1
¿Piernas
para qué las quiero?
Si ya no tengo
por qué danzar
Si ya no pretendo
ir a parte alguna.
¿Piernas?
Basta una
2
Bajo
que subo
bajo que
subo
camas
inmensas
¿A dónde me llevas
todas las noches
pie muerto
pie muerto?
Corro, entre heces
de infancia, sábanas
de hospital, las calles
de una ciudad que no duerme
y a donde voces barrocas
llenan el aire
de
p
l
u
m
a
s sofocantes
y el amigo sin cuerpo
se burla de los amantes
que ruedan en la hierba
¿Por qué me abandonaste
pie muerto
pie muerto
sangrando en medio
de tan gran sertón?
no
n o
¡NO!
3
Aquí estoy,
Dora, en tu regazo,
desnudo
como en el principio
de todo.
Me toma
me arrulla
me protege
Fuiste siempre mi madre
y mi hija
(desde el principio
de todo) la mujer.
4
Cuentan que anoche un extraño murciélago asustó a los
pacientes de la enfermería general.
Cuentan que esta mañana todos los frascos del
ambulatorio aparecieron inexplicablemente sin tapa,
los rollos de gasa sucios de rojo.
5
Llegó la hora
de despedirnos
el uno del otro, mi querida
data vermibus
pierna izquierda.
A las doce meridiano
nos separarán
ad eternitatem.
Púdicamente envuelta
en un apósito
te llevarán
de la sala de cirugía
hacia algún otro (cementerio
o tacho de basura
¿qué importa?) lugar
donde permanecerás a la espera
a su tiempo y hora
del resto de nosotros.
6
izquierda derecha
izquierda derecha
derecha
derecha
Ninguna pierna
es eterna.
7
Lejos
del cuerpo
tendrás
de ahora en adelante
que caminar sola
hasta el día del Juicio.
No hay
prisa
Ni nada que temer:
te daremos alcance
oportunamente
En la peor de las hipótesis
si llegaras antes
que nosotros
ante el Juez
coraje:
no tienes la culpa
(recuérdalo)
de nada.
Quien dio los malos pasos
en la vida
fueron la arrogancia de la cabeza
el ansia
de las glándulas
la incurable ceguera
del corazón.
Los tropiezos
los dio el alma
ignorante de los huecos
del camino
de las trampas
del mundo.
Mas no te preocupes
que en el instante final
estaremos juntos
listos para la sentencia
sea la que fuere
contra nosotros
labrada:
las perplejidades
de un otro Lugar
o la inconcebible
paz
de la Nada.
José Paulo Paes
LA POESÍA ESTÁ MUERTA
MAS JURO QUE NÄO FUI EU
De prosas seguidas
de odes mínimas (1992)
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