Tuesday, November 04, 2008

visionarios

“Sigo creyendo en el futuro” Antonio Mora Vélez

“I believe in America” Don Vito Corleone – El padrino.


Fue como si en aquel Grant Park en Chicago sólo faltara la resplandeciente capa de Superman volando a través de la chispeante noche de victoria, para convencernos que Estados Unidos de América era un país que valía la pena defender y luchar por él. Una gran nación, capaz de unirse para demostrar que el sueño todavía estaba vivo.

Recuerdo hace cuatro años, cuando paseaba por aquel parque, cercano al gran lago Michigan, en el festival de Jazz más grande del mundo. Dos tarimas separadas a pocos metros y rodeadas de tiendas en las que se ofrecía cerveza y alitas de pollo. El clima de la locura se palpaba en el aire y las miradas de odio y rencor se centraban sobre tu sucia cabeza latina que no valía un peso. Luego te obligabas a mirar cabeza gacha y en los andenes sólo veías mensaje de odio y rencor, mierdas de White Trash y estúpidos neonazis que te preguntaban por qué mejor no regresabas a casa y grabados con palabras como spun y love-hate por donde quisieras dirigir la mirada.

Esta noche, dejando un lado mi obligación con la redacción del libro, me permití descansar un rato y ver el cubrimiento de medios nacionales como internacionales de las elecciones en los Estados Unidos. Entendí un poco mejor la dinámica de los resultados; por lo que ellos llaman los colegios electorales y cómo un estado representa cierto número de votos, mayor o menor que otro, y no es en realidad la elección popular como tal nosotros la entendemos.

En los medios decían que la apuesta de las elecciones de este año era simbólica. Era la elección entre la experiencia, John McCain, o la esperanza, Barack Obama. Cuando los primeros resultados aparecieron y ya era definitivo que McCain requería de un milagro para superar al candidato rival, sentenciaron: el pueblo norteamericano ha optado por la esperanza.

Quiero confesar el favoritismo que siempre me inspiró McCain. Lejos de las viejas caricaturas que simplifican las visiones del mundo, como: Republicano- Derecha extrema- WASP-Anticristo; en contraparte: Demócrata- Progresista- Liberal- Salvador. Observé en el candidato republicano una firmeza de temple, de decisión, de conciliación, de inteligencia y liderazgo que me llevaron a pensar sería el candidato a manejar una nación jodida que un payaso como George W. Bush había dejado perder.

Incluso antes de las primarias lo daba como favorito y no daba un peso por Hillary Clinton, la clásica zorra oportunista, ni por Barack Obama, que se me antojó un arrogante manipulador político. McCain era el contrapeso republicano al espectáculo bochornoso de los adversarios demócratas que no se atrevían a desprenderse del gran trasero canoso de ese pésimo personaje llamado Bill Clinton, tan idiota, despreciable y superficial como Nicolás Sarkozy.

Esta noche perdió la experiencia y ganó la esperanza. Estoy feliz porque el “I have a dream” ha vuelto a tener un sentido. La primera frase de Obama al dirigirse al público, como candidato ganador fue: quién de ustedes se atreve a decir que en USA ser lo que se quiera ser no es posible?” . Me alegra ver un candidato joven, entusiasta, soñador, luchador y orgulloso de su condición negra. Me alegra que sólo hace 47 años, cuando el presidente Obama nacía, se permitió el acceso al voto de la población negra y hoy, tan poco tiempo después, sea un negro el presidente de los Estados Unidos.

Pero quiero presentar mis respetos y mi admiración a la experiencia, sin la cual no seríamos nada. En su triunfo de derrota, John McCain fue admirable. Invitó a la conciliación, al respeto por el candidato y a la aceptación de Obama como presidente de USA, elegido por la mayoría del pueblo en una votación legítima e histórica. Manifestó su orgullo por él, como por el de su pueblo, por permitir que la tierra de las oportunidades fuera más que una leyenda bonita. Así mismo se mostró dispuesto a colaborar, expresando que en más de cincuenta años le había servido al país y que esta era una nueva oportunidad para servir al que desde ahora sería su presidente.

McCain debió haber sido el presidente hoy y no Obama; sólo que su campaña de elecciones fue desafortunada y sus decisión a la hora de escoger vicepresidente fue francamente estúpida. AL dirigirse a sus seguidores, en su discurso que reconocía la derrota, dijo: “si alguno cometió un error por el cual se perdió, seguramente fui yo y no ustedes” Yo le creo y admiro su humildad, como su agradecimiento por la gente que lo siguió.

Las esperanzas hoy se actualizan. En un mundo que tambalea; en el cual los científicos más optimistas aseguran que en 30 años nos extinguiremos; en el que nuestra dimensión en el universo resulta tan sombría; es casi una obligación tomar partido por los sueños y decir: la inteligencia y la imaginación no deben perecer.

Un visionario no es aquel que mira el defecto en los otros, que reprocha los defectos de una raza o de una nación, que no se cansa de tildar al ser humano como una escoria para ponerse él mismo en una situación absurda de superioridad moral. Un visionario es aquel que ve en un mongólico que echa baba por la boca un rostro de un cristo probable que fue inmovilizado por la cruz de su condición y le besa sus resecos labios para calmar su sed de infinito; es aquel que ama la estupidez del otro porque le logra amputarse un poco el peso del pensamiento; ama el defecto del otro porque en él se reconoce y no ve sino el reproche de la existencia misma sobre sí mismo sin la necesidad de enjuiciar a los demás por estar caídos en la maldición de las leyes físicas. Un visionario es aquel que tiene la capacidad de ver a la fantasía como una enfermedad y morir de fiebre en ella, suicidándose como individuo y ardiendo para siempre como una vela inextinguible asmática.

Un visionario es aquel al que mundo se le ha deshecho y enturbiado en lágrimas no ve sino en las estrellas que lo niegan el último reducto de su felicidad. Necesitamos más científicos optimistas que literatos pesimistas baratos para salvar nuestro trasero.

Y esto no es posible sino bajo unas políticas de las ciencias consecuentes con el desarrollo de la humanidad y la vida en el transcurso de este siglo. Kurzweil ha predicho 50 nuevos cambios de paradigmas científicos para este siglo; lo cual es algo desquiciado para la historia de las ciencias si vemos que el siglo pasado fue el más agitado de toda la historia de la humanidad con 5 nuevos cambios paradigmas que estuvieron presentes.

Barack Obama tiene una seria responsabilidad de ser consecuente con el futuro de la ciencia y yo aspiro que lo logre. No podríamos pedir esto a un presidente con ánimo belicista como Bush, ni a otro con propósitos meramente políticoss, sino a uno que en realidad se comprometa con propósitos sociales, educativos y científicos.

Hace 4 años estaba en un parque marcado por el odio. Un hombre de Israel me dice detrás de un almacén: sobreviste un día de Chicago, eres un héroe nacional. El clima era de intolerancia racial, locuras de pandillas, tiroteos todas las noches. Negros contra blancos y blancos contra negros, en la mitad los estúpidos latinos y de lado los insignificantes asiáticos.

Hoy veo en la televisión una diversidad fuerte, unida, esperanzada. Primer plano a la cara de Oprah envuelta en lágrimas: esta negra es más poderosa que Rockefeller, porque tiene lo que él no tiene, la gente. Los blancos lloraban junto a los negros y los hispanos levantaban sus brazos en señal de que ellos también existían, así fuera como raza para odiar.

Hace cuatro años, en medio de este clima loco de odio y miedo, entré a una tienda de guitarras Gibson, cerré los ojos y me sentí en América mientras palpaba la perfección de la técnica y el diseño de esta maravillosa creación estadounidense por excelencia.

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