Ficha técnica:
Título original: The Cave
Año: 2005
Director: Bruce Hunt
País: USA y Alemania
Guión: Michael Steinberg & Tegan West
Música: Johnny Klimek & Reinhold Heil
Fotografía: Ross Emery
Locaciones: Bucharest, Rumania. Yucatán, México.
Transcurren los años 70's en medio de la guerra fría, en algún lugar perdido en los montes cárpatos, en Rumania, un grupo de cazadores de fortunas encuentra una misteriosa iglesia asentada justo en la boca de una cueva. Fascinados con el hallazgo penetran el lugar. Al remover lo que parece ser la entrada a la cueva se desploma la edificación y quedan atrapados en una claustrofóbica penumbra.
30 años después, un grupo de geólogos locales encuentra lo que parece ser un vasto ecosistema autosuficiente ubicado justo debajo de unas ruinas de una iglesia. Lo que parece ser la entrada a una cueva. Llaman al equipo de buceadores de cuevas más sofisticado de USA mientras estos realizan exploraciones en Yucatán, México. La tarea que se les asignará será tal vez la más ambiciosa a la que se verán expuestos en sus vidas: explorar todo un sistema de cuevas y grietas submarinas con un ecosistema propio que desconoce la superficie y la vida exterior desde tiempo inmemorial.
Lo que sigue es una fantástica cadena de especulación, deleite visual, atmósferas cargadas de un vértigo hacia lo desconocido e indicios inteligentes de una estructura de película formal dentro de un film B.
En efecto, una de las críticas que más ha soportado La Cueva es la de quedarse corta ante las exigencias de un guión que requería más escenas de corte gore - lo cual implicaba un género mayor al de 13 años en que está clasificada actualmente- y que ante el afán de querer encajar como una película B, lo que la incorporaba a una economía de ritmo de acción constante, se haya perdido los intertextos que justificaban la totalidad de la historia y no se entienda en muchos casos la motivación de los personajes para ejecutar acciones, que sin la claridad de sus propios intereses, parecen impulsos de personajes desesperados y dementes. El recurso del director consistirá en estos guiños inteligentes, pero que de alguna manera no salva la historia de no tener una base sólida que permita al espectador sentir un grado de afecto por los personajes. Además que son muchísimos los personajes para mi gusto.
La fantástica cadena de especulación: al llegar a la iglesia uno de los expedicionarios se pregunta qué hace una iglesia en la entrada de una cueva. La respuesta inmediata es que las cuevas eran objeto de culto de las sociedades paganas ancestrales, las cuales creían en todo un mundo subterráneo yaciendo desde abajo, en el interior de las montañas. La creencia decía que al llegar la iglesia católica a estos lugares se enfrentó a demonios alados, los cuales fueron vencidos por el poder de Dios. Como una evidencia de esta lucha se construyó la iglesia como una promesa de la superioridad de Dios sobre las criaturas del submundo. De todos modos, reconoce el investigador, no era sino una manera más de imponerse la iglesia sobre los otros ritos. Ahora bien ¿qué hay de cierto en estas hipótesis y cuánto de falso? Una cosa es cierta: la obsesión de la iglesia por conquistar estos lugares indomables de la naturaleza y demostrar que hasta allí también llega el poder de Dios, asentando allí su morada en las iglesias. Como si la majestuosidad de la naturaleza quedara relegada a un segundo orden ante la majestuosidad de Dios. En este caso, es un hecho que existen iglesias construidas en las entradas de algunas imponentes cuevas.
Por otra parte, la película se plantea la cuestión de si en realidad estos demonios a los que hacia referencia la mitología no se trataban realmente del proceso natural y biológico de una cadena alimenticia dentro de un ecosistema autosuficiente. La ciencia conoce la mutación real que ejercen algunos parásitos sobre los organismos de todo un ecosistema a beneficio suyo. Es el caso del desorden más atroz que conozca la naturaleza en la morfologia de las ranas. En cierta parte del planeta se conocía el triste caso de una rana que empezaba a mutar de una manera completamente desconocida y espantosa, pues la mutación le generaba nuevas extremidades a manera de parodia y podía darse el caso de aberración de una rana que contara con más de 20 de estas paródicas extremidades por todo su cuerpo, lo que lo obligaba a permanecer en un estado casi de total reposo hasta la sentencia última de la muerte. Se pensó en un primer momento en un caso aislado de mutación. Pero cuando las investigaciones fueron brindando resultados se descubrió que era sólo parte del proceso de todo un ciclo de alimentación y sobrevivencia de un parásito. Empezaba como la forma más primitiva, casi un embrión que resultaba digerido fácilmente por un pez, el pez experimentaba transformaciones que lo convertían en presa fácil de las ranas. Así mismo las ranas empezaban a experimentar estas mutaciones lamentables en su organismo, las cuales le entorpecían considerablemente el movimiento, lo cual las convertía en presas indefensas de las aves que transitaban el lugar. Estas aves a su vez volvían a soltar el parásito al mundo a través de las excreciones y así es que llegaban de nuevo hasta su primigenio medio ambiente marino.
Otro componente fundamental de la película es la propuesta estética.
Nemo.
Nemo fue el nombre que pronunció Odiseo cuando Polifemo le preguntó su nombre momentos antes de ser atacado, mientras dormía. Luego el cíclope herido en su único ojo, quedó sumido ante la impotencia, puesto que al preguntársele por el nombre de su atacante respondía Nemo que significa Nadie.
1 comment:
Me gustó tu reseña. Abarcaste además de la narración, todos los aspectos estéticos y técnicos que siempre analiza un buen crítico, lejos del juicio de un espectador común y corriente, que es: me gustó o no. Ahora entiendo por qué me pediste la peli de art-dvd.Un beso, Miko.
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