Monday, November 27, 2006

Horas de angustia


Dedicado a Ramone

Las almorranas del psiquiatra sobre la acera de la calle 82 podían explicar hasta qué punto habían llegado las cosas. Cuando recuperé la sobriedad quise un informe exacto de los costos de la anarquía. No hubo respuesta. Recordé los días en la universidad y supe entonces que debí haber ido a guerra. En cambio preferí las calles y el tráfico de la mano de Carolina Coe. La última vez que vi a Coe fue en La Zona Neutra. Yo era un pobre farsante más sin licencia para asesinar. Ella me vio alejarse para empezar a gritar: Marica, sos un marica, una completa loca, que te den rico por ese culito roto. No, baby, te equivocaste de personaje. Me encontraste en mi peor estado: ni rastro del hombre que alguna vez estuvo. La cicatriz en mi cara ya poco decía desde que desfigurarse la cara se volvió tan de moda como tatuarse el cuerpo. Ese hecho aminoró un poco el estigma pero no el recuerdo constante: el recuerdo de haber sido vencido, con mis propias reglas, en mi propia casa. Nos derrotaron los ñeros. Desde cualquier esquina que se escogiera, todo era ese horrible ritmo alegre del reggeaton de mierda. Qué quedaba de esos días si todo parecía devolverse como un escupitajo lanzado al cielo? No es novedad que la policía es estúpida: pero esta policía aprendió a detectar tus puntos flacos y ya no era sino asomarse a su campo de visión y de nuevo estabas en problemas. El hastío llegó rápido. No eras igual de joven para aceptar la misma gilipollez de la poli, semana tras semana. La cárcel dejó de parecer súbitamente una buena opción para perder el domingo por la tarde. Pero ahora que estabas inserto, tampoco podrías escapar del lingo propio de las aceras. Tratabas de pasar desapercibido y de pronto la llamada del tercer piso: era Dios quien te gritaba: cuándo vuelves que te tengo tu ración asegurada. Una vez te levantas del nivel del piso en la Ciudad Negra el vicio te reclama pesadamente, como plomo suspendido. Y sólo tratas de seguir con la mirada firme al horizonte, como las demás ratas de alcantarilla que se mueven inconcientemente a través de sus vidas programadas, aunque ahora eres incapaz: más incapaz que nunca. Te sientes como en ese video de Radiohead: Just. Y parece como si te bastara con armar polémicas en las conferencias sobre la alternatividad de medios: por que te crispan los pelos del culo que hablen de Pirry como el gran modelo de crítica para los adolescentes: pero quién más podría serlo? acaso tú? Alguien te ha llamado: tartamudo mental y no has sabido cómo responderle. Porque de alguna manera sabes que tiene razón a pesar de que esta condición no haya sido tu culpa. Porque ha sido el precio de haberte entregado tan fácilmente al centro de estudios del sistema nervioso. Cuando los médicos psiquiatras disfrutaban cruelmente al ver tu voluntad sometida. Tu identidad fue puesta entre paréntesis con la finalidad de lograr la recuperación de la enfermedad mental. Y en un punto en que no podías más te encontraste con una risa falsa, afirmando rotundamente: gracias por esta profilaxis. En la pantalla ves que los salubristas públicos se aceleran en demostrar que en el año dosmil-no-sé-que-hijueputas la primera causa de muerte no será por enfermedades físicas sino por enfermedades mentales: bien merecido: finalmente cuando Freud habló de Neurosis se refería a un nivel de histeria general de la sociedad occidental y no de individuos locos: cuándo se ha visto a un indigena con depresión o crisis de identidades múltiples? La sobriedad ha llegado demasiado tarde: carente de respuestas. No, baby, te equivocaste de personaje.

3 comments:

Anonymous said...

Y les encanta vociferar la maricada cuando no hay más bajo el cuerpo que una merejada de lágrimas que buscan algún conducto por donde salir. Es por eso que siempre se equivoca, ya no es lo mismo, no hay juego todo ve en serio como cambiando balas de salva por unas de verdad.

sonda vesical said...

Hey, que buen blog. Alcanzo a sentir esa pesadez en el cuerpo y las profundas laceraciones del alma.

Anonymous said...

Un poco jarto ala.... mucha palabrería y no dice nada...