Thursday, July 26, 2007

la oscuridad de estas esferas

Cada día empieza peor, grandes estertores se apoderan de la habitación roja que encierra las pesadillas de la noche. En las tabernas nadie se sienta cerca a ti, todos te repudian, la chica de la barra te pregunta cómo estás y tienes la cabeza tan abajo que no logras articular palabra. El lenguaje artificial de la máquina te sube por los hombros biónicos y te paraliza con un dolor ártico el cerebro. Tomas cerveza hasta el embrutecimiento aniquilador de los sentidos. En 5 días partiría como voluntario a la misión en la estación satelital Fakeness Pure. Hace 5 días conocí a Clara. Una belleza indómita salida de las regiones incontenibles de las guerrillas satelitales. Cuerpo de Amazonas, un rostro duro e impasible. Me sometí a la amputación de los dos brazos con el fin de instalar a cambio dos poderosos brazos biónicos. Sólo es una defragmentación irresistible por encima del mismo tiempo. Ejerce la visión de dos escuálidas figuras orientales en la penumbra del bar galáctico Mandarina. La diosa siente morir y su sombra sale apresurada hacia su caverna y choca contra las paredes y choca contra las regiones de luz que aún se niegan a morir. Consume cocaína hasta el ocaso. El tiempo no importa. La ausencia de Clara te golpea del mismo modo en que el sol rebota contra tus gafas de espejo. Adentro bien podrías estar muerto. Ahora te encuentras sumergido en un mar que no te concierne. Las estrellas te congelan los pómulos y tratas de ir más allá de ti a través de nuevas expectativas que te dejan defraudado nuevamente. Te recoges en posición fetal para tratar de evadir el dolor que te abruma pero ya nadie existe. Seguramente las constelaciones también murieron.

2 comments:

El Incendiario said...

Y Ud dice ser el heredero de Burroughs de Fante, de Bukowski o del genial Bataille?

Deje de prostituir a estos autores con sus imitaciones baratas... Como se ve que es un ex-alumno frustrado salido del francés y que quiso ser un Beaudelaire y no un pinche colombianito...

Anonymous said...

Me gusta más así; el anterior texto no era tan contundente como este, tanta importancia a un personajillo como Jay, le restaba importancia a la belleza del texto que modificaste. Cada vez más te impregnas de tu propio estilo, que -contradiciendo a nuestro querido incendario- no tiene el más mínimo dejo ni de Bukowski, ni mucho menos de Burrroughs -aunque es muy poco lo que conozco de su obra-. Un cyber-beso, como los de antes, Lain.