Tuesday, August 22, 2006

Trojan. El pase de cuentas.

Los malditos bloggers son incorregibles, mierda.

Escupió al botar el cigarrillo y salió de su casa. En la Avenida le hizo pistola a las gothic lolitas que le miraban el pantalón roto en el culo. Tomó el bus luego de larga espera. En el bus vio una chica que le gustaba, como le gustaban: camisa negra desgarrada que dejaba ver en su interior una blusa de mallas también negra, labios pintados de negro, sombra violeta y sonrisa de golfa de tres pesos. Hizo lo posible por sentarse a su lado pero un muchacho negro, usando ropa Emo, se le adelantó y el Troyano maldijo su suerte. Se sentó en el puesto desocupado del lado, de modo que podía verles. Una anciana se iba a sentar cerca pero al verle detenidamente improvisó un gesto de indignación y se sentó al lado de un garcon que chupaba mocos. El Emo ya había entablado conversación con la darkie y el Troyano apretaba sus puños. Sonó el celular Motorola del Troyano y pudo comprobar que se trataba de Tata, la puta perra prostituta zorra que le había propinado una cachetada el fin de semana.

Joder, qué mierda quieres Tata?
Te amo Heriberto, esa es la razón por la que te llamo
No me llames más Tata, no jodas.

Heriberto colgó con gesto exagerado, pero al voltear a ver ni la darkie ni el negro habían reparado en él. El Troyano escupió con tal torpeza y tan poca fuerza que el escupitajo fue a darle en un costado del pantalón. Se sentó al lado del Troyano un hombre que olía a chucha y a pedos y a muerte y a soledad. Maldijo su suerte el Troyano y entonó una canción de La Polla Records. Heriberto pensaba que sólo era cuestión de mala suerte el que le fuera tan mal en su triste vida. Nunca se le había presentado la oportunidad para hablar con las gothic lolitas y convencerlas que Gwen Stefani no era el único modelo femenino a seguir sino que también existía mucha gente, allá, en ese mundo fuera de la pantalla, que también podría enseñarles a ser rebeldes... debería existir, aunque Heriberto no conociera a nadie. Al bajar del bus, en la Javeriana, donde estudiaba el Troyano, sintió ganas de escupir a los payasos uniformados de su asiento cercano: el maldito negro Emo y la puta Darkie. En la Javeriana Heriberto abrió los pulmones y sintió que ahora sí estaba en su territorio. Saludó a un idiota de cresta roja y el de la cresta roja hizo como si no lo conociera. Heriberto sabía bien de quien se trataba: era un idiota que tenía un blog con 5.382 visitas y se hacía llamar: Síndrome de abstinencia al videodromo. Tenía que matar a ese sujeto, el Troyano lo sabía bien. Se fue al parque Nacional y se fumó dos porros junto a su amigo gaitanista enfermo de gonorrea. Cada uno tomó un audífono y el gaitanista le dijo al troyano: tienes que escuchar esta mierda, es jodidamente buena. Así que escucharon un rato un poco de The Casualties y se fueron a tomar Moscato a la tienda del viejo anciano. En su recorrido un punkero de poca monta se le acercó al Troyano y le dijo

Entonces qué parce... muy punkero con esa facha o qué
No, no señor, para nada
Piérdase parce si no quiere que lo levante a patadas
Malditos punkeros idiotas nunca hacen nada, sólo meter miedo
Ah sí.. a ver que le sabe esta riata

Gaitanista y Troyano corrieron a través de un valle muerto en la calle 45 con carrera 13. Gaitanista confesó a Troyano que le gustaba Tata. Troyano le hizo saber que no había problema, que tiraba muy rico y que le deseaba suerte. Lo del sexo era mentira, Troyano nunca había tenido sexo con una mujer a no ser que le pagara: obviamente Tata nunca se lo había follado porque le causaba lástima y no quería lastimarlo. A Gaitanista le dolió la confesión y quiso golpear a Troyano pero no se le lanzó porque sabía que era un hombre débil y, a pesar de todo, idiota. También el enfermo sentía compasión por el troyano: el cual no era malo sino de la pantalla hacia adentro. Todas las mujeres los prefieren negros o rubios, no les gusta los puntos medios. A veces olvidaba que pertenecía también a un planeta dentro de un sistema solar árido y olvidado. Gaitanista cantaba Karma Police y se agarraba la polla, presumiendo de ella al pobre Troyano que estaba tirado en la acera vomitando. El porro le iba mal a Heriberto pero no estaba dispuesto a dejarlo. Primero muerto antes que despojarme de La Polla Records y del Bareto. Su frase de cajón más reconocida. A los profesores no les hacía gracia. Troyano era de los que hablaba de anarquía en clase e interrumpía el trabajo de sus compañeros para decir:

Abajo el sistema

Por supuesto, el troyano era el hazmereir de clases. A las chicas inspiraba asco. Incluso a Sandra, que en un principio pensó que era inteligente. Luego de verlo bailando borracho esa noche juró jamás volver a ser vista con él. La única que lo amaba era Tata. Pero el Troyano despreciaba a Tata luego de saber que ella estaba con él porque le recordaba a su hermano retrasado mental que vivía en Miami. Y no es que el hermano fuera mala persona, sencillamente Heriberto creía que lo que él quería era algo más de informalidad en sus relaciones. Pero siempre se veía caído en el piso, vomitando bilis o bailando sin camisa en la tienda del viejo anciano.

Finalmente el Troyano tomó cartas en el asunto y se fue a vivir a Santa Marta y allí se hizo un escritor famoso y se le llamaba el Bukowski del caribe y nadie más volvió a saber de ese idiota.

2 comments:

Anonymous said...

Troyano es muy loser...es adolescente? (por el moscato, digo) terminó conviertiéndose en una especie de Efraim Medina?. I guess so...Se parece al cuento de Michael Morris que escribí cuando tenía diez años jiji

r said...

JEJE, estuvo gracioso, sobretodo lo de el hermano retrasado mental.