pero nadie nos observa y es lo real del asunto. Sin el amor que nos impulse a escapar, por fuera de la Galaxia o por dentro de ella, no somos sino unos condenados de la gravedad de nuestro planeta que es tan enano como Plutón. Es lo que mucha gente olvida, el poder real del amor y en él, un amor tan real como cualquiera, el amor al conocimiento, la ciencia y la técnica. Yo me masturbo cada noche con el sabor de la vía láctea en mis párpados, soñando con el día en que la estupidez y la soberbia ceda y de bienvenida al otro que nos conquista en los sueños y olvidamos tan pronto nos despertamos y nos apuramos a nuestros lugares de trabajos por la necesidad del qué comer. No vinimos a esta tierra a sobrevivir, vinimos a este magnífico lugar para soñar y explorar, ser explorados, encontrarnos, acariciarnos, ser amados y amar. Del resto no me hables, Virgilio, el resto me fastidia enormemente, sólo quiero perderme en mi mar de fantasía y así llorar largamente por no poder tenderle el brazo a ella y limpiarle sus lágrimas también, por la soledad que nos devora y nuestra indiferencia, con el dolor del otro sobretodo.



Nobrainsky: De todas las críticas que se escuchan en los medios académicos, hay una que a ud especialmente le gusta alentar provocadoramente. Dicen que su ciencia es para pijos y que usted más que un científico metódico es un gran farsante con pretensiones de rock star. Quiere responder algo al respecto?






Dr Add: Evidentemente no quiero responder. No es mi labor la de ser un alentador de chismes o habladurías malsanas. La academía es un medio muy mierdoso. ¿Lo dicen por mis tatuajes, por mi manía de llenarme de clichés mi cuerpo? Todo el cuerpo es un cliché muy del siglo XX. El sexo es un cliché que no sería malo de no ser tan desgarrador para algunos seres: los que están irrevocablemente por fuera de su universo discursivo. La educación no sería un cliché tan malo de no ser tan excluyente. Así mismo con todas las esferas de los cuerpos del control que amenazan con reducirnos a una definición precisa y unívoca. Lo que ofende a quienes se sientan en un escritorio a diagnosticar el conjunto de la raza humana es que efectivamente hasta los más leprosos disfrutan el sexo, porque todos tenemos vergas y vaginas y anos y bocas que claman por ser besadas; que efectivamente hasta los más idiotas aprenden y llevan consigo una educación a cuestas, no la formal porque la formalidad destruye, una educación más abierta que no por eso se enfrenta con menor profundidad a la espesura del cosmos que la que nosotros nos suministramos a punta de técnica y cálculo: todos creamos nuestras ficciones para comprobar lo que queremos...



Nobrainsky: ... Pero lo que usted me está diciendo en este momento es radicalmente contradictorio con lo que me dijo en la primera pregunta, cuando hablaba con tanta pasión del amor al conocimiento, la ciencia y la técnica.



Dr. Add: No sé. No sé si haya contradicción o no. A quién le importa? Le importa a Dios? Quién sabe. Le importa seguramente a los humanos, vivimos en un universo humano y nos comunicamos con humanos, una mierda, pero así es. Y los humanos se dan muchos aires, es lo que veo. Crean juegos y luego los vuelven reglas y luego terminan como pura dictadura hasta la tiranía. Así es el conjunto de la sociedad, es una mierda, pero así es. La contradicción no es algo que me rompa el coco. Amo a la ciencia desde la cabeza de la pilila hasta el final de los cojones. He tenido unos follones increíbles con la técnica: todo es técnica, nosotros somos técnica, el sexo es una técnica. Techné decían por ahí unos gilis. Creerles o no creerles, no importa. Por más bueno que la haya pasado apretándome el mico con los números no puedo dejar de ser conciente que el conocimiento es una puta cuya naturaleza es romper los cojones a quien se entrega a ella y maldecir a quien no la mira. Es todo lo que digo una contradicción? Es más evidente que es un sinsentido.



Nobrainsky: Pero seguro querrá responder a quienes en la actualidad lo acusan de "creacionista", entre ellos el doctor Chakovski Du Amsterdam que ha manifestado abiertamente el desprecio que siente hacia usted llamándole: "Ese tosco oscurantista del medioevo que mira el bing bang con los criterios de la Summa Theologica".

Dr. Add: Me cuesta creer que una civilización no sea un episodio normal en la vida de un sistema planetario, o, para ser más abiertos, de una galaxia. En nuestra misma tierra tenemos varias civilizaciones, sólo que somos tan estrechos de mollera que nos cuesta reconocerlas como tales: qué son pues las organizaciones de hormigas o de abejas. Y creo que aún hay alguna civilización en esta misma tierra que nos mira sin dejarse ver, más grande que nosotros y que no hemos podido ver porque nuestros lentes de investigación están empañados. De pronto somos su objeto de investigación. El Dr. Maurice Toulouse dijo alguna vez algo muy bonito sobre mi libro La cosmogonie d'une Malédiction: Si una rata de laboratorio se viera por accidente reflejada en el cristal que la encierra no miraría sino una rata insignificante. Kerberos es el experimento de un científico muy cruel.

Nobrainsky: Concuerdo con el Dr Toulouse en su apreciación. No obstante, su teoría cibernética y moral del centro de la tierra me parece desconcertante. Incluso, en conversaciones recientes con el célebre Dr Toulouse me pareció un poco más alejado del entusiasmo que en un principio pareció profesar por su obra.

Dr Add: No hay nada de desconcertante en mi obra Kyber-Sittlichkeit. Ante la dificultad de demostrar que el centro de la tierra está compuesto por una gigantesca bola de ferro-níquel yo sostengo que se compone del pecado original. Ahora bien, qué se entiende en términos científicos como le peché originel, como dicen los franceses. Yo, en mi condición de estudioso del cosmos, entiendo una abstracción de la lógica binaria y el gato de Schröedinger. La caída del paraíso es la carga que sella nuestra raza, es decir, la gravedad. La gravedad en todo el sentido que significa la palabra: gravedad como algo muy grave que nos sucedió a nosotros. En este orden de ideas, ante la imposibilidad de observación de esta carga moral sobre la raza en el núcleo del planeta, es un centro de pecado que existe y no existe al mismo tiempo. La co-existencias del pecado con el no-pecado sólo fue posible de observar gracias a la crucifixión del Cristo que cargó todo el sufrimiento de los hombres sobre su cruz. Fue la demostración suprema de la lógica cibernética que rige el planeta a los hombres primitivos de ese entonces, sólo que se carecía del contexto tecnológico para comprenderlo.

Nobrainsky: Interesante pero supremamente difícil para conceder. A veces, ¿no siente que se ha quedado solo y marginado de la discusión científica por sostener tan férreamente estas convicciones?

Dr Add: No sé qué es la soledad. La soledad siempre la he sentido en mi corazón no importa cuánto me hayan escuchado alguna vez, cuánto haya estado acompañado alguna vez. La soledad la siento cada vez que pongo el ojo en mi catalejo y observo las estrellas. En algún momento de mi vida pensé que la soledad se refería a un parásito que me estaba consumiendo. Luego de profundas investigaciones y experimentos a los que me sometí por mi propia cuenta me di cuenta que la soledad no estaba allí, en el interior de mi organismo, como había creído en un principio.

Caía la tarde. A lo largo de toda la conversación que sostuvimos y la minientrevista que me permitió publicar, nos tomamos cerca de 8 totumadas de guarapo. Su gesto ya estaba agotado, tanto por la conversación como por el trabajo forzado de la mañana. Me acompaña hasta el coche donde me despide. Mientras me alejo, lo veo a la luz del faro que alumbra su humilde casa. Sus nuevos tres hijos juegan entre sus piernas y la falda de su madre. Linda G, le pasa el brazo sobre sus hombros. Kerberos Addictosawa también espera impaciente hasta perderme de vista. No sé por qué de súbito me siento perdido.

1 comment:

Cisterna Rota said...

Aterido de algo inconcluso, sólo quedan los espejos rumiantes ques uelen decir "estás sólo", sin que se considere alguna metáfora, no la hay, ni siquiera el silencio.