Thursday, February 17, 2011

CURSORES FILENOS

Esta historia surgió a partir de la invitación del artista Patricio Dalgo para participar en un Festival de Arte Generado por Mouse -atravesado por la condición precaria y subalterna- en el Ecuador. Lamentablemente, por problemas precisamente de precariedad técnica, tal como nos lo explicó Patricio, nos quedamos sin hacer la presentación pensada a manera de conferencia por Skype. Entendemos que estos contratiempos ocurren, sobre todo cuando se refieren a "eventos de tecnología precaria"; no obstante, la gentil invitación nos motivó a escribir una reflexión sobre la relación platónica entre el mouse y el cursor en la interfaz gráfica. Y, pues bien, ya que el texto no se pudo leer en el festival lo compartimos por este medio.

CURSORES FILENOS

Por Luis Cermeño y Andrés Felipe Escovar

Dedicado a Tucídides Chacón,
El Alto, Bolivia.


Me quedé encerrado por fuera.
CURSOR.








- Se me perdió el ratón, mamá .

- Se me desdibujó el mundo, papito.


1. Seleccione sexo.
2. Copie y pegue y meneo en el rabo del ratón.
3. Guarde un nuevo archivo: una decepción amorosa que vivificará las lágrimas
4. El ratón está angustiado.
5. Huye, huye ratoncito.
6. A dónde van tus cursores lejos de ese invierno alemán en donde a tu ratona la han pisado como gallina clueca?
7. El ratón no sabe, el ratón se quiere ir, ¿o querrá quedarse? Algunas veces el ratón cree que él no maneja el cursor sino el cursor a él, así como muchos creen que Diosito los maneja y no nosotros a Diosito. ¿Qué será? ¿Qué será? Ay yo no sé. Me quiero morir.
8. ¿Quién se quiere morir el cursor o el mouse? El teclado, maestro.
9. Se me borró la pantalla y sin pantalla no hay mouse que valga.
10. ¿Y el cursor?
11. Los cursores sí existen, siempre existirán, cuando la pantalla se apaga naufragarán en la oscuriodad yu no hay mouse que valga. Ya es tarde muy tarde siempre es tarde por temprano que sea.
12. El espía Mouse está acechando: achtung
13. No hubo negociaciones de paz entre el mouse y el cursor
14. Cursor mío, cursor mío ¿por qué me has abandonado?
15. Esa decepción fue un pantallazo de la gelidez de las galaxias para conmigo.
16. El mouse está cabeceando como un loro.
17. En el futuro habrán loros que manejarán cursores. Loros que dirán: muévete allí cursor. Y el cursor lo hará. Ya no habrá mouse que valga solo loros
18. Rua rua ¿quiere cacao?
19. No gracias, soy sordo. Dirá el cursor.
20. Vendrá el topo ciego a imponer sus cursores filenos.
21. Ollanta Humala se comió un ratón y la flecha le dice: vete a la puna.

22.

Oh Puno! Mi puno!

Puno Puno Puno

Puno penario pena pene

Puno pasmado postrado aterido

Mañana cuando en el río profundo de los tiempos

Mi cadáver se hunda y profeses mi triste nombre

No habrá tiempo ni lugar para cometer este deicidio

Que en cucharadas me conmina a lagrimear

Como las llamas que algún mortal peruano amó

Oh Puno Puno Puno

Mi Puno Puno

Los príncipes Punescos carecen de esqueleto

Las amibas decidieron volcarse sobre sí mismas
A tus orillas de frío incólume y ministerial

Mi hermanito llama.

Mi hermanito está muerto

Mi papasito también.


23. Me asestaste un golpe al ecuador de mis sueños
24. Me diste en el Guayaquil de mi sexo
25. Iquitos se empalagó de teclados sin consonantes.
26. AEIOU
27. El ratón sabe más que tú
28. Y el cursor sabe más que el ratón
29. Por lo tanto el cursor no sabe más que tú
30. Me espiaron hasta lo que no tenía en el corazón.
31. El cursor se inventó unos días en los que no nací y me dio jornadas incansables en la penumbra de las computadoras apagas. Porque el cursor existe sin necesidad de pantalla.
32. Al cursor yo lo veo cursando antiguos y vastos ríos amazónicos que bañaron Iquitos, Perú.
33. Y el topo dice: yo no veo ningún cursor
34. El mouse contesta: porque usted está ciego y el cursor no es para los ciegos
35. Falso, dice el loro. Porque yo ciego lo dirijo con mi canto.
36. Tú no estás ciego, sólo no quieres ver. Le increpa el topo. Ciego estoy yo, que ni siquiera sé si la pantalla está prendida o apagada. No tengo cursor que me dirija.
37. Cursor mío, cursor mío, por qué me has abandonado.
38. Habrá una peste negra ocasionada por los Mouse. Nos morderán las manos, nos saldrán bubos en la piel y nuestras cabezas quedarán clavadas en los tecladeos que plasmaran la hora y la fecha de nuestros nombres en la pantalla negra del espacio en que los extraterrestres se pierden.
39. ¿Hay cursores extraterrestres?
40. No, los cursores nunca han sido terrestres, a lo mucho han sido filenos.
41. Filenos que atraviesan el pecho por la daga envenenada de sus deseos brujos.
42. Estoy cabeceando, mano.
43. ¿Otra vez el mouse?
44. Acabó de ver a la ratona siendo pisada por un gallo del asia menor.
45. ¿De donde es Cristo?
46. No, de más allá, porque el reino de él era de otro mundo. El mundo del cursor. Y el mouse es tan terreno como un arado en que descampan los espantapájaros mongólicos del mundo informático.
47. El teclado se volvió marica y clama sin cesar manos enteras que lo toquen hasta que sus letras sean borradas hasta devenir un piano triste y enmudecido con mucho frío, un frío desgonzado de las sierras quiteñas de sus párpados caídos.
48. Se envejeció el teclado y le dio alzheimer y ya no habrán palabras sólo cursores oprimiendo a la nada. A la nada de las vulvas y el bulbo raquídeo que quedó como espejo de lo que alguna vez pasó por el silicio de esta Tierra
49. Se me condujeron mis nostalgias, dijo el microchip mientras se recalentaba de lo mero triste.
50. Te esperaré toda la vida, dijo Julio Jaramillo. Jaramillo o acaso otro mouse que se estropeaba lejos de su cursor. De temperamento juramental.
51. Pigmeus in extremis extraterrestrus.
52. ¿Un emperador de cursores incas?+
53. Un sueño dorado de El Dorado.
54. Me hicieron el ayayay, exclamó Manco Capac
55. Eso no es nada maestro, replicó el manco de Lepanto. A mí me tocó inventarme un viejo que se enamorará porque de amor yo nunca supe.
56. ¿Los mouse saben de amor?
57. No, los mouse sólo se reproducen como conejos.
58. ¿Y los cursores como se prolongan en el tiempo?
59. En las pantallas no hay tiempo, ni espacio, ni tampoco ilusiones. Tan solo carencias que titilan en los ojos de los ciegos
60. ¿Y quién está ciego?
61. Pues yo, el topo.
62. Y Borges y Homero también.
63. Los ciegos parpadean, pregunta el loro
64. Sí, a la nada
65. Y en esa nada los cursores podrán moverse por sus parpadeos
66. No, los cursores no se mueven ellos mueven las dunas de los desiertos iluminados de las pantallas de los ordenadores de Diosito.
67. ¿O sea que Diosito existe?
68. No, él me dijo que no existía.
69. ¿Mongólico? ¿Eres el mongólico?
70. No, soy el loro de Abisinia y aprendí de Rimbaud que lo mejor es mandarlo todo a la mierda
71. Pero si a ti no te gustaba Rimbaud.
72. Me gustaba como hombre mas no como poeta.
73. ¿Y qué poeta te gusta?
74. El que ha borrado con su cursos las palabras que nunca dijo
75. ¿Pero las escribió alguna vez?
76. Sólo Dios sabe.
77. Pero si dijiste que Dios no existe.
78. Pues por eso. Concluye el Loro.
79. Se escurrió el líquido de la pantalla
80. Es porque está llorando
81. ¿Por qué llora?
82. Porque ha descubierto que más allá del cursor hay otro cursor que lo precede y detrás de ese cursor otro que no podría incurrir en llamar el big bang.
83. ¿Bang? ¿Como un disparo?
84. No. Bang, como el golpe de una pelvis fuerte contra unas nalgas tersas. Bang Bang Bang. Uy Uy Uy, qué rico.
85. ¿Acaso tienes cuerpo¡
86. Sólo un cuerpo de axiomas matemáticos
87. ¿Y cuál es el axioma del Mouse?
88. Desaparecer.
89. Dígame: ¿el cursor es el axioma de la interfaz gráfica de los sueños?
90. El cursor es el axioma de todos nosotros. No sólo de nuestros sueños. Alguna vez sabrás que hay un cursor en donde ir. No le hagas caso, puesto que sólo te puede llevar al proemio de Parménides que murió gritando eureka.
91. Pero ese no es Parménides.
92. ¿Eres Dios, para saberlo? Además después de muerto, los nombres sólo le importan a las lápidas.
93. ¿El teclado puede hacer inscripciones sobre tumbas anónimas?
94. El teclado no puede hacer nada si no existen manos quisquillosas que lo manoseen.
95. Falso. El teclado me dijo que puede desprenderse de sus teclas como el intestino puede liberarse de su ano.
96. Hay muchos anales desde los romanos, anales hechos por un cursor que ellos no vieron por estar enamorados de Piero Della Francesca.
97. ¿Las francesas son ratonas muy putas?
98. Muchísimo, Loro. No les hagas caso. Ellas también botan líquido como las pantallas. No líquidos lagrimeantes sino lascivos, sucios. Sus corsés están llenos de cebo de pecado.
99. ¿Los cursores pecan?
100. No, los cursores no pecan, solo porque no existen.



Tuesday, February 01, 2011

Un alzheimer que viene y otro que se va

Un alzheimer que viene y otro que se va

(Ilusión del Tríptico de Verano y una mirla)

Por Andrés Escárraga




"Y todas las promesas se cumplieron". Rabito.


Julián Marsella me dijo que íbamos a ir a casa de Estera Pedraza, la autora de los Anillos de Plutón. Y no crea, no es un error, el título sugiere que los recuerdos y pensamientos de los cerebros asfixiados por el alzheimer son esos anillos invisibles para el ojo y aparatos humanos, agregó Julián.

Los anillos de Plutón transita entre el relato de un abuelo con alzheimer que percibe, enceguecido por las cataratas de sus ojos, a su nieto sin que sepa que es su nieto, y un ensayo sobre la naturaleza extraterrestre de todos los pensamientos y recuerdos hasta concluir que estamos invadidos por ellos pues lo único telúrico son los cuerpos. La historia del anciano se cruza con el ensayo cuando se revela que el autor del mismo es el nieto, quien a lo largo de su carrera profesional ha utilizado a ancianos con Alzheimer para realizar expediciones a Plutón, conectándoles ánodos en sus frentes arrugadas y secas. El libro concluye con un esbozo de mapa sobre la ubicación de los distintos recuerdos y pensamientos provenientes de los cerebros humanos y alienígenas que calcula el nieto y sugiere que Dios es una gran memoria que se da la espalda a sí misma y se acurruca en un rincón a llorar.

La casa de Estera Pedraza está ubicada frente a la plaza de mercado de Cachipay. Una enfermera rubia de unos treinta años cuida a la anciana, la baña, le da de comer y la acompaña a ver telenovelas.


-Ella ya no puede leer, no sé para qué le trajo ese libro- le dijo la enfermera a Julián, entregándole Tríptico de verano y una mirla.
-Yo tampoco.

Pero Julián sí lo sabía: Estera Pedraza lo leyó en Plutón: el libro es un olvido más acaecido en un cerebro senil, está allá, con todos los recuerdos de los que tienen alzheimer, y no sólo lo leerán los pensamientos y recuerdos terrestres con alzheimer sino algunos extraterrestres que buscan infestarse como parásitos en algún cuerpo del universo. Julián le volvió a entregar Triptico de verano y una mirla a Estera Pedraza. Ella no abrió los ojos. Tampoco el libro, que lo sostuvo entre sus manos manchadas y se río. El contacto físico siempre la hace reír, cuando escucha canciones de despecho le habla a la radio y le dice al que canta: ¡Estúpido!, me dijo Julián.

Le pregunté a Estera Pedraza si había leído Tríptico de Verano y una mirla. Me refirió la historia del princesito que terminó siendo el plato de carne envenenada que engullía su padre quien, antes de dar el primer bocado, recordaba a toda esa estirpe que se reproducía entre sí para parir a sus hijos por el trasero. Me habló de la mirla con cerebro humano que se enamoraba de un canario. Dijo con detalles, la forma en como seres provenientes del subsuelo comenzaron a subir a la superficie ocasionando un terremoto en Bogotá. Le dije a Julián que esa señora no tenía alzheimer, sin cuidarme de que Estera Pedraza hubiera escuchado. Ella abrió los ojos y me miró tras las cataratas que los empapaban y me dijo:

- Claro que tengo. Lo que pasa es que se me olvidó que olvidé.

OTROS COMENTARIOS A TRÍPTICO DE VERANO Y UNA MIRLA:


"Este libro está escrito para los muertos" (Juan Rulfo)

"No lo he leído" (Lord Byron)

"Nunca he leído un libro" (Victoria Beckham)

"¿No está escrito en braille?" (Jorge Luis Borges)

"Me noquearon, papá" (Mike Tyson)

"Se acabó todo, maestro" (Yukio Mishima)

"Está macarroni macadamia" (Gilbert Keith Chesterton)

"Se me olvidó ese libro" (H. P. Lovecraft)

"Mi leel su tladucción al chino: pésima" (Wu Jingzi)