Monday, April 30, 2007

WALPURGISNACHT

BRUJAS
(En coro)
Marchan las brujas hacia el monte de Brocken;
amarillo es el rastrojo, la simiente es verde.
Todos se reúnen en tropel,
preside Belcebú sentado en su trono.
Las figuras se mueven sobre piedras y palos,
se echa pedos la bruja, huele mal el cabrón.
Noche de Walburga
Montes del Harz
Región de Schierke y Elend.
Fausto- J. W. Goethe.
No hay algo que me resulte más despreciable que las definiciones enciclopédicas o de diccionario, puesto que estas solo dan una idea somera de los temas y pretender un conocimiento a partir de estas fuentes sólo demuestra una infinita pereza mental propia de imbéciles, estudiantes mediocres y periodistas o bloggers. No obstante, y para no ahondar en el terreno de la especulación inconsecuente, es mejor atenerse a la definición menos comprometida para hacerse a una vaga idea de la figura de Santa Walpurgis. Esta definición la encontré en el Diccionario Enciclopédico Plaza y Janés, y me resultó más esclarecedora que muchas de las exaltadas alusiones que abundan por la red, tal vez por su brevedad y abtenerse a tomar partido:
  • Walpurgis (Santa): Religiosa benedictina inglesa (Sussex 710- Heidenheim 779). Se le confió la dirección del convento de Heidenheim, fundado por su hermano Winibaldo. Entre el pueblo se creó la leyenda de que los hechiceros y demonios se daban cita en el Blocksberg durante la noche de Walpurgis (30 de abril - 1 de mayo). Esta leyenda fue citada por Goethe en el Fausto.

A las doce de la noche un estruendo agudo me incorporó de inmediato de la cama. Era la alarma programada del celular. Me pareció insólito, pero luego de ver la nota que acompañaba la alarma, no sé si me tranquilicé, pero por lo menos supe de qué se trataba: 00:00 Noche de Walpurgis. Seguro era una nota fijada tal vez desde los primeros días de comprar el celular, pero me pareció curioso que se adelantara una noche, pues, bien estaba advertido que se trataba de la noche entre el 30 de abril y el 1 de mayo, fecha en que se dan cita los más horribles espantos alrededor de los practicantes de los más morbosos y antiguos ritos.

Apagué sin más la alarma y no me molesté en arreglarla (conducta que a esa hora sería propia de un neurótico sicorígido). No obstante la inoportuna hora de la alarma, agradecí el repentino despertar. Los sueños otra vez empezaban a acosarme de una manera asfixiante y descabellada. Temí por el futuro de la joven humanidad, la que se me presentó como la noticia que apenas si alcancé a escuchar del televisor en que mi padre veía las noticias. Lo que apenas alcancé a oir - y me disculpo si escuché mal- fue la trágica noticia de un niño de dos años que resultó calcinado en una habitación al sur de Bogotá. Al parecer la madre lo dejaba solo y aseguraba la puerta para que el niño no pudiera salir. Al parecer, cuando el fuego empezó en un costado de la habitación, el niño tuvo tiempo de correr temeroso a buscar refugio debajo de la cama. Al parecer, el fuego lo había encontrado allí. Pues debajo de la cama, en esa posición, lo encontraron los agentes del CTI. Sueños horribles, y agradecí haber despertado, en ese instante, por el estruendo de la alarma del celular.

Sin poder recuperar el sueño, bajé al garaje y me fumé un cigarrillo de opio Afganistán. Asomado, a través de las rendijas que daban a la calle, veía con extrañeza el espesor de la niebla, que parecía haber recobrado una extraña no vida sino inteligencia, pues cada nueva asomada, se me antojaban retorcidas figuras infernales; como luchas épicas que no conocieron estos siglos, siglos del hombre, pero que de alguna manera definitiva marcaron la historia de su destino. Al finalizar el cigarrillo, tiré las cenizas hacia afuera y tuve que abstenerme lo más de gritar, cuando un gigante gato negro salta al mismo tiempo, alcanzando a arañar parte de mi mano. Luego, al alejarme, noté la escena completa y pude ver docenas y docenas de gatos negros posados en el frente del edificio, formando un tapete vivo y caliente de peluzas que brillaban de lo negras en la oscuridad siniestra que concedía la espesa bruma.

Dirigí la vista al cielo donde la luna brillaba con sardónica indiferencia. Recordé entonces, no sin ser presa del pánico, la fatal profecía del guardian inefable de la puerta, Yog-Sothoth:

  • Puede verse que la luna se hace más pequeña y la hora del eclipse se acerca. Habrá muerte para los fieles, y sangrienta será la recompensa de los infieles, la luna caerá y será sorprendida, y los gusanos de la tierra se alimentarán pero sólo durante una noche. Y volverá a alzarse en su gloria y matará a los demonios del aire. Y de nuevo... habrá luz de luna.
  • Capítulo XXXII -Libro I.
  • El Manuscrito de Sussex
  • Fred L. Pelton

Las visiones escabrosas siguieron manifestándose durante la noche. A veces seguidas por una relapampagueante carcajada de bruja que me hicieron preguntar en más de una ocasión si este ruido no despertaría a mi hija. Pero me asomaba a su cuna y ella seguía plácida en sus dulces sueños. Me reprendía en seguida convenciéndome de que era fruto de alguna alucinación auditiva debida al opio, pero ni siquiera este sano pensamiento me sacó del irracional miedo que súbitamente se empezó a apoderar en mí respecto al riesgo que corría mi pequeña hija. Así parezca ridículo a algunos de mis compañeros de biblioteca Nous, recé un rosario completo antes de acostarme definitivamente. Y cuando las primeras luces del alba atravezaron la persiana pude relajarme, pero, en seguida, al recordar que hoy era Lunes, otra vez se me revolvió el estómago y el temor se apoderó nuevamente de mí, cosa que no dormí sino hasta las 7 pm, con un pensamiento fijo en mi cabeza, sacado por desgracia del abominable libro prohibido: El Necronomicón de la traducción de Dee, anotada por Lin Carter:

  • (...) Y ten siempre en cuenta que todas las manipulaciones de Hechicería que dependen de los signos de la Luna se realizan de manera más propicia en Lunes, porque ese día en sacrosanto para la Luna (...)
  • V. Acerca de los Poderes de la Luna

Hoy amanecí bajo el desasosiego infinito de estar bajo el acecho de criaturas que no obedecen a leyes humanas. Y el aire no ha mejorado en lo absoluto, de hecho estuve tosiendo toda la mañana pura tos de perro y escupiendo flema de tísico terminal, al punto extremo de manchar la acera del rojo sangre de mi esputo. A la hora de ir a comprar crema para afeitar en la mañana fui sobrecogido de una manera excepcional por la marcada arquitectura inglesa de una vieja casona abandonada ubicada en el barrio Chapinero a la altura de la 16 con 66. Como si una ráfaga indescriptible me poseyera de sensibilidad arquitectónica me sentí sumamente conmovido por el evidente estado de deterioro de la buhardilla. A través de la ventana, una gruesa capa de costal retenía vigas rebeldes que parecían querer escapar afuera para herir al desprevenido transeúnte. El resto del recorrido sentí una hostilidad inexplicable por parte de los perros hacia mi existencia, al punto de tener que arrojarle dos veces piedras a un gigante pit bull terrier.

Ya casi son las siete de la noche. El aquelarre dará inicio en pocas horas. Dios guarde tu familia y tu existencia. Así mismo, pido hagas lo mismo por mí y mi familia. Porque algo sucio se cuece esta noche.

30-abril-2007

2 comments:

Lou Goubreé said...

Gracias a Herr Luis, por fin las montañas Harz y Chapinero tienen algo que ver. ¿Será esto un mal augurio?

Nelo said...

Tal vez curioso, que el 30 de abril del 2007, exactamente ese día me fui a rehabilitar en retiro total que duraria 9 meses y 16 días. Dia que nunca olvidaré. esa noche no dormí.