Sunday, August 10, 2008

el mundo se torna fugaz y fantasma

El mundo se torna fugaz y fantasma. Recuerdos como todo el mundo tengo, abundantes en belleza y melancolía, melancolía entendida como la imposibilidad de retornar a casa. Ahora estoy a flor de piel ante este nuevo asalto de la memoria. Recuerdo que tuve muñecos, paredes, padre y perro. Un mundo real que se fue cayendo a pedazos donde quiera deseaba descansar la vista. Era joven y el mundo era grande; no conocía las calles, la gente que me rodeaba tenía nombres tan curiosos como las plantas, podría reir con tanta fuerza como llorar y el llanto me venía a bien; conocía el modo de encontrar las lágrimas al interior de mi cerebro y ordenarlas que salieran, con ellas controlaba. No era bueno con las palabras; no podía decir Gabriel sino siempre Grabiel; así no es niño, no sabes hablar; no podía decir triste sino tistre; así no es niño, no sabes decir triste.

En la época que escribo la gente iba a los centros comerciales, soñaba con salir de la pobreza, se miraba ante las fotografías de la publicidad pretendiendo reconocerse en alguno de esos gestos. En esa época la gente iba a sitios llamados restaurantes a comer suculentos platos y soñar con el día en que todos los almuerzos fueran tan sabrosos. En la época que trato de explicar me venían los recuerdos la gente tenía tanta capacidad adquisitiva que podían elegir a su antojo la ropa de manera que pudieran expresar algo, identificar algo.

Mi padre trabajaba como productor en una pequeña empresa fílmica que había montado ante la imposibilidad de encontrar un empleo tradicional y de esta forma se escondía para poderse humillar con más desfachatez ante sus colegas que lo veían como una persona sin talento ni inteligencia. Él también vivía para el sueño y solía escribir largos guiones sobre historias de amor urbanas. Él se sentaba en los cafés, pedía un vaso de agua y me decía que algún día se iría lance en ristre contra todos los cineastas luego de haber recibido las mejores condecoraciones y reconocimientos de sus pares; trabajaba duro para ello. Yo no entendía pero tenía un padre a quien amar y un perro del que cuidar.

En la televisión empezaron a matar a la gente. Sobretodo a la gente que conocía mi padre. Mi padre se sentaba y decía hijueputa y luego se perdía al interior del patio. Mis muñecos me miraban tan absortos como yo había quedado. Mi padre no conocía mucha gente y nunca nos visitaban mucho. A veces solía encontrarlo borracho hablando sobre el porvenir de la industria y el papel que él jugaría. Decía que serían tiempos de renovación, de conciencia.

El día que mi padre le dijo a mi madre que se volviera puta él me cargaba en sus fuertes hombros y ella le tiró un zapato a su ojo. Le sangró y tuvieron que llevarlo al hospital de urgencia. A la semana mi madre se prostituía. Al regreso por las tardes me traía dulces, se sentaba frente a mi padre; él por lo general estaba tan inconciente que se sacaba la polla y la obligaba a chupársela y yo presenciaba el espectáculo con una barra de chocolate entre los labios.

En esa época los niños teníamos juguetes que correspondían a la cartelera de cine. Yo tenía al obeso Maco que resultaba muy gracioso junto su compañero, el genial marciano Roye. Me gustaba defecar y untar de mierda mis muñecos. Luego en clase la maestra me pegaba con la regla en la cabeza porque no sabía escribir bien el dictado. Me decía que debía escribir de una forma amena, clara, entretenida y sin adornos. Yo tenía una casa y unos muñecos y unas paredes y un padre y un perro y no he hablado del perro. El perro se llamaba catalino y vivía en el patio del inquilinato. En el patio del inquilinato una chica llamada Bica fumaba marihuana y culeaba con su novio. A nadie le gustaba que un chico andara cerca de Bica. Pero Bica tenía una risa dulce y extinguida. Me decía que yo era como un noble enclaustrado en el cuerpo de un bobo. Me gustaba la manera tan solemne en que me decía que los sueños de la infancia eran un turrón de azucar. Yo me escondía debajo de mi perro y veía como Bica se besaba con su novio de cabellos largos.

Hace unos años la gente se reunía y discutía sobre las palabras. Era una manera de reafirmar la clase. La gente que usaba palabras ostentosas era por lógica dialéctica gente vulgar. En cambio, decir las cosas con palabras que se consideraban corrientes era de clases educadas y altas. No decían cabello los ricos, ni tampoco rostro. Ni decían sueños argentados. Ni decían hambre apabullador. No decían hasta luego, decían chao. No decían hola, cómo estás; decían quiubo, todo bien. Ay la profesora me pegaba unos reglazos en la cabeza. Ay los muñecos apestaban a mis propias heces fecales. Ay la Bica me decía: chico te molestaría recoger el vómito de tu perro?

Yo supongo entonces que las paredes no me necesitaban, tampoco mis odiosos muñecos embadurnados de mi propia mierda, en ocasiones de sangre, en ocasiones de llanto, porque lloraba mucho, como una soberana marica, lloraba mucho por mis sueños argentados en un mundo rudimentario. Mi padre tampoco me necesitaba porque me pegaba con su bastón en las pantorillas y decía que no había nada más desagradable que mis pantorillas y mis raspadas rodillas, ni mi flacuchento culo que no se molestaba en tirarse pedos y llenar de pedos la habitación y ser tan ordinario que eran pedos sigilosos y callados pero de un olor impregnante, que terminaba por destruir todo, entienden, destruían todo esos pedos, en primera instancia mi nombre, luego mi carne, después mi vida y terminaban por destruir también las paredes y a mi perro catalino y a mi pobre padre que no soportaba mis insoportables pedos.

No diré que el big bang sea el producto de un pedo de un dios de la antimateria estúpido tal como lo soy yo pero sería bonito que lo dijera alguien con credencial científica o teológica para que la gente dijera que se trataba de una teoría revolucionaria en el campo del entendimiento del cosmos. En cambio yo soy lo suficientemente idiota como para decir que el big bang es producto de un pedo de un dios idiota y la gente se aburre pronto de esas salidas en falso, esas suposiciones erráticas y de todas maneras fáciles de ver las cosas. En todo caso, quién no está aburrido de este blog?

Con el tiempo descubrí gente que sabía tirarse pedos. Me decían, oye, gaznate de alimaña, he aquí mi motocicleta. Y entonces recorrían todo el salón con un prolongado pedo que uno se preguntaba cómo era posible retener las heces dentro soltando tal cantidad de reverberación en el trasero del muchacho. En esta época ya todo se había acabado. El universo sobre todo. Yo vivía en un recuadro de sobrevivencia que habían mantenido algunos humanos frente al duro invierno de la venganza azotada por las constelaciones en las palabras de los hombres. Le interesa algo? Para su conocimiento todo ahora es duro. Ya no existen mujeres con las que los hombres puedan soñar. Los trabajos son básicos. Prender el fuego, chupar orificios de anos enfermos. La carne reseca resquebrajada con los fuertes vientos huracanados es una tira de dolor no más que sostiene hambres apabullantes. Yo recuerdo la atmósfera azul, los sueños, la esperanza, a mi pobre padre, a mi perro, a la Bica. Todos hicieron parte de lo mismo.

Y sobreviví yo que soy un tarado entienden. EN mi edad adulta hice un blog y no lo leía sino gente muy estúpida, era divertido porque lo leían para aburrirse pronto y decir: saben, yo puedo escribir una mejor mierda que eso. Le hablo de blog y usted no sabe ni siquiera qué significa muerte. La existencia obedece a aquella desolación abrumadora llamada tiempo. Pero el tiempo no es uno sólo como no es uno sólo quien se encuentra solo sino que es más que una aniquilación acompasada de murmullos internos. Y el tiempo que no es solo tiene su tiempo así como la muerte que no es solo una contiene su muerte. Al tiempo lo componen una simultaneidad y una corriente de tiempos que hacen posible que el tiempo se extienda y se olvide así mismo llegará el día en que en nuestra dimensión el tiempo evolucione al nivel del tiempo de las partículas y tampoco sepamos reconocer el tiempo como vivir en él contrariando su curso. La palabra tiempo carecerá de tiempo, es decir de sentido. La muerte debe componerse de un nacimiento llamado así mismo una extensión de muerte que expresa diferentes niveles y cursos de muerte en el marco de la muerte que ya no es la muerte que comprendemos como la bendición que sierra las voluciones sino una fatiga que devora los pasos que anduvo. La belleza es un dolor incomensurable que nos obliga a aspirar esta muerte y cuanto más nos duele más sentimos esta vida chocante en contraposición con esta agonía infinita que se representa en lo inconcebible. La belleza es infinita y el dolor que produce no aprehenderla nos conecta por dialéctica a la vida que debemos abortar en nuestro propio seno arrancando toda arteria que brota y vuelve a aferrarse al corazón. Ahora, esto no es un blog, esto es una manera de tornarse fantasma.

1 comment:

Tadeshina said...

"(..)-A quien le abra mis piernas o no es problema mío- dice ella mientras deposita el empaque de azúcar vacío en el cenincero
-Deberías dedicarte a eso, finalmente es lo que mejor sabes hacer- responde él con determinación.

Ella esboza una ligera sonrisa,levantando forzadamente una parte de su labio superior, como un gruñido ahogado.

-Aunque deberías considerar que como puta te iría muy mal, tampoco sería un negocio lucrativo.

Paula contiene las lágrimas que se avecinan en el borde de su ojo, como goterones que quieren precipitarse al vacío y se deshacen con el mínimo roce de la misma manera que se pierde el encanto por la vida."