Tuesday, December 23, 2008

diccionario hueco

Siguiendo el ejercicio elaborado por Elsy Rosas Crespo en el post Diccionario de su blog Ensayista, y acorde con esta temporada de reflexión etílica e introspección indulgente, me dispongo a hacer mi propia versión del ejercicio.


A

A: Un grupo de rock insignificante que tuvo como único hit una canción llamada Nothing.
Adicción: Entrar a una residencia a hacer de todo menos lo que todo el mundo hace en una residencia.
Æ: Un arcaísmo muy elegante cuya pronunciación puede ser Ash, como la protagonista de la película de cyberpunk Avalón.
Aforismo: Lo contrario a una frase célebre.
Amor: Su sombra es asfixiante
Ano:
Aszeta: mi amigo mío
Axxón: una buena revista

B

Baal: Una voz que se debe omitir
Belleza: Estrellas que existen sin enterarse de tu llanto
Boca: La extensión defecante del ano.


C

Canto: recuerdo de un alivio abandonado en los primeros tiempos
Corazón: un vaho sin cuerpo que fracasa en el otro
Cristalizarse: es fragmentarse

CH

Chapinero: la mayor caterva de farsantes presumidos, ignorantes e insignificantes del cagadero bogotano.
Chacal: Tan diletantemente infértil como el sarcasmo.blogspot.com... pero sin sarcasmo.

D

Desgracia: ser feo, pobre y tonto.
Dominga: el primer día de la destrucción.
Divinidad: Una niña negra que llora porque ha perdido el limón que debía vender esa noche.

E

Estebana: mi mejor amiga y mi amor infinito.
Ectoplasma: la materia de los hombres.
Elvira: mi patético yo plástico.
Enigma: en los últimos dos años, mi música favorita
Extraterrestres: desadaptados en el mundo.

F

Fracaso: la universidad que te descubre
Facebook: es para idiotas, por eso tengo cuenta allí.
Fetiches: la banda de mi amigo a cuyos conciertos voy, así sea el único en asistir junto a su novia y su mejor amigo.

G

Gay: Respetar si no es para propósitos hipócritamente popstars, ni se confunde con ser gótico.
Guarro: No importa cuán guarro seas siempre habrá alguien más guarro que tú

H

Húmeda: lo más cercano al amor que te puede manifestar una chica
Humanidad: insoportable
Humanismo: ignorancia empacada al vacío

I

Irreverente: tenía sentido serlo aún en el siglo XVIII
Imaginación: la cara inteligente de la razón
Imitador: por lo general tiene más éxito que a quien imita

J

Jocoso: fastidioso
Jodido: desesperación que te postra en el lecho de cama alguna veces, finalmente en el lecho de muerte; también en el lecho marino; y también en el lecho marital.

K

Kids: la primera película que me vi de Larry Clark, en el 96.
K Dick, Philip: Añadió los delirios inhumanos a la ciencia ficción.
Kunst: corromperse concientemente.

L

Lujuria: Mantenerla tan discreta como las otras necesidades groseras del cuerpo humano (defecar, sonarse, cortarse las uñas)
Lección: jamás molestarse en decir ni escuchar una lección; la experiencia es la única lección.
Literatura: Fosa común abierta en que los chulos se agasajan relamiendo los restos disecados.

M

McCarthy, Cormac: Escribe para personas no para lectores
Mesura: ofrecer el agujero del culo a tu atacante.
Maravilla: estar vivos aún
Mendicante: tener una sonrisa para todo el mundo
Mágico: el amor

N

Norman Mailer: por fin se murió ese viejo (quiero ser como él cuando anciano)
Navidad: es para vivir la pobreza juntos y estar felices de estar ahí, acompañándonos, repletos de amor el uno por el otro.

O

Ogro: los profesores de escuela
Ostracismo: ser católico y conservador
Oración: al Arcángel San Miguel.

P

Prostitución: es penosa la que no es conciente; no la que se hace de manera honesta, directa, desprovista de eufemismos (ej: liberalidad, arte, política, experimentación, universidad, alcohol).
Prisión: Colombia es prisión
Prístino: una palabra ridícula

Q

Querer: sufrir
Quark: violencia subatómica
Quásar: antes considerados como agujeros blancos causaron gran desilusión; aún no se han descubierto los agujeros blancos propuestos por Einstein, los cuales podrían ser generadores potenciales de universos. Sin embargo la onda destructiva del Quásar comprueba que tras un gran desastre se desarrolla una gran belleza.

R

Rockola: después de agotar todas las canciones conocidas, agotar las desconocidas.
Roger Revision: la vida vegetal persevera
Ruinas: la saliva de las amantes que perduraron en la piel rechazada
Subvalorado:
Agotado:
Despreciado:
Cuestionado hasta la última consecuencia

S

T

U

V

X

Y

Ybone: una gran compañía este año, mi prima.

X

Y

Z

Sunday, December 14, 2008

Cómo crear personajes odiosos (caso Dr House) según Dylan Thomas





Hasta ese contrato, nunca había pensado Cribbe en escribir una novela. Pero sin desanimarse ante el hecho de no saber distinguir a la gente - el mundo es para él una amorfa masa indiferenciada, con la excepción de algunas celebridades y de sus jefes en el departamento, pues nada de lo que pueda decir o hacer la gente le interesa si no se relaciona con su carrera literaria-, no desanimándose tampoco lo limitado de su invención, comparable a la de una ardilla o una rueda de molino, se sienta en una silla, se remanga la camisa, se afloja el cuello, aprieta bien la pipa y se pone a estudiar fervorosamente la mejor manera de alcanzar un éxito comercial sin tener talento alguno. Pronto llega a la conclusión de que las ventas rápidas y las famas efímeras sólo llegan de la mano de novelas con títulos fuertes como Dispuesto a todo o Los dados de la muerte, de novelas proletarias que tratan de la conversión al materialismo dialéctico de chicos de la calle, con títulos del tipo de Lluvia roja para ti, Alf, o de novelas como Melodía en Jauja, con un oscuro protagonista ligeramente cojo llamado Dirk Conway y la historia de su amor con dos mujeres, la lasciva Ursula Mountclare y la pequeña y tímida Fay Waters. Y en seguida descubre, en las orgullosas revistas de circulación mensual, que las ventas menos importantes resultarán de novelas como El zodíaco interior, de G. H. Bidet, despiadado análisis de los conflictos ideológicos que surgen entre Philip Armour, físico impotente de fama internacional, Tristram Wolf, escultor bisexual, y la virginal, exótica y dinámica esposa de Philip, Titania, profesora de Economía de los Balcanes, y estudio de cómo personajes tan altamente sensibilizados -con el perfume de la era postsartriana- se relacionan mientras comparten un trabajo por el bien de la Existencia, en una clínica de la Unesco.

Dylan Thomas, en El visitante y otras historias. Club Bruguera. 1981: 145-146
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Sobre el no saber distinguir a la gente ya Blaise Pascal se había referido en estos términos:

DISCERNIMIENTO DE LOS ESPÍRITUS

17. A medida que se tiene más espíritu se ve que hay más hombres originales. Las gentes comunes no encuentran diferencia entre los hombres.

Blaise Pascal, en Pensamientos. Ed. Sarpe. 1984: 33

Thursday, December 11, 2008

Danilo ha muerto



No conocí su filosofía, sé que fue de los primeros filósofos en Colombia, uno de los primeros en crear las escuelas de filosofía de la Universidad Nacional y de los Andes. Pero mi visión de Danilo Cruz Vélez no fue la del filósofo respetado por la academia y la llamada vida cultural del país.

A Danilo Cruz Vélez lo conocí en julio de este año cuando ingresé al pabellón de psiquiatria general en la Clínica Monserrat. Al principio no sabía quién era, no era sino otro de los muchachos bien acompañado de unas voluptuosas enfermeras que le daban de comer en la boca y le limpiaban los restos de la ropa. Luego, en una actividad de terapia ocupacional me senté a su lado y vi, con amargura, cómo a pesar de su cuerpo reumático y su poca movilidad ponía mucho más empeño y entusiasmo en elaborar las trenzas de papel que lo que yo podía, casi siempre dejando la tarea sin terminar para indignación de Patricia, la terapista a la cual ya yo había conocido cuatro años en circunstacias similares.

Este hombre, nacido en Caldas, aún a pesar de sus dientes rigurosamente asentados en los cauces de sus labios debido a la edad seguía despertando las pasiones de las mujeres. Recuerdo así mismo como doña Rita Strauch se apoyaba en su mano y esto generaba la risa de las enfermeras, las cuales le decían a doña Rita: "uy doña Rita cómo es de lanzada". Un hombre cautivante y encantador, aún en las penumbras del alzheimer que ambos sufrían, podía imaginarlo en sus años mozos, con su pelo bien engominado hacia atrás y su conversación intelectual conquistando los corazones de las bogotanas de medio siglo atrás.

A la hora del almuerzo su respuesta ante todos los platillos era un categórico "muy delicioso" o "muy bueno" para alegría del personal de comidas y las mismas enfermeras que se complacían de lo fácil que resultaba alimentar al paciente. Después de la hora del almuerzo iba hacia el jardin en el cual tomaba el sol junto su amigo Luis y con un radio de pilas empezaban a escuchar música. A veces, los domingos, se reunía con ellos doña Rita y entonces las enfermeras ponían rancheras que todos cantaban, como niños abandonados, mientras el sol calentaba sus cabezas.

Algunos días se acostumbra en la clínica a hacer la reunión comunitaria, que se pretende una integración entre personal y pacientes para resolver dudas o manifestar quejas o para hablar de un tema cualquiera que permita, eso, integrar la comunidad psiquiátrica. De estas reuniones son famosas las acotaciones de don Ernesto, un hombre que lleva interno allí desde la fundación de la clínica. Incluso se ha abierto un grupo de facebook en honor a él. Don Ernesto tiene un problema en la boca que hace muy difícil la comprensión de sus palabras, pero siempre deja clara su insatisfacción personal con el estado actual del mundo. ALguna vez una residente se burló de sus palabras. Luego se burló de unas palabras que yo dije. Después me vengué y le dije frente a toda la comunidad que era una niña ingenua que no tenía derecho a burlarse de las palabras de los pacientes, que como futura psiquiatra dejaba mucho que desear y que mi problema era precisamente ese, que como Ernesto, muchas veces el problema consistía en no ser comprendido, en ser burlado, por la manera en que se dicen las cosas, pero lo que se dice jamás lo comprenderán, porque entonces se echarían a pensar y seguramente pensar les haría daño. Desde ese día me hice amigo de Ernesto, igual ya era amigo del señor Gaviria que decía ser el partner de Ernesto. Entonces nos sentábamos los tres a la mesa y discutíamos sobre el estado del mundo, que para Ernesto no era otro que el de "decadencia" y este término tan hermoso se le entendía bastante bien. Ernesto pasa las tardes leyendo a Josemaría Escrivá Balaguer y su ética en el bolsillo.

También había allí un muchacho que estaba preparando su tesis de filosofía precisamente en la discusión de la psiquiatria y la antipsiquiatria. Alguna vez en una reunión comunitaria una paciente se quejó de las pastillas que le estaban dando, que no veía el resultado después de 30 años tomándola y que se sentía igual de mal. Entonces el muchacho que estudiaba filosofía dijo un chiste que me provocó náuseas, dijo: más platón y menos prozac. Le respondí que precisamente lo bueno era más prozac y menos Platón, que Platón ya era suficiente para enloquecer el mundo. Así discutimos un cuarto de hora, él a favor de la postura de "la palabra", el psicoanalisis, el logos; yo a favor de los electrochoques, las pastillas y todos los químicos que sirvieran para espabilar el sistema nervioso. La conversación iba y venía, cada vez cada uno de nosotros sacando los argumentos más rebuscados. Lo que en principio fue una respuesta automática se empezó a acolorar más, el muchacho filósofo se cogía la cabeza cada vez que yo levantaba la mano para pedir la palabra y cuando él pedía la palabra yo empezaba a temblar como un demente. Hasta que una voz de ultramundo sacudió la sala con unas palabras que no pudieron ser más adecuadas:
- Esto es absurdoooooo

Era Danilo Cruz Vélez, quien desde una esquina había escuchado toda la discusión y ya, al igual que los demás presentes, no toleraba más bizantismos. La reacción de la sala fue de aplausos ante la contudencia de la frase de Danilo Cruz Vélez y el muchacho con el que reñía pareció relajarse y me dijo, a modo de confidencia: por eso es uno de los mejores filósofos del país. Yo también reí y no tuve más remedio que sumarme a los aplausos. El viejo siguió hablando, ya nadie lo escuchaba porque lo había dicho todo, él empezó a preguntar que dónde estaba, qué cuáles eran los distinguidos personajes que discutían y por qué decían tantas cosas absurdas.

Hoy que vi su foto en el periódico El Tiempo, anunciando su triste muerte, no le reconocí en la foto, seguro de sus años mozos. En el recuadro no mencionan nada del tiempo que estuvo interno en la Monserrat. Ya hace mucho había muerto para la mal llamada vida cultural del país. Nunca le vi visitas, pero las enfermeras me decían que lo visitaban sus parientes cada mes. Y cuando vi su recuadro, reconocí su nombre y todo el cuadro se me hizo claro una voz de ultratumba llegó hacia mí de nuevo:
- Esto es absurdoooooo

Fue la enseñanza que en lo personal me dejó Danilo Cruz Vélez. El Olimpo lo tenga en su gracia

Wednesday, December 10, 2008

Carta sin destino

Una cosa es cierta y tal es que cada vez me estoy quedando más solo. Acá en órbita espacial, a gravedad cero, el cuerpo y la mente responden de una manera sustancialmente distinta a como acostumbran en la tierra. Cuando era joven era uno de esos muchachos colgados a la música y su compañía me era tan imprescindible como el aire. Todos los momentos que consideraba fundamentales en mi vida debían tener por consiguiente un tema, una canción que justificara su grado de intensidad; en última instancia la vida dejó de ser tan relevante y sólo era un gran compilado de canciones, como un saco roto de canciones fragmentarias, inconexas, divergentes. Necesitaba escribir con música, bailar con música, amar con música, cenar con música, dormir con música: lo era todo para mí, entiendes Karlito? Sin sospechar era parte del archivo, otro conejillo de indias para la industria de la banda sonora. La idea era probar hasta qué punto una persona podía descascararse el cerebro al exponerlo a altas dosis permanentes del óxido de la música popular en cualquiera de sus acepciones. Luego, en las investigaciones de contraste, se concluyó que no sucedía el mismo fenómeno con las grandes piezas musicales llamadas clásicas, y en menor caso con la música antigua, los madrigales o las sonatas cortas para piano. Cuando pude comprobar la teoría -que de todos modos ellos ya comprendían- fui arrojado a las cloacas de la ciudad, sediento de agotar hasta la última gota de bar que encontrara a mi paso, con un craving nasal aplastante que me arrojaba hasta los escombros de las construcciones en busca de cantidades de cal para poder obstruir el olfato. En ese entonces morí para la música y tuve que vomitar oceánicas cantidades de acordes, notas, letras y atmósferas que pudieran involucrarme con los sentimientos musicales. Sucedía que era de noche, estaba encima del techo de un automóvil viejo, observando las estrellas y sentía de repente que el pecho se me dilataba y empezaba a golpearlo con fuerza, totalmente en contra mía, me arrojaba entonces con todo y yo al suelo y empezaba a luchar en contra mía, como un imbécil y apretaba las mandíbulas fuerte no fuera a proferir un ay y seguía esta batalla hasta quedar inconciente, sin más guarnición que mi propia imposibilidad de darme una certera muerte. Luego estaba en un camino destapado en una arteria rota de un pueblo ardiente y se me acercaba Alina y me decía: estás una mierda, chamo, te han engorrado el culo? El sol estaba a cuarenta grados y yo usaba esas mierdas de sacos de lana así que sudaba como un demente pero entonces le reprochaba a ella que jamás se fijara en un tipo que no fuera guapo, esa mierda de la inteligencia no contaba y finalmente tampoco yo era inteligente por tener cara de idiota. Todas las golfas del mundo saben que los guapos la pasan mejor que los feos. Sólo que no es un estado eterno y de repente a los guapos les sale barriga, calva, se llenan de hijos y problemas y están allí, sentados al frente de una tienda, observando las piernas de las morenas, recordando esos momentos de sexo que ya les son tan ajenos como a cualquiera que nunca los tuvo, con un aliciente tan pequeño que no le alcanza para volverse a recobrar. Ni siquiera mencionar qué pasa con ellas cuando las tetas pierden gravedad, los coños quedan colgando como trapos secos y la cara a fuerza de ocultar las lágrimas se agrieta. Todas las porristas baratas están destinadas a la soledad, pues al sólo desear a los chicos lindos y ganadores ignoran todo el mercado de veteranos desencantados y perdedores que quedan por explotar en las universidades y oficinas. Comencé a hacer maromas espaciales. Como consecuencia era apenas lógico que me llegaran toneladas de mierda a la casa como respuesta. Lo que se entiende como cronista del espacio. Al tomar en serio el significado de crónica comprendí que la agonía no era sólo una consecuencia material de mi insignificancia, llevaba años espesándose en las distintas esferas de la tierra. Publiqué mi vilipendiado reportaje: "Crónica de un universo terminal crónico" Instaba a la gente a dejar de reírse como una idiota, a parar los estudios en colegios y escuelas, a dejar de asistir a bailes, a no obedecer ni desobedecer a los gobiernos. Bajo la pregunta y respuesta: "Qué es lo mejor que puede hacer alguien que sabe que morirá mañana? Nada" descubría que mi artículo trascendía el ámbito de la crónica para volverse un manual del desaliento y la desidia. Yo también termino siendo una porrista barata destinado a la soledad. Como la más puta y la más boba, siempre a un lado de las fiestas. Una vez probé un artefacto que prometía "aplastarte hacia arriba". Dentro de sus múltiples bondades se ufanaban de escupirte culo arriba como sólo a los diablos les estaba permitido. Un aparato a propulsión con una seudoantimateria llamada depresión tácita. Medía tu nivel de jodidez y te llevaba a dar un paseo por las nubes hasta aplastarte la cabeza en medio de la presión atmosférica. Recuerdo que desde niño ya manifestaba este primitivo temor. Otro día que le estaba dando cachetadas a mi verga sentí un espasmo en la columna como si el líquido amniótico estuviera purgado en contra de gilipollas y pensé que el pequeño reptil estaba tomando ventaja de la situación. Alina no me volvió a hablar y supe que salía con un hombre menos guapo que yo, lo que es decir mucho, pero no me reconfortaba en absoluto ya que ella no me había brindado ni siquiera la posibilidad de enamorarla, de mostrarle el pequeño monstruo que se esconde en la coraza de la gran flema con ojos. Cuando la gente está feliz y tú estás amargado es horrible verles a la cara. Te parecen vulgares bestias que sólo quieren estrangularte. Pero cuando la gente está feliz y tú estás tan feo como esta gente algo sucede que logras entrar en onda con ellos, no obstante siempre tienes la soga en el cuello. Luego vino el globo espacial y observaba como una gran cola se desplegaba desde la tierra y en poco tiempo arrojaba a los hombres hasta más allá de la estratósfera, en una región que claramente se puede definir como extraterrestre. Lo quise probrar yo también, ya que la supuesta depresión tácita no había funcionado y sólo daba como resultado la fiambre de una horda de sujetos ridículos que antes de morir levantaban su oración a Thom Yorke y besaban sus discos fosilisados de Ok computer. La noche anterior al viaje en globo fui hasta lo de Grumos Bill y le pedí una prostituta. Cuando llegó la prostituta a mi cuarto, desenvainé mi navaja y poniéndosela al cuello le dije que hiciera su mejor representación de prostituta. Entonces se empezó a jalar el cabello y gritar y decir que no era puta, se desgarró sus vestiduras pidiendo el divorcio, afirmando que además yo era el primero de su vida y que me amaba como sólo una mujer podía amar a Cristo. Le pagué el doble de lo que correspondía, la aplaudí y la llevé a cenar a un restaurante de comidas árabe. Mientras se tragaba los kebabs con avidez le dije que me encantaban las mujeres con franqueza al comer pero las mujeres que comían mucho ya me daban asco. Pedimos una botella de whisky John Thomas y volvimos a la habitación; allí hicimos el amor borrachos y luego fui al baño a tratar de orinar pero la cistitis me lo hizo imposible, provocándome ardores imposibles, me arrojé al piso sucio del baño y luego vomité; me bañé y me acosté junto a ella, todavía tenía rastros de sudor en su espalda y se la besé. Ella me agradeció el gesto, devolviéndose suavemente, agarrándome de la barbilla y diciéndome: pequeña cucaracha duerme. Mientras ella roncaba yo sentía las lágrimas caer en mi cobija. Era la primera y última vez que estaría con ella y ya estaba de nuevo profundamente enamorado. Un defecto de carácter; no soy del tipo que busca chicas para acostarse, soy del tipo que busca chicas para enamorarse. Al otro día estaba en medio del globo del espacio. Desde las cámaras para la televisión me preguntan: unas últimas palabras para antes de su viaje señor Aguevado? Le contesto: No amigo, soy malo para improvisar y el habla no es mi talento. Sin embargo fueron las últimas palabras que el mundo conoció de mí. El cordón que estaba atado al globo no sobrevivió el dolor imposible de la atmósfera y sin un comando en cabina me condené a deambular por la eternidad en este espacio vacío tan cercano al planeta azul y sin embargo tan separado a él. Ayer encontré una lata de coca-cola flotando y recordé que tenía una novia a la que amaba con todo el corazón y solíamos sentarnos a tomar cocacola toda la tarde y mirar el atardecer como un par de idiotas. Entonces aparecía una estrella a la distancia y yo le decía: para ella estamos fritos. Ahora entiendo, Karlito, que cada vez me estoy quedando más solo.

Sunday, December 07, 2008

escalofrío

El viento áspero de este planeta te fustiga. Siento miedo. Me reencuentro con ese espantoso y viejo miedo. Solo y vulnerable ante las ventiscas que provienen de la colosal montaña que tengo como todo el paisaje con el que cuento. De esta montaña no sólo vienen las corrientes de aire, también se escuchan cantos, aullidos, voces encerradas en un ciclo fantasmal que concierne a los espacios en los que alguna vez hubo vida. Como ser humano por consiguiente posees algo hermoso, como una promesa de una risa, una simpatía por algo que nos une ante este vértigo de sentir la vida llegar a ese punto. Como cuando estás triste y te tiras del barranco. El barranco es lo suficientemente hondo y oscuro como para que te olvides de él mientras vas cayendo. De súbito te arremete un ataque de risa. Y estás allí, dentro de toda esa oscuridad y esa velocidad de la caída, riendo de puro vacío. Entonces te sientes vivo para finalmente caer y sentirte aplastado por tu propio peso. Conocí en las calles de Bogotá a un muchacho y decíamos de él: "de bruces contra el mundo" Siempre estaba dándose contra otros, con la crisma rota y un brazo yesado. Alguna vez lo encontré cerca a la universidad y tenía los labios rojos como un idiota, un ojo colombino y la nariz destrozada. Le convidé una cerveza y al son de los golpes de una canción de Schiller me confesó que la única manera en que lograba sentirse de algún modo satisfecho consigo mismo era cuando sobrevivía a una de esas zurras que tan gratuitamente se conseguía en el centro de la ciudad. "Es como cuando tú escribes, Luis. De entrada estás en desventaja, de cualquier forma siempre serás más débil que tu rival, pero el que sobrevivas a él, en tu caso el lector, es lo único que prueba cuán fuerte eres"

Monday, December 01, 2008

políticas

Por razones de cambio de administración, se ha decidido no volver a escribir sobre gente del presente. Tampoco incurrir en el error de la ofensa o el halago. Volver a la abstracción de las ideas. Nunca antes fue tan urgente la necesidad por retornar a lo críptico. Malédiction promulgará por volverse cada día un espacio más aburrido, menos claro, más personal, menos ambicioso, más cerrado y restringido con la finalidad de escapar del inoportuno. También perseguirá cada vez más una escritura menos amable, historias más lloronas, amarguras menos asimilables. La ciencia ficción volverá cada vez menos popular, más irritante, más imitadora que antes. Todo con el fin de demostrar que los espíritus que hacen circular malédiction son idiotas, ebrios y destronados. Otra sugerencia es volver a escribir diariamente, para explicar lo de journal, pero journal también es el jornal del campesino, no es publicar a diario.



Sunday, November 30, 2008

nada malo, todo muy rico.

A todos nos matan en vida antes de rematarnos. Ella me contó la historia de aquel director de cine que empezó en la industria del porno y tras su primera película se sintió tan asqueado que no pudo volver a tener sexo por un período de tres meses aproximado. La consigna del sexo y rock and roll evidentemente no fue expresada por ningún seguidor del género humano; lo curioso es que en quienes primero caló tal ideilla fue en las mujeres, las cuales sintieron una liberación de hacer su grotesca libación un "estilo de vida". Uno como hombre quiere romper bajo la premisa romántica de lo imposible, la inaprehensible alternativa de retornar al sosiego del útero materno desde las circunstancias crudas que ofrece el mundo externo. Romper, en el caso de las mujeres, se asimila desde lo sórdido; perfecta excusa para "volverse mierda", abrir las piernas a cualquier extraño que abiertamente se proponga ejecutar el crimen que se le imputa gravemente al novio: usarlas para la satisfacción de sus perversiones. Al novio en cambio se le pide atención, permanencia, comprensión, sobriedad. El complejo de Electra describía esta necesidad femenina como la expresión más clara del temor hacia el abandono del padre que sufren en una determinada edad todas las niñas. Claro está, las mujeres tienen el complejo de Electra dirigido específicamente hacia la figura del cónyuge que en nada es igual a la figura del amante con la cual descargan todas las perversiones de Electra. Hay dos clases de hombres, los novios y los penes. Al novio se le debe desmontar todo comportamiento de dominación e invasión; se le debe hacer una mejor amiga, una linda poltrona en la cual descargar todos los gases del recto y a la vez servir de vitrina a la cual poder exponer a las opiniones absolutamente estúpidas de las otras amigas. El amante es la figura del Dionisio reencontrado en las tinieblas del despecho. Por lo general de sonrisa tan abundante como su estupidez; brillo de ojos de un pobre diablo, mas diablo o sea malo; pelo que de alguna manera justifique hablar del pelo del amante: era calvo, era mechudo, era rubio, tenía un mechón encantador. No hay razón de amante si no es para confesarlo como un delicioso pecado a la amiga. A la clásica cualquiera le genera un miedo imposible intentar evadir la realidad del dolor de la pérdida de su novio-desmontadocomohombre- sin la necesidad de analgésicos, y entre más prohibido sea el sedante más irresistible se presenta. Todas detestan a las exnovias, las ven como mujeres patéticas y sin dignidad, pero en cuanto ellas sufren el remezón de no ser las que se sirven de él como una yegua vieja a la cual golpear por su cuenta actúan peor que cualquier marica que grite en la calle: sólo quiero la candidez de su verga en mi boca. Un pobre guevón sin cerebro anda por ahí vagabundeando con su amigo que es peor de idiota y trata de sorprenderlo expresando toda la admiración que siente por los misántropos sabandijas. Se cree salido del discurso más marginal de la ciudad, de la garganta del infierno de nuestros días, ignora el pobre guevón que es el altar que le han levantado los medios de comunicación, la publicidad, el cineasco, la moda de la música, y por ende lo menos marginal, lo más legítimo que hay en las pantallas de la miseria humana. Un misántropo te deja de parecer hermoso en cuanto te toca el culo, y tienes armas para responder? Sencillamente el abismo de la vacuidad mental que te han sellado desde lo menos profundo de la sociedad humana. Lo mismo aplica para los gilipollas de izquierda, quienes aspiran desde el "estigma" de lo satánico cambiar el rumbo de la sociedad con total ignorancia de que el diablo se ha vuelto tan mohoso como cristo y que sus gobiernos son tan interesantes y alternativos como el "frente nacional". El discurso del sexo y rock and roll es tan interesante como las campañas contra el hambre de Kellogs y realmente tan efectivo como tal. Creado por un proxeneta de mala categoría, cuarteado por su séquito de prostitutas, se ha incorporado tanto a la estupidez de las vidas diarias que ha terminado por derrumbar toda un sistema de pensamiento basado en la moralidad, la dignidad, el respeto y la fidelidad. Hablar de moralidad ahora resulta más repulsivo que hablar de un hombre que se traga los pedos de su compadre para soplarlos ante un acantilado de cucarachas secas. Por eso hablaré más de moralidad y menos de compadres que se soplan los pedos a la boca. Una cosa hay que admitir y es que ya nadie es tan tonto para morir de amor, sencillamente es mejor morir de una enfermedad urinaria o de un aburrimiento espantoso los domingos. En el momento en que decides dejar de creer en las personas te cargas a la espalda un peso insoportable: la cruz de Cristo, el mundo de Atlas, no son sino el peso de la conciencia de la malaconciencia de los seres humanos. En cambio la ingenuidad es leve, leve como una mariposa idiota que se choca ante un cableado eléctrico, pero es real y es liberadora. La ingenuidad es reveladora. Desearías volver a ser ingenuo, volver a creer en las personas. Sería volver a empezar a hacer el amor y olvidar todas las cintas pornográficas que corroen tu cerebro. Naturalmente es imposible, sólo es bello ver desde lo alto de la montaña todo ese horizonte que jamás te perteneció.

Saturday, November 22, 2008

putas y salchichones (riiiimeik)

sin ánimo belicoso, una nueva aproximación al "incendiario" artículo publicado en el coolpensante
El artículo se puede consultar acá:
LIBROS Y SALCHICHAS

***********************************************************************
Por: Alelado Pelele*


Yo era un huelebraguetas sin licencia
Joaquin "cógemeelculo" Sabina

¿Qué hacen los burdeles cuando los follaputas no asisten? ¿Y qué hacen los intelectuales si los lupanares cierran? La cuestión no merece tantas risas como lágrimas.

Como consumidor habitual de prostitutas acostumbro a follar donde me entren las ganas. Si estoy en el centro, me voy echando arcadas a donde las enrejadas y por poco dinero me la hago chupar; en chapinero siempre puedo contar con una discreta casa de puertas a medio abrir y desde allí me deslizo a un nuevo espacio donde las mujeres devienen golosas colegialas; en el norte, las putas son un poco más arrogantes pero a la final también por poco puedes correrte dentro de sus entrañas. Nunca antes en mi cruzada de consumista de la carne había tenido tan variada oferta junto las posibilidades siempre tan infinitas - y uso el término para no decirme Borgiano que suena feo- de maneras de joder; con látigo, salchichones e incluso enanas que te laman el trasero mientras penetras por el ano a un perro fino tipo San Bernardo.

Por motivos que me resultan ajenos me enteré del cierre de tres locales que marcaron un hito en el mundo de los follaputas en Bogotá. La reacción de los poetas de quinta, como estudiantes de literatura y escritores de prosa urbana no se hizo esperar. Ahora los ves con sus gruesos tomos de Boccaccio justo encima de sus braguetas, sus gestos cada vez más acuciosos - pues a la hora de pagar una puta no hay como un lugar que sea del todo familiar-, sus borracheras cada vez más penosas: ahora ya no hay bolsillo para ser cínico, no señores, no queda más remedio que el amor porque el sexo fácil cada vez se vuelve en una alternativa más remota para el pobre tragapolvo que disfraza sus noches de amargura en paisajes de la Austria del siglo XIX con los cuales consolar el corazón y la inquieta polla diminuta. Se borraba para siempre un pasado lleno de gemidos, papelitos con dedicaciones a las amantes pagas, una que otra reivindicación por ser un indeseable.

No estoy seguro si el cierre de un puteadero sea más esencial que el cierre de un juzgado, una notaría o una cigarrería donde venden salchichones cerveceros. Tampoco si la tragedia de una sociedad comercial sea vender "bienes culturales" en lugar de edictos. Sí puedo decir que a mí me afecta como visitador exiguo de este tipo de negocios.

De los puteaderos que cerraron sólo visitaba asiduamente uno, Bagdad, ubicado en la calle 60 con caracas, lugar donde también quedaban otros establecimientos de ese tipo como Los baños turcos, el mojadito, la llave trasera y la canita en el cañito. Respeto mucho a esos defensores de ultranza que alegan haber pasado horas allí, bailando junto las cader
as de una morena borracha -interrumpiendo de esta manera su striptease-, recitando poemas a una de sus ancianas putas e incluso fumando sustancias ilegales.

Las otras dos también las conocía, por supuesto, Bar la Ilusión y La peluca rubia traviesa. Verdaderas sinagogas de la fornicación y las enfermedades venéreas. A pesar de ser sólo puteaderos tan comunes y corrientes como cualquier otro donde puedas pagar una puta; y a pesar de que las putas fueran tan comunes y corrientes como cualquier otra puta de un lugar como estos, las historias remontan vagas pugnas en las que el honor de una
marica se disputaba o una cualquiera le rompía la cara a uno de sus amados al verlo con otra común y corriente; también se acostumbraban a ver meseras embarazadas que galanteaban con extraños jesucristos palidecidos y llenos de hambre que querían llorar a la entrada de este tipo de sitios pero sólo se derrumbaban en silencios que más que monumentos eran montañas ennegrecidas al final de un viejo camino que no prometía nada.

Pongámonos serios, es imperativo, casi categórico, que las críticas por la
"carencia de estrechez" en los coños de las prostitutas sea un "pan de cada día" en estos neceseres del mercadeo sexual y el intercambio de los placeres. Como autoridad en el tema de las prostitutas aconsejo observar cuidadosamente a aquellos ejemplares que tengan la cintura más pequeña, el culo más apretado y la mirada más perezosa. Porque hablando de burdeles he encontrado que el círculo intelectual no es precisamente el más entendido en estos altos temas del hacer el toque toque soviético sin la necesidad de librar una verdadera "guerra fría" en la cama.



*Alelado Pelele es abogado penalista de una Universidad del centro de la ciudad y trabaja como Funcionario Público. Además es socio honorario de varios prostibulos y asesora jovenes poetas a la hora del oficio de la escritura de poemas de amor. Tiene un blog llamado inmundochacal.




Thursday, November 20, 2008

Extractos de insignificancias

Por el parque nacional, era viernes, pasadas las 10 pm. Dos hombres sentados en la parte superior de un banco, poniendo los pies en el lugar para las posaderas. Miran los carros que van por la avenida. Voy pasando y por un rato me miran. Sigo derecho hasta la Universidad Javeriana. Bajo por el puente. No recuerdo nada. Sigo caminando y llego hasta los parques donde quedan algunos bares. Una muchacha en camiseta, sin chaqueta, habla excitada por su teléfono celular. Sigo derecho por una vieja calle de poco tránsito. De aquella calle recuerdo la vez que en casa de una amiga de Sa. salimos y fuimos justo hasta esa calle, donde prendimos una pipa y fumamos marihuana; aquella noche la marihuana me sentó mal y perdí la memoria de muchas partes; un último flash: le pedía a la dueña me acostara en algún lado; segundo flash: me levanto y voy caminando hasta el transmilenio junto Sa. Bajo por otra calle hasta la carrera 13. Los buses van ronroneando las melodías tristes de sus adormecidos pasajeros. Un grupo de jóvenes pasa a mi lado, intentan ser felices a toda... como se diga. Ellos no me generan lástima, son como una sombra cuando existe sol. Entro a un bar que se llama Bonnie & Clyde. Allí retumba el sonido de un reggae de todas formas... como se diga, en todos casos, negativo, malo, asqueroso. Mucho baile, mucha agitación, mucho toqueteo. No me interesa. Estoy anciano y muerto. Muerto de lo puro viejo. La muerte es una aparición. Bajo hasta la caracas y allí veo pasar los desarticulados de los transmilenios. Las luces rojas que se dirigen a una dirección, ya sea al norte, o al sur, que rompen con su disonante tono la opacidad de la noche, ellas captan los ojos y encierran las circunvoluciones de los agotamientos que nos depuso el día. Esta entrada, usted cree que tuvo sentido leerla, escribirla, expresarla, publicarla?

Chupar un coño. Para algunos hombres un oficio lamentable. Para otros un detalle de los amantes. Otro dirá que un gusto personal. Me dirá ud en la calle que eso no vale la pena pensarlo. Otro, mucho más categórico, dirá que es enteramente reprochable a quien practica esta vocación. Yo diría que no vale la pena ponerse metafísico al respecto. Es decir, a veces me quedo fijamente en un video pornográfico, viendo como una polla violenta a una concha, y espero que pase algo, que suceda un evento, que se desate una trama o algo desde lo cual sujetarse. También creo que a pesar de lo explícito que pueda ser un video de este tipo nunca muestra lo suficiente. Nunca más que lo que se tiene por carne. A veces salen videos del tipo de un hombre tragando la diarrea de una dama. O una señora que se deja atravesar por la polla de un can. Un hombre que se mete un gancho en el pene y clavado a la vulva de la actriz la engancha con el fin de quedar unidos. Pero no hay lo suficiente para pensar en un aspecto puramente interno del acto sexual. Una vagina no se rompe y se desgarra de la actriz para ser desechada del mismo modo que un viejo condón reutilizado. Existe en realidad un vacío en la expresión para revelar lo impronunciable acerca de la jodienda. El problema, quiero que entiendan, no es poner al padre de la actriz lo suficientemente cerca en el campo de la acción con el fin de que cuando el perpetrador termine le salpique la esperma en la cara del señor. Esto no es una respuesta en lo absoluto. El sexo revela un vacío tan hondo en nuestra existencia que ni siquiera el vacío de nuestra época, "que lo enseña todo", puede acaparar. Todo está a la mano y a la polla; no obstante, no existe nada que agarrar ni que follar. Todo es espurio. Estamos muertos: ingerimos sobre-contenidos como cuerpos vegetales que albergan mentes muertas. Ya lo hemos visto TODO. TODO. Pero nada es lo suficientemente poderoso para estar acorde con esta evidencia. Podría proseguir pero no sería tan fuerte como vomitarlo. Vomitar cada palabra nueva en la cabeza y olvidarla. Bañarse el cuerpo y restregarse tan duro que se borre el último rastro del amante. La sangre está tan vieja que apesta a renegadas fantasmagorias. Ya uno no puede reír tampoco. Ni tomarse las cosas a la ligera. Debe ser por la conciencia alerta de la propia estupidez. Envidio al siglo XIX cuando decir una mala palabra generaba pudor. Ahora el pudor genera malas palabras y las malas palabras generan revistas y las revistas literatura y la literatura gente. No sé, en todos casos las cosas están tan irremediablemente jodidas que ya debí haberme detenido hace mucho. Me gustaría poder cantar una canción antes de irme querido auditorio, sí, puedo:
And I don't want to know about evil
Only want to know about love
I don't want to know about evil
Only want to know about love.

Sometimes it gets so hard to listen
Hard for me to use my eyes
And all around the cold is glistening
Making sure it keeps me down to size.

And I don't want to know about evil
Only want to know about love
I don't want to know one thing about evil
Only want to know about love.



I'm waiting for the planes to tumble
Waiting for the towns to fall
I'm waiting for the cities to crumble
Waiting till I see you crawl.

Yes it's getting hard to listen
Hard for us to use our eyes
Cause all around that gold is glistening
Making sure it keeps us hypnotized.

And I don't want to know about evil
I only want to know about love
I don't want to know about evil
Only want to know about love.

I don't want to know anything about evil
Only want to know about love
I don't want to know about evil
Only want to know about love.

Tuesday, November 04, 2008

visionarios

“Sigo creyendo en el futuro” Antonio Mora Vélez

“I believe in America” Don Vito Corleone – El padrino.


Fue como si en aquel Grant Park en Chicago sólo faltara la resplandeciente capa de Superman volando a través de la chispeante noche de victoria, para convencernos que Estados Unidos de América era un país que valía la pena defender y luchar por él. Una gran nación, capaz de unirse para demostrar que el sueño todavía estaba vivo.

Recuerdo hace cuatro años, cuando paseaba por aquel parque, cercano al gran lago Michigan, en el festival de Jazz más grande del mundo. Dos tarimas separadas a pocos metros y rodeadas de tiendas en las que se ofrecía cerveza y alitas de pollo. El clima de la locura se palpaba en el aire y las miradas de odio y rencor se centraban sobre tu sucia cabeza latina que no valía un peso. Luego te obligabas a mirar cabeza gacha y en los andenes sólo veías mensaje de odio y rencor, mierdas de White Trash y estúpidos neonazis que te preguntaban por qué mejor no regresabas a casa y grabados con palabras como spun y love-hate por donde quisieras dirigir la mirada.

Esta noche, dejando un lado mi obligación con la redacción del libro, me permití descansar un rato y ver el cubrimiento de medios nacionales como internacionales de las elecciones en los Estados Unidos. Entendí un poco mejor la dinámica de los resultados; por lo que ellos llaman los colegios electorales y cómo un estado representa cierto número de votos, mayor o menor que otro, y no es en realidad la elección popular como tal nosotros la entendemos.

En los medios decían que la apuesta de las elecciones de este año era simbólica. Era la elección entre la experiencia, John McCain, o la esperanza, Barack Obama. Cuando los primeros resultados aparecieron y ya era definitivo que McCain requería de un milagro para superar al candidato rival, sentenciaron: el pueblo norteamericano ha optado por la esperanza.

Quiero confesar el favoritismo que siempre me inspiró McCain. Lejos de las viejas caricaturas que simplifican las visiones del mundo, como: Republicano- Derecha extrema- WASP-Anticristo; en contraparte: Demócrata- Progresista- Liberal- Salvador. Observé en el candidato republicano una firmeza de temple, de decisión, de conciliación, de inteligencia y liderazgo que me llevaron a pensar sería el candidato a manejar una nación jodida que un payaso como George W. Bush había dejado perder.

Incluso antes de las primarias lo daba como favorito y no daba un peso por Hillary Clinton, la clásica zorra oportunista, ni por Barack Obama, que se me antojó un arrogante manipulador político. McCain era el contrapeso republicano al espectáculo bochornoso de los adversarios demócratas que no se atrevían a desprenderse del gran trasero canoso de ese pésimo personaje llamado Bill Clinton, tan idiota, despreciable y superficial como Nicolás Sarkozy.

Esta noche perdió la experiencia y ganó la esperanza. Estoy feliz porque el “I have a dream” ha vuelto a tener un sentido. La primera frase de Obama al dirigirse al público, como candidato ganador fue: quién de ustedes se atreve a decir que en USA ser lo que se quiera ser no es posible?” . Me alegra ver un candidato joven, entusiasta, soñador, luchador y orgulloso de su condición negra. Me alegra que sólo hace 47 años, cuando el presidente Obama nacía, se permitió el acceso al voto de la población negra y hoy, tan poco tiempo después, sea un negro el presidente de los Estados Unidos.

Pero quiero presentar mis respetos y mi admiración a la experiencia, sin la cual no seríamos nada. En su triunfo de derrota, John McCain fue admirable. Invitó a la conciliación, al respeto por el candidato y a la aceptación de Obama como presidente de USA, elegido por la mayoría del pueblo en una votación legítima e histórica. Manifestó su orgullo por él, como por el de su pueblo, por permitir que la tierra de las oportunidades fuera más que una leyenda bonita. Así mismo se mostró dispuesto a colaborar, expresando que en más de cincuenta años le había servido al país y que esta era una nueva oportunidad para servir al que desde ahora sería su presidente.

McCain debió haber sido el presidente hoy y no Obama; sólo que su campaña de elecciones fue desafortunada y sus decisión a la hora de escoger vicepresidente fue francamente estúpida. AL dirigirse a sus seguidores, en su discurso que reconocía la derrota, dijo: “si alguno cometió un error por el cual se perdió, seguramente fui yo y no ustedes” Yo le creo y admiro su humildad, como su agradecimiento por la gente que lo siguió.

Las esperanzas hoy se actualizan. En un mundo que tambalea; en el cual los científicos más optimistas aseguran que en 30 años nos extinguiremos; en el que nuestra dimensión en el universo resulta tan sombría; es casi una obligación tomar partido por los sueños y decir: la inteligencia y la imaginación no deben perecer.

Un visionario no es aquel que mira el defecto en los otros, que reprocha los defectos de una raza o de una nación, que no se cansa de tildar al ser humano como una escoria para ponerse él mismo en una situación absurda de superioridad moral. Un visionario es aquel que ve en un mongólico que echa baba por la boca un rostro de un cristo probable que fue inmovilizado por la cruz de su condición y le besa sus resecos labios para calmar su sed de infinito; es aquel que ama la estupidez del otro porque le logra amputarse un poco el peso del pensamiento; ama el defecto del otro porque en él se reconoce y no ve sino el reproche de la existencia misma sobre sí mismo sin la necesidad de enjuiciar a los demás por estar caídos en la maldición de las leyes físicas. Un visionario es aquel que tiene la capacidad de ver a la fantasía como una enfermedad y morir de fiebre en ella, suicidándose como individuo y ardiendo para siempre como una vela inextinguible asmática.

Un visionario es aquel al que mundo se le ha deshecho y enturbiado en lágrimas no ve sino en las estrellas que lo niegan el último reducto de su felicidad. Necesitamos más científicos optimistas que literatos pesimistas baratos para salvar nuestro trasero.

Y esto no es posible sino bajo unas políticas de las ciencias consecuentes con el desarrollo de la humanidad y la vida en el transcurso de este siglo. Kurzweil ha predicho 50 nuevos cambios de paradigmas científicos para este siglo; lo cual es algo desquiciado para la historia de las ciencias si vemos que el siglo pasado fue el más agitado de toda la historia de la humanidad con 5 nuevos cambios paradigmas que estuvieron presentes.

Barack Obama tiene una seria responsabilidad de ser consecuente con el futuro de la ciencia y yo aspiro que lo logre. No podríamos pedir esto a un presidente con ánimo belicista como Bush, ni a otro con propósitos meramente políticoss, sino a uno que en realidad se comprometa con propósitos sociales, educativos y científicos.

Hace 4 años estaba en un parque marcado por el odio. Un hombre de Israel me dice detrás de un almacén: sobreviste un día de Chicago, eres un héroe nacional. El clima era de intolerancia racial, locuras de pandillas, tiroteos todas las noches. Negros contra blancos y blancos contra negros, en la mitad los estúpidos latinos y de lado los insignificantes asiáticos.

Hoy veo en la televisión una diversidad fuerte, unida, esperanzada. Primer plano a la cara de Oprah envuelta en lágrimas: esta negra es más poderosa que Rockefeller, porque tiene lo que él no tiene, la gente. Los blancos lloraban junto a los negros y los hispanos levantaban sus brazos en señal de que ellos también existían, así fuera como raza para odiar.

Hace cuatro años, en medio de este clima loco de odio y miedo, entré a una tienda de guitarras Gibson, cerré los ojos y me sentí en América mientras palpaba la perfección de la técnica y el diseño de esta maravillosa creación estadounidense por excelencia.

Thursday, October 30, 2008

Sobre el estilo.

La fineza es al humor lo que el estilo a la escritura: censura eufemística.

Cuando alguien te dice: no importa lo que digas mientras lo digas bien, te está agarrando de las nalgas sin que te des cuentas. Lo importante es decirlo mal y lo más guarro posible para vomitarles la fiesta.

EZKIZOFRENIA ESKORBUTO


"LLevamos con nosotros
el engaño y la verdad
que vosotros, pobres ratas
ni siquiera os atreveis a imaginar"

Video de Anangeix A Kat.

Sunday, October 26, 2008

UPTI

En la noche, cuando todo es apacible, se escucha un rumor a lo lejos. Al principio creía que se trataba de la vibración de los aviones, pero con el pasar del tiempo aquel rumor, que era más como un rugir, se iba extendiendo, entrando a mi calavera y exasperando mi sueño hasta tempranas horas de la madrugada, cuando, finalmente, lograba cerrar los ojos bañando mis párpados de los prematuros rayos de sol. Siguió de esa manera por un período de meses desvelados en que el crujir del cielo yacía en mi lecho de muerte llamado cama arrebatándome el sueño y las ganas de seguir viviendo. A veces me asaltaba tan violentamente que me arrancaba literalmente del llamado lecho de muerte arrojándome en medio de la calle con los oídos sangrantes, llenos de lágrimas, rogando por un poco de silencio y tranquilidad a estas altas alturas del tiempo del sueño. En pijama, bajo el azul del cielo de madrugada, sintiendo el fresco del aire mecer el cabello, ella se me aparecía, su largo pelo negro sobre sus firmes y delicados hombros que eran movidos con ligereza por sus celestes pasos. La sonrisa ancha imponía una distancia imposible entre ambos mientras sus ojos se guardaban de ser groseros y aparecer al alba, esperando a desaparecer por fin toda y llevarme con ella, dejando un sólo cadáver enfermo padeciendo por su pérdida. Entonces era imposible volver a dormir habiéndolo soñado todo y sólo restaba arrojar los restos de lo que aún se acordaba haber tenido unos ojos para estar con ella en su ausencia. Le llamé la bruja y me mantuve en posición fetal a lo largo de cuatro años, esperando poder volver a nacer en su útero o ser abortado desde las entrañas de su ebriedad. El rugir se volvió la promesa del nacimiento de una criatura desagradable que aún se moldeaba en los miles de pensamientos a los que me sometía el mantener la cabeza gacha fija en los testículos. Aún no me sobreponía de mi insoportable letargo cuando empecé a sospechar que aquel rugido de la noche era un grito que tal vez estuviera en mi propio cuerpo expelido por el ano. Interesado por aquella nueva confirmación de mi ignorancia me inserté una vara metálica hasta untarla toda de mierda y sangre y una nueva sustancia que supongo se trataba de los restos de algún órgano interno atrofiado hace muchos años, quizás desde antes de haber sufrido mi primer nacimiento, en realidad una violación del infinito que alguna vez fui siendo nada. Con las manos de mis brazos que rodeaban mis piernas, en realidad mis rodillas, empecé a buscarle forma a aquella sustancia distinta a la mierda y a la sangre y no teniendo otro lugar donde meterla la inserté en el paladar y le llamé lengua. Era una lengua terriblemente inquieta que no se contenía de lamer la punta del pene cada vez que se le antojaba en el sentido gustoso de la palabra. Entonces el pene revivía y mirándome a los ojos con su único ojo me preguntaba entre lágrimas por ella, por la bruja, si acaso la recordaba. Ya mi memoria sólo se prestaba para el rugir que aún pudiendo ser interno provenía desde afuera, desde las primeras horas de la madrugada que en realidad parecen noche. Pensé que tal vez se tratara de la revelación de una criatura de cuatro dimensiones que sólo era perceptible para mí en cuanto sonido salido de la nada. En su brillante ausencia abrazaba aquella criatura que sólo comprendía como una desgracia. Mi cuerpo era una decadencia en ese entonces. Cada noche era levantado por un grito demoledor que me obligaba a recogerme como cuerpo e inventar palabras para exorcizar los sueños. Algunas veces salía a la calle, enloquecido, aún en pijama, con las lagañas en los ojos y le preguntaba a los porteros si acaso ese estruendo era posible que fuera originado por un avión, pero si no veía ninguno atravesando el cielo, en la distancia, a la búsqueda de nuevos destinos para ávidos viajeros que recostadas sus cabezas a los cómodos asientos dormitaban mientras perpetraban la blancura virginal de las nubes como intrépidas vergas aladas que surcaban el horizonte. El portero, un hombre adusto, me decía que él no escuchaba nada y a la final no estaba hablando con el portero sino era yo soñando con que él me dirigiera la palabra, pues no era la primera vez que me veía en este estado, y sólo me decía que él no escuchaba nada.

Hace un año, por esta época, cuando aún trabajaba en la videotienda, me levanté temprano en la mañana, y junto a este mismo hombre, vimos como la luna se teñía de rojo, vistiéndose como una ramera para sus fervientes admiradores, que la contemplaban en su hermosura barata, muerta colgada al cielo, la amada amiga hipócrita.

I don’t ever want to be alone
With all my darkest dreaming
Hold me close
The sky is breaking

Sunday, October 19, 2008

love after love

Love after Love
Derek Walcott


The time will come
when, with elation,
you will greet yourself arriving
at your own door, in your own mirror,
and each will smile at the other’s welcome,

and say, sit here. Eat.
You will love again the stranger who was your self.
Give wine. Give bread. Give back your heart
to itself, to the stranger who has loved you

all your life, whom you ignored
for another, who knows you by heart.
Take down the love letters from the bookshelf,

the photographs, the desperate notes,
peel your own image from the mirror.
Sit. Feast on your life.

--------------------------


------------------------------
El amor después del amor. D.W

El tiempo llegará
cuando, con exaltación
te recibas a ti mismo llegando
en tu propia puerta, en tu propio espejo,
y cada uno sonreirá a la bienvenida del otro.

Y dirás, siéntate aquí. Come.
Volverás a amar de nuevo el extraño que fuiste tú
Dale vino. Dale pan. Devuélvele tu corazón
al mismo, al extraño que te ha amado

toda tu vida, a quién ignoraste
por otro, quién te conoce de corazón.
Arroja las cartas de amor de la biblioteca,

las fotografías, las notas desesperadas,
despoja tu propia imagen desde el espejo.
Siéntate. Agasájate en tu vida.

(Traducción de Luis Elvira C)

Tuesday, October 07, 2008

borroso

Soy hombre al fin al cabo por más que quiera ocultarlo. Los hombres somos grandes, peludos y feos. La mayoría, respondes. Sí, la mayoría, entre ellos yo. Tampoco puedo con tu mundo de fantasía y grandes idealizaciones. Hace mucho dejé de vivir para los ideales. Los hombres, nos parecemos más a Shrek que a Beckham. La mayoría, respondes. Es cierto. Desearía ser guapo y adinerado. Seguro que me ahorraría el costo de tener sentimientos. Tan económico como ellas te añoran: un tipo frío y duro. Los hombres, nos parecemos más a Shrek que a Beckham: eructamos y somos grotescos, grandes y ridículos. Beckham en cambio es el hombre modelo, atlético y perfecto. Hasta un pedo resulta una delicadeza de su parte, por mostrarse al fin al cabo humano.

El hardware es el software.

Te tengo una noticia.

Hay una chica que me ama tal como soy, es mi hija y es a ella a la que me aferro. Resulta obstinado oscurecer el panorama por una persona tan egoísta como tú.

Veo sus ojos negros abiertos a mitad de noche, ella mira a su padre en silencio, yo me caigo con el sueño y ella sigue despierta. Qué piensa, nadie sabe.

Sunday, September 07, 2008

interior

Piensa en tu mente como una señal de radio con interferencia. A veces logras escuchar una voz, otras veces una canción que vagamente reconoces; te haces una somera idea de lo que está pasando en aquella frecuencia sin saber nunca su tema, si tiene tema, si realmente es una señal continua o puede ser que captes otras señales que a veces se atraviesan en esa frecuencia. Piensa en tu mente como que mente no existe. Las ideas no se tocan; se dice que existen como causa, porque gracias a ellas es posible realizar, "materializar", lo abstracto en lo concreto. Piensa ahora en tu gran arrogancia frente al universo. El hombre constantemente trata de lidiar con entidades a las que su razón no alcanza. La primera de ellas, su propio interior.

Ese hombre que me mira "inmerso" en el cristal, quién es el? De dónde aparece? Por qué devuelve esa mirada a mí, yo que lo miro? En sus ojos se revela una verdad incuestionable: él sabe quién soy yo mas yo no sé quién es él. Ese joven me devuelve la mirada con soberbia, como si siempre hubiese estado allí, donde yo jamás pudiera alcanzarlo. Estoy cansado, agotado, termino el turno de noche, otro día de mierda me espera.

Desde el instante en que decidí seguir viviendo, esto es, envejeciendo, cuando decidí alejarme de los problemas, ese día firmé mi acta de defunción. Invisible andaba por el mundo, sin hacer daño a nadie, sin meter la pinga donde no corresponde, como caminando muy erguido por donde no se puede uno desviar sin correr el riesgo de hacer volar el sombrero. Jugué a ser normal y lo intenté de corazón pero fracasé.

Siempre he considerado que la barba de un hombre lo es todo en su presencia. Nada me ha causado más repugnancia en la sociedad libre que aquellos lampiños que andan por el mundo sin vergüenza de sus mejillas lisas. Un maricón sin barba no es hombre, es una mujer cuya belleza no le fue correspondida. Mi barba es larga y firme como las fibras del mango. En mi barba se debate mi corazón que sabe que la historia de un hombre se lee en su rostro.

Vivía esta vida insignificante, y los chavales me decían: tu vida es un sueño. Tenía un apartamento hermoso en un bello barrio cerca a las colinas, donde iba cada mañana muy a las 5 a correr y llenarme los pulmones de aire fresco. Ya hace mucho de las otras vidas. Lo importante no es el dinero, lo comprendía ahora, el verdadero poder de un hombre radica en cuántos hombres están a su cargo. Y yo llegué a tener casi 150 hombres, todos dependiendo de mis decisiones, de mi temperamento, de si un día amanecía bien o si la noche se me había cagado con una golfa y debía desquitarme con el más muerto de hambre. Era un hombre de respeto que inspiraba la admiración y la envidia de muchos.

Pero no contaba con que las peores pesadillas que no me atrevía siquiera a soñar -pues incluso me obligaba a despertar para no verme con ellas- cayeran como suaves ráfagas de granizo sobre mis hombros. La cabeza no me daba para entender. El mundo hermoso que daba por hecho se volvía opaco y gris, como velado por el vaho de un duende maligno que se satisficiese con mi pena, y las certezas se volvieron interrogantes. Comprendí que el futuro era tan rígido como el pasado y alguien me contó que eso ya lo había formulado Einstein, diciendo que sólo con que alguien pudiera encontrar la manera de leer todos los elementos claves podría determinar con tanta certeza los eventos futuros como si de leyes físicas de impecable predictibilidad se tratase.

La mente es una cosa; la conciencia otra. Traté de comprender qué me pasaba. Por qué moría. Por qué esta grande tristeza se aferraba a mi corazón con sus dientes de cazador despiadado. Pensé en mil cosas pero no pensé en la muerte porque no comprendía qué(e) era la muerte. El cerebro no puede ir tan lejos. Llegué hasta la famosa instalación de Damien Hirst con el sugestivo título de the physical impossibility of death in the Mind of Someone Living(la imposibilidad física de pensar en la muerte). El ver a ese gran tiburón disecado allí, su exuberante volumen retraído en las profundas aguas de lo desconocido me llenó de lágrimas los ojos y rendido terminé arrodillado sollozando frente a los límites de mi razón.

La comunidad científica niega las bases de la muerte. Su premisa es ir contra el tiempo. Los mayores investigadores en campo de genética como en la biología, como el dr Roy Walford, se inspiran en esta certeza que, con tal arrojo, se atreven a predecir que dentro de poco la batalla contra la decadencia física estará ganada. Ahora se habla de la inmortalidad del ser humano. Se encontrarán las bases "culpables" del envejecimiento con el fin de postergar inimaginablemente las fronteras del cuerpo humano. El genio visionario Ray Kurzweil espera que en un futuro próximo, de hecho en el 2029 del cual predice -y Bill Gates lo reconoce como el científico con mejor alcance predictivo en cuanto Inteligencia Artificial-, podría pasar su mente a una computadora que no sólo pensaría como él, sino que de hecho sería él.

Yo no creo en una inmortalidad diferente a la que contemplaba Borges en ese hermoso cuento llamado Los Inmortales. Y quien conozca el cuento dudo mucho quiera llegar a ser uno de aquellos Inmortales, aún siendo Homero, aún siendo todos los hombres; por eso mismo. Sólo que no logro verme en el otro lado, porque en el otro lado ya no habrá quien vea y no puedo concebir que no exista un lado que no se vea. Su ser es ser percibido, como afirmaba el maravilloso obispo Berkeley. Cómo es posible entonces pasar desapercibido sin estar vivo? Se entiende acaso este grado altísimo de no-ser (comprendido en el no-saber)?

Ese hombre a través del cristal que ahora me observa fijamente, lo sé, es un ángel de la guarda. Próximamente estará por levantarse e irse. Ya no me volverá a ver jamás a la cara. Su vergüenza le obligará a bajar el rostro la próxima vez que lo busque, pues ya no estará. Ese hombre, ese joven, a través del cristal, "inmerso" en el cristal.... (que me observa fijamente como un cadáver asqueroso).

Tuesday, September 02, 2008

Abrázame

Me sostendrás en las noches? Brillantes serpentinas que son como claras frases de sentidos honestos dirigidos hacia un punto específico. Me sostendrás, dices, mientras me sueltas y me ves rodar abajo, abajo de la montaña en la que creía y pretendía estar, arriba, en la cima, arriba. Como sostener huesos sucios. Ser capaz de borrar el rastro. Entonces olvidar palabras. El alcohol se dice produce esta extraña enfermedad en el alcohólico que sabe lo que dirá pero en el momento de expresarlo algo como que se retrocede, algo como que se pierde y se desvanece; en las palabras, las palabras que nunca fueron dichas y se sabía estaban; pero no las palabras, el sentido de decirlo, sin jamás haberlo dicho y quedar sólo el silencio; y esta larga expiación, como un aire seco que se restó ante el freno del deseo trunco. Me dices, amigo mío, no tener tema y añoraría poder saber que no existen temas. Los temas son grandes como murallas infinitas clausuradas. El horizonte se cierra en nuestra angustia. 'El grito' de ɛdvɑ:ʈ mʉŋk no está como erróneamente se postula en la boca abierta sino en la atmósfera entera del cuadro; la boca abierta es la del hombre que devora el grito del universo. Su título original no fue 'El Grito' y es allí donde de nuevo se pierde la naturaleza de las cosas en su nombre olvidado. Su nombre original, el que le dio el pintor, fue Desesperación. Se dice que desde el muelle en el cual el personaje central del cuadro se detiene, y junto a él toda la agonía cósmica, se lograban infiltrar los despavoridos aullidos de las miles de mujeres del sanatorio mental de Christiania - nombre que recibía Oslo en la época de Munch-; entre esta legión de locas, la hermana de Munch, asilada allí, probablemente uniría sus berridos al de las otras mujeres, creando en el corazón del artista la atmósfera propicia para dejarse absorber por el ocaso nórdico de la angustia abismal y la impotencia de la razón frente a la ruina moral de la pretendida honestidad lógica de los acontecimientos que sencillamente se deshace en moronas en los rostros que se desfiguran constantemente por este terrible azotamiento de las todopoderosas circunstancias. Llevo una tristeza imposible, capaz de derribar un ejército de hombres, los mejores hombres, y de héroes, los más invencibles héroes. Pienso en Silicio Ramírez con gran anhelo. Ese modo de ser un artista abocado a la indefensión. Entendió, tal vez como Marcel Duchamp, que en el corazón del arte residía el gran secreto de desprender las cosas de su dimensión dada y la esencia de los objetos estaba cobijada precisamente en su no-lugar. Pero tal vez Silicio no tuvo la certeza de apoyarse en un discurso, como el artista francés, sino que él mismo, procedente de otra dimensión, era su propio remake, instalándose en los no-lugares en que su cerebro transgredía contra el vicioso y cínico impulso humano de pedir explicaciones. Albert Einstein hablaba de su misticismo como una "religión cósmica" que consistía en la admiración por la belleza del universo y, al tiempo, en una desbordada y ciega fe en la razón humana que pudiera comprender las leyes físicas que regían a todo el universo desde el origen hasta su fin más remoto, como parte de su teoría de la unificación de las ciencias o teoría del todo. Esta predisposición a la admiración de la belleza del universo es la única capaz de convertirnos en hombres de ciencia y al tiempo en abrirnos el corazón a la poesía. Mi amiga me comentaba que le explicaba a sus alumnos la teoría que afirma que cada vez que perdemos de vista una partícula ésta aparecía en otro universo paralelo al nuestro, similar a la noción de quienes creen que cuando dormimos en realidad nuestra conciencia despierta en otra vida, en otro mundo. Sus estudiantes decían: sí, bueno y qué? La magnífica belleza del universo, la única que nos hace comprender que la belleza es infinita y que por ende nosotros somos miserables, por ser tan poco inteligentes para entregarnos a ella, es la misma si la percibimos a través de un telescopio dirigido a los confines de la materia oscura, o si nos hiere al ver el hermoso rostro de una mujer o un hombre -puesto qué somos nosotros si no otra forma de configurarse el universo?-, o contemplar el bello cauce de un río:
- Mira, fíjate qué hermosura! - dice la abuela a cada momento, yendo de una borda a la otra, y toda ella está radiante, dilatados los ojos de gozo.
A menudo, extasiada en la contemplación de la orilla, se olvida de mí; permanece en pie ante la borda, cruzadas las manos sobre el pecho, sonríe y calla, sus ojos están llenos de lágrimas. Yo le tiro la oscura falda floreada
- ¿Eh? -se estremece- Me he debido quedar traspuesta, y estoy soñando.
- y ¿Y por qué lloras?
- Esto, querido, es de alegría; de alegría y de vejez- dice sonriendo-.
M. Gorki, Mi infancia.

Esta admiración por la belleza pura del recorrido esplendoroso de un majestuoso río implica una cierta ingenuidad. Una cierta estúpidez. La abuela de Gorki, como se puede apreciar en la novela, no era la mujer más sabia del mundo. Y sin embargo, era la mujer más sabia del mundo; ella era la vieja Rusia; la que le arranca en lágrimas el corazón al poeta "mal negocio". El primero de esos hombres...

Tú y yo y mi amigo silicio, no tenemos aquella desbordada fe en la razón humana. Nuestro sentido de "religión cósmica" surge a partir de una fe ciega en la fe humana. La fe no se explica, la fe no se soluciona; la fe no llega a otra parte que desde donde parte. No pretendo explicar al necio por qué nacimos muertos y por qué nuestra tristeza, como el reino de Jesucristo, no es de este mundo.

Qué espero? -y esto no te lo digo a ti, mi buen amigo, sino a otros lectores- Espero que la persona que entre a mi blog no se vuelva un lector tirano como el personaje de Kathy Bates en la película Misery, basada en la novela de Stephen King. No me juzgue porque mis escritos no le parezcan de calidad. Creo que la escritura muere cuando requiere de un certificado de registro de sanidad o aprobación intelectual invima. Esto es un diario de alguien que está perdido en una selva de palabras. Bien podría acudir a un auxilio, leer la cocina de la escritura de Cassany y aprender la estructura de los párrafos. Es decir, bien podría tomar de nuevo el volante y dirigirme a la cómoda carretera que las autoridades gentilmente nos han servido para recorrer los bellos paisajes del país de la escritura. Miles de mapas se han redactado con el fin de que no ofendas ni aburras a tus improbables lectores. Los conozco, los he leído y saben, me aburren. Por qué, porque no tienen fe. Porque son escupitajos del gobierno. Porque tienen un fin perverso. Porque te salvan de la locura, del aburrimiento, de la pesadez, de la oscuridad. Mi blog es una mierda, yo lo sé. A veces parece que andara en círculos, cierto? Que no avanzara. Que me perdiera cada vez más. Que me desaparezco en medio de la maleza, de la incomprensión, del caos; que no hay sino caos. Que soy como un auto que sólo acierta en encender pero que no avanza; eso es lo que piensas, eh. Es que ya ni piensas. El blog de Malédiction: un niño que llora. Lo que más me gusta de esto es que nadie comenta, que a nadie le gusta. Si le gustara al público, al colombiano, al bogotano promedio que se sienta en el internet y dice: hoy voy a entrar a divertirme al blog de Malédiction: joder, le metería la mano en el coño a tu abuela y esperaría que me acabaras a golpes con todo el gusto del alma. Si este blog se pierde en una maraña de ideas recurrentes, de quejas insoportables, de desesperación sin sentido, es porque seguramente voy por la selva tropezando, fallando. Me encanta fracasar. Apuesto a perder cada vez que puedo. Me gusta perderme. Me encanta aburrir. Pero sé que no apesto. Sé que no me vendo. Como reza la canción de stone temple pilots: I am I am I said I'm not myself, but I'm not dead and I'm not for sale.

Thursday, August 28, 2008

El caso de Jackie boy.

Mi nombre, como el de todos los héroes, es Jack. Jack Frustrations para mis amigos. Me llamaban el caradura de los Ojos Privados. Mi novia se llamaba Coral; apenas si sabía reir pero se consideraba una mujer feliz como cualquier otra. Era adicta a la cocaína y los videos de encuentros sexuales. Nada fuera de lo común para una chica de su tiempo. Karlizt Dietrik me comentaba que no sabía por qué a las chicas les gustaba tanto la cocaína. A Coral la conocí en una noche de amargura y soledad que me llevó a un sitio de striptease de los barrios bajos. Sillas metálicas bañadas en aluminio carmesí que como vectores homicidas te apuntaban al centro de la frente en medio de la penumbra en que el amarillo de la cerveza navegaba como tristes navíos condenados al naufragio en el absoluto de los sueños supérstites. Qué digo si ahora me encuentro muerto? Qué decir, con qué propósito conjurar aquella noche de ignominia silenciosa en medio de tanto ruido cáustico proveniente de aquellos dientes metálicos que proferían palabras al vacío del éter implacable de la crueldad de los elementos desperdigados en un sólo llanto universal? Este es mi punto o lo era, cuando estaba vivo. Aún buscando al viejo sabio, que vivía en medio de las alcantarillas y cloacas, con su rala cabeza todavía semianimal por los cabellos grises que le brotaban de su calcinada piel de ciudadano del infierno. Su pecho al descubierto, invulnerable a las terminales ráfagas de viento que sacudían edificios enteros y animaban a las almas purgadas a abrirse entre las grietas del asfalto en busca de un solitario caminante que se golpeara contra el pecho por el atrevimiento de haber nacido con un cráneo tan abierto y mutilado. Miro a ese vigoroso hombre, tan infranqueable sin importar su proverbial edad, la fuerza de la expresión de su rostro y el temple de los músculos de su cuerpo; en sus ojos una fuerza inauscultable reside y de su mórbida boca una sabiduría que habla a otras voces para una mente inabarcable. Es el aire de un dolor antiguo que se renueva en cada gesto de su ensombrecido paso por las calles y avenidas. Lo veo cargando un ramo de flores al punto ciego del barrio paria; quien se encuentra a su paso le rehuye y luego le olvida. Este hombre sabe los idiomas clásicos por una educación de dudosa proveniencia, es amigo de lo deshonroso sin que por ello su trono se vea aplacado por el peso de las miradas de los hombres. El río sigue su mezquino cauce de excrementos mientras yo observo allá a lo lejos un horizonte ajeno que me recuerda que en esta vida nada vale la risa ni la tranquilidad de los otros. Nacimos no para ser sosegados sino para experimentar al rojo vivo esta herida insondable de los tiempos que conjetura nuestra ilusión de los movimientos que se privan mutuamente. Pero esta es una historia de detectives que es preciso narrar desde un punto de referencia neutro, llamado mi voz impersonal, que sin embargo, como ya he demostrado, está muerta desde las raíces de sus esperanzas hasta su más tierna manifestación en palabras que se pretenden hilar la una tras la otra, como viejas claves de casos archivados que parecen sugerir un sólo enemigo sin revelarnos por absoluto el carácter de nuestra urgencia. Urgir las palabras para separarse de este cuerpo que sufre y es sufrido con su peso gravitatorio infernal de años sumados a años y espacios-lugares que se empeñan en rechazarte de una manera categórica en las determinaciones de un gran legislador que se han empecinado en demostrar que eres culpable del crimen que en realidad has cometido. Esta es una canción triste que una voz cantarina desearía dilatar para deshacer un auditorio compuesto de inválidos sociales. Coral estaba tan ebria que no podía diferenciar entre una pista de bailes y una sala de orgías en vivo. Hechizada por el ritmo de la música se sumerge en las olas de los movimientos libidinosos de los anónimos amantes; allí la brutalidad brota como una maldita hierba que devora todo punto de apoyo en el crujiente espacio. Látex y almohadas de plumas destrozadas en la mesa de sacrificios en que la piel se confunde con el cuero negro de las chaquetas que se razgan con la violencia de los impulsos ciegos con que los cuerpos se embisten los unos contra los otros: en una esquina una flema impersonal verde, tan familiar que podríamos ser nosotros, el ADN concentrado en este fluido, diseminado por anchas esferas de espacio desconocidos en un bordeamiento de sombra en que el rostro del hombre es una vulgaridad displicente contra la creación de esta angustia. Con mis años de experiencia en el campo de la investigación casuística de crímenes entre especies me atrevo a afirmar con toda seguridad que no hay otra ética que el que la bioética ejerce por dinámica propia. No existe un mayor culpable que el que sustenta el principio y el final de los tiempos junto al Tiempo mismo. Busco al viejo sabio y lo encuentro en las cloacas, arremolinado a su humilde fogata. También llamado El Viajero, se acerca por la vertiente inauscultable de la sombra y al oído susurra que se trata del viejo sexo. Un animal cuyas garras deshacen los vientres femeninos y obliga a corromper los anos de los marinos tras vastas extensiones de océano entre ellos y sus deseos. Me revela que mi misión se acerca a su fin. Nadie me creerá, dice, siendo un autista disfuncional, como me llaman en la comunidad. Coral no se reconoce. No sé cuál pierna es la de ella o si este brazo amputado fue el mismo que me abrazó en las galerías de la ciudad mientras contemplábamos los inflexibles rostros Man Ray de las muñecas que respiraban en el puerto la fragancia de un universo expirado. Pero llegaría hasta las últimas consecuencias de este código asesino que se inscribía en las voces lujuriosas que llamaban a la satisfacción de los órganos groseros. Arremetí primero contra el Sargento Dietrik, llamándole mentiroso infame. Me expulsó a patadas de las oficinas del Consultorio Ontológico Inc. En las cafeterías de San Victorino diseñé mi plan maestro. Pero para ello necesitaba de un ufólogo ferviente que hubiera registrado contacto de alguna manera. Lo encontré en un ancho descampado de la ciudad. Su muro de los lamentos. Toda roca es una buena manera de llorar por nuestra forma en que nuestra vida se organizó. Solos? Solos. Necesitaba al señor Silicio pero sus líneas fueron cortadas. Encontré la muerte. Coral como un maniquí inflexible que respiraba lo último de las extrañas fragancias de la noche. Ellos cantaban en la primera luz del día. Esto yo lo vi ya estando muerto. Por qué cantaban? A quién se levantaban estos madrigales cantos?


Boomp3.com
Tengo polio:
letras virgilio barco - nancy reagan
música:
la nueva división
www.myspace.com/lanuevadivision

Saturday, August 16, 2008

incluídme en tus rezos, que yo en mis masturbaciones pensaré en tu cabeza rubia

Me temo que no está en lo todo cierto, en su informe, mr Krüopinger. Sentir la diferencia. Recuerdo la primera vez que la sentí brutalmente con toda su fuerza. De la simon's house al sprawl donde me alojaba quedaba una escuela, una iglesia y un centenar de casas clásicas americanas que erguían como penes patriotas las banderas de los surcos estrellados. Ese día nos recibieron con gran profusión de abrazos, buenos deseos, un desayuno mediocre que consistía en una taza de café y un muffin. Ya en la tarde me había separado del grupo de cadetes Kerberos 77 y pedía cerveza a la mesera pero no encontraba a mi mesera, como dice la canción de Tom Waits. La primera expedición latinoamericana que debía despegar desde Cabo Cañaveral me cogió en pleno mono del componente Krüopi & Allien. Malditos colombianos, escuché decir al agente Castaneda, todos unos drogadictos. Acaso no me bastaba con sus muffins también debería sentir anhelos de anneke?
-Oh qué tenemos aquí? me dijo entonces Mario Iguarán, mano derecha y culo fiel de Castaneda- Si es un anhelante a escriva en plena órbita de Sirio 1.

En las iglesias se congregaban los padres de la nación en sus grupos de oración para rezar y combatir la decadencia del mundo. Siempre me ha interesado la interpretación bíblica desde que se descubrió a la gran ramera fumando en una esquina de Io en la expedición Apocalipsis How. Había bebido la mitad del bar y me habían sacado a patadas porque me había apropiado del omniplayer cinéstesico con música de los tempranos 90's. Caminaba a mi barrio de negros, no en busca de mi angry fix pero semejante, y me encontré con el grupo gospel de los 1000 días. Recuerdo haber entrado. Interrumpiendo las plegarias. Se me acerca un hombre de bigote rubio y me pide sentarme.
Me pregunta: de dónde eres criatura perdida?
Oh mi casa no tiene nombre, no hay modo, igual era imposible salir intacto.

Me sienta en el centro del grupo. Es el día juvenil. Una docena de ojos adolescentes y curiosos me recorren el cuerpo con la vista a manera de escáneres. Siento cómo se detienen esas miradas en mis tatuajes, preguntándose qué significan, cómo se detienen sobre mi piel morena y tostada, cómo repasan mi pelo como si estuviera lleno de vicio todo él al igual que yo. Me interrogan sobre Dios. Acaso he leído la biblia, sí, no la biblia literalmente sino del modo en que ellos lo hacen. Tengo que volver oh sí, sus cabezas rubias son generosas en recibir a las criaturas traviesas del señor. Estoy seguro que rezaron por mí aquella noche y sintieron repudio por mi lugar de origen. No ocultes el miedo bajo la sombra del odio. Yo les pregunto a qué se dedican. Por qué no cantan? Quería celebraciones, tal vez estaba buscando otro tipo de iglesia y di con la peor cuna de serpientes en el centro del estado más conservador, ignorante y claramente idiota de los Estados Unidos. Por qué no nos arrodillamos ante el ratón que nos promete un mundo de fantasía? Oh dios, te suplico porque el mundo no se vuelva del tinte Disney.

Se me deportó a los tres días a Bogotá a un centro de desintox para astronautas estropeados. No me recibieron medallas, ni aplausos. El dr Aldars sacó su risa socarrona desde donde no la tenía. Nos volvemos a ver viejo. Qué tal esta nueva recaída, eh?
Mal, herr doktor, pudo haber sido peor, más divertida.

Sunday, August 10, 2008

el mundo se torna fugaz y fantasma

El mundo se torna fugaz y fantasma. Recuerdos como todo el mundo tengo, abundantes en belleza y melancolía, melancolía entendida como la imposibilidad de retornar a casa. Ahora estoy a flor de piel ante este nuevo asalto de la memoria. Recuerdo que tuve muñecos, paredes, padre y perro. Un mundo real que se fue cayendo a pedazos donde quiera deseaba descansar la vista. Era joven y el mundo era grande; no conocía las calles, la gente que me rodeaba tenía nombres tan curiosos como las plantas, podría reir con tanta fuerza como llorar y el llanto me venía a bien; conocía el modo de encontrar las lágrimas al interior de mi cerebro y ordenarlas que salieran, con ellas controlaba. No era bueno con las palabras; no podía decir Gabriel sino siempre Grabiel; así no es niño, no sabes hablar; no podía decir triste sino tistre; así no es niño, no sabes decir triste.

En la época que escribo la gente iba a los centros comerciales, soñaba con salir de la pobreza, se miraba ante las fotografías de la publicidad pretendiendo reconocerse en alguno de esos gestos. En esa época la gente iba a sitios llamados restaurantes a comer suculentos platos y soñar con el día en que todos los almuerzos fueran tan sabrosos. En la época que trato de explicar me venían los recuerdos la gente tenía tanta capacidad adquisitiva que podían elegir a su antojo la ropa de manera que pudieran expresar algo, identificar algo.

Mi padre trabajaba como productor en una pequeña empresa fílmica que había montado ante la imposibilidad de encontrar un empleo tradicional y de esta forma se escondía para poderse humillar con más desfachatez ante sus colegas que lo veían como una persona sin talento ni inteligencia. Él también vivía para el sueño y solía escribir largos guiones sobre historias de amor urbanas. Él se sentaba en los cafés, pedía un vaso de agua y me decía que algún día se iría lance en ristre contra todos los cineastas luego de haber recibido las mejores condecoraciones y reconocimientos de sus pares; trabajaba duro para ello. Yo no entendía pero tenía un padre a quien amar y un perro del que cuidar.

En la televisión empezaron a matar a la gente. Sobretodo a la gente que conocía mi padre. Mi padre se sentaba y decía hijueputa y luego se perdía al interior del patio. Mis muñecos me miraban tan absortos como yo había quedado. Mi padre no conocía mucha gente y nunca nos visitaban mucho. A veces solía encontrarlo borracho hablando sobre el porvenir de la industria y el papel que él jugaría. Decía que serían tiempos de renovación, de conciencia.

El día que mi padre le dijo a mi madre que se volviera puta él me cargaba en sus fuertes hombros y ella le tiró un zapato a su ojo. Le sangró y tuvieron que llevarlo al hospital de urgencia. A la semana mi madre se prostituía. Al regreso por las tardes me traía dulces, se sentaba frente a mi padre; él por lo general estaba tan inconciente que se sacaba la polla y la obligaba a chupársela y yo presenciaba el espectáculo con una barra de chocolate entre los labios.

En esa época los niños teníamos juguetes que correspondían a la cartelera de cine. Yo tenía al obeso Maco que resultaba muy gracioso junto su compañero, el genial marciano Roye. Me gustaba defecar y untar de mierda mis muñecos. Luego en clase la maestra me pegaba con la regla en la cabeza porque no sabía escribir bien el dictado. Me decía que debía escribir de una forma amena, clara, entretenida y sin adornos. Yo tenía una casa y unos muñecos y unas paredes y un padre y un perro y no he hablado del perro. El perro se llamaba catalino y vivía en el patio del inquilinato. En el patio del inquilinato una chica llamada Bica fumaba marihuana y culeaba con su novio. A nadie le gustaba que un chico andara cerca de Bica. Pero Bica tenía una risa dulce y extinguida. Me decía que yo era como un noble enclaustrado en el cuerpo de un bobo. Me gustaba la manera tan solemne en que me decía que los sueños de la infancia eran un turrón de azucar. Yo me escondía debajo de mi perro y veía como Bica se besaba con su novio de cabellos largos.

Hace unos años la gente se reunía y discutía sobre las palabras. Era una manera de reafirmar la clase. La gente que usaba palabras ostentosas era por lógica dialéctica gente vulgar. En cambio, decir las cosas con palabras que se consideraban corrientes era de clases educadas y altas. No decían cabello los ricos, ni tampoco rostro. Ni decían sueños argentados. Ni decían hambre apabullador. No decían hasta luego, decían chao. No decían hola, cómo estás; decían quiubo, todo bien. Ay la profesora me pegaba unos reglazos en la cabeza. Ay los muñecos apestaban a mis propias heces fecales. Ay la Bica me decía: chico te molestaría recoger el vómito de tu perro?

Yo supongo entonces que las paredes no me necesitaban, tampoco mis odiosos muñecos embadurnados de mi propia mierda, en ocasiones de sangre, en ocasiones de llanto, porque lloraba mucho, como una soberana marica, lloraba mucho por mis sueños argentados en un mundo rudimentario. Mi padre tampoco me necesitaba porque me pegaba con su bastón en las pantorillas y decía que no había nada más desagradable que mis pantorillas y mis raspadas rodillas, ni mi flacuchento culo que no se molestaba en tirarse pedos y llenar de pedos la habitación y ser tan ordinario que eran pedos sigilosos y callados pero de un olor impregnante, que terminaba por destruir todo, entienden, destruían todo esos pedos, en primera instancia mi nombre, luego mi carne, después mi vida y terminaban por destruir también las paredes y a mi perro catalino y a mi pobre padre que no soportaba mis insoportables pedos.

No diré que el big bang sea el producto de un pedo de un dios de la antimateria estúpido tal como lo soy yo pero sería bonito que lo dijera alguien con credencial científica o teológica para que la gente dijera que se trataba de una teoría revolucionaria en el campo del entendimiento del cosmos. En cambio yo soy lo suficientemente idiota como para decir que el big bang es producto de un pedo de un dios idiota y la gente se aburre pronto de esas salidas en falso, esas suposiciones erráticas y de todas maneras fáciles de ver las cosas. En todo caso, quién no está aburrido de este blog?

Con el tiempo descubrí gente que sabía tirarse pedos. Me decían, oye, gaznate de alimaña, he aquí mi motocicleta. Y entonces recorrían todo el salón con un prolongado pedo que uno se preguntaba cómo era posible retener las heces dentro soltando tal cantidad de reverberación en el trasero del muchacho. En esta época ya todo se había acabado. El universo sobre todo. Yo vivía en un recuadro de sobrevivencia que habían mantenido algunos humanos frente al duro invierno de la venganza azotada por las constelaciones en las palabras de los hombres. Le interesa algo? Para su conocimiento todo ahora es duro. Ya no existen mujeres con las que los hombres puedan soñar. Los trabajos son básicos. Prender el fuego, chupar orificios de anos enfermos. La carne reseca resquebrajada con los fuertes vientos huracanados es una tira de dolor no más que sostiene hambres apabullantes. Yo recuerdo la atmósfera azul, los sueños, la esperanza, a mi pobre padre, a mi perro, a la Bica. Todos hicieron parte de lo mismo.

Y sobreviví yo que soy un tarado entienden. EN mi edad adulta hice un blog y no lo leía sino gente muy estúpida, era divertido porque lo leían para aburrirse pronto y decir: saben, yo puedo escribir una mejor mierda que eso. Le hablo de blog y usted no sabe ni siquiera qué significa muerte. La existencia obedece a aquella desolación abrumadora llamada tiempo. Pero el tiempo no es uno sólo como no es uno sólo quien se encuentra solo sino que es más que una aniquilación acompasada de murmullos internos. Y el tiempo que no es solo tiene su tiempo así como la muerte que no es solo una contiene su muerte. Al tiempo lo componen una simultaneidad y una corriente de tiempos que hacen posible que el tiempo se extienda y se olvide así mismo llegará el día en que en nuestra dimensión el tiempo evolucione al nivel del tiempo de las partículas y tampoco sepamos reconocer el tiempo como vivir en él contrariando su curso. La palabra tiempo carecerá de tiempo, es decir de sentido. La muerte debe componerse de un nacimiento llamado así mismo una extensión de muerte que expresa diferentes niveles y cursos de muerte en el marco de la muerte que ya no es la muerte que comprendemos como la bendición que sierra las voluciones sino una fatiga que devora los pasos que anduvo. La belleza es un dolor incomensurable que nos obliga a aspirar esta muerte y cuanto más nos duele más sentimos esta vida chocante en contraposición con esta agonía infinita que se representa en lo inconcebible. La belleza es infinita y el dolor que produce no aprehenderla nos conecta por dialéctica a la vida que debemos abortar en nuestro propio seno arrancando toda arteria que brota y vuelve a aferrarse al corazón. Ahora, esto no es un blog, esto es una manera de tornarse fantasma.

Monday, July 28, 2008

alteridad del universo en sueños

El estudiante cae encima de las viejas tapas empolvadas de los gruesos libros de física y matemáticas que lleva estudiando por su propia cuenta durante semanas y que lo han alejado de la atención primordial que debe prestar a los exámenes y trabajos para responder ante la universidad. Esta vez acuden los mismos sueños, una y otra vez, esos mismos sueños en que los paisajes intuidos de una ciudad conocida se confunden con atajos de miedos y horror que lo paralizan frente su escenario familiar pero retorcido que parece dar la impresión de haberse perdido nuevamente en unas circunstancias obvias que lo reducen a la imposibilidad de encontrar respuesta en el único espectro que las hay, es decir, dentro de sí mismo. De dónde surgen estos sueños? no lo sabe, a pesar de su vivencia casi objetiva. Camina por un vecindario aledaño a la pensión donde habita en Bogotá, por sus escombros nocturnos, de repente cruza una esquina y se haya saliendo de unas colinas que bordean la frontera de la ciudad, sabe que no puede pasar por aquella calle estrecha y destapada que tiene a su frente y prefiere seguir la carretera de la gran avenida llamada Circunvalar; allí pregunta el modo de volver a su viejo vecindario y un hombre le indica una ruta que debería ser segura; unos pasos más encuentra un viejo billar donde rudos hombres beben cerveza y escuchan música; no sabe si confiar en ellos, tienen ese aspecto de resentidos que ya no se preocupan por la vida del desprevenido. Es un viejo paradero de flotas intermunicipales varadas a mitad de la noche y camiones de carga que no despacharán sus encargos hasta un par de meses; esa luz amarilla y sucia de orines contaminados impregnan el territorio que no da lugar a una salida con vida sin preocupaciones. Se despierta aún sintiendo el frío del conocido espacio. Cuando recuerda lo que soñó comprende que no es la primera vez que se enfrenta a este panorama desolador, su corazón se desgañita como una esfera de la realidad que se quebrara ante el encuentro de los ojos de un viejo espanto que se despertara para tomar aire. Entra al computador y allí permanece un buen tiempo distrayendo sus preocupaciones con las páginas de pornografía gratis que ofrecen los servidores piratas de la Universidad. Un gigantesco negro atraviesa con su erecta verga el trasero de una puta rusa que se relame ante el lente de la cámara digital. El estudiante escucha black metal y se rasca las pelotas mientras la escena lo termina de excitar por completo y pretende parar de analizar la naturaleza verídica del órgano del actor y piensa en los ensayos escritos a partir de la diferencia entre las cualidades de verosímil y veracidad en la literatura de fines del siglo XX. "Si quiero escuchar a la jodida Callas me gustaría hacerlo sin necesidad de tener que escuchar una maldita guitarra eléctrica estropeando su voz; si quiero escuchar a Motörhead detestaría castrar a Lemmy y cambiarle su melena por un peluquín victoriano". Comprende que entre más sabe más debe cuidarse de los viejos miedos que acosaron a sus antepasados. No son supersticiones vanas que arropaban las creencias ignorantes de pueblos salvajes que aún no estaban iluminados por el halo protector y soberano de la razón y la ciencia universal. Estas preocupaciones le atacan como lanzas de incertidumbre desfalleciente que no le dan la opción de respirar. Es porque no existen evidentemente tales cimientos de claridad y aspiración racional del comportamiento del universo que se puedan comprender en los límites de una lógica alumbradora de explicaciones predictivas desde un caldo de cultivos de bácilos olvidado por los creadores como lo es el planeta mierda, es decir, el planeta tierra, planeta de visiones y divisiones. Pronto se aburre de ver el brutal porno que le reduce a la condición de antigravedad que sustenta los movimientos mecánicos de la gente diestra en el acto de copular. Se esfuerza por olvidar los miedos, por olvidar las propiedades que se desconocen de la materia y de la energía, por no hablar de las propiedades de la antimateria, olvidar el por qué parece abundar más materia en el universo que rastros de antimateria y otra vez volver a la conclusión de que nada se puede derivar desde este rincón de absurdófagos que sueñan con una mejor vida en otro espacio-tiempo que derivara en el olvido de la conciencia, núcleo doloroso y hostil de todo escape a medias. Una colonia residencial edificada hacia lo alto, conectada a través de ascensores, pasillos y pasos deslizantes. Finalmente el estudiante encuentra un sitio donde habitar. Es pequeño, sin embargo suficiente. Una cama para una persona, un televisor al frente, una mesa de noche y un escritorio al lado que contiene un block y un lapiz para escribir. Todo lo que necesita por el momento. En la terraza construcciones metálicas de arquitecturas similares a las del artista Erick Van Egeraat se alzan con formas que simulan derretirse ante un ocaso estival de dimensiones épicas como las representadas por El Bosco. De nuevo la ciudad ha sido todo lo que ha tenido entre sus ojos. Nada le maravilla y es otra hormiga dentro de la gran maquinaría alumínica que le rodea. Pero su corazón cismático sigue perteneciendo a las galaxias en colapso. De nuevo el atajo que lo conduce al desvío. Mitad roca caliza, mitad sugerencias de un bosque mutilado. Leña y troncos calcinados a su camino, volver a caer y levantarse apoyado en un saliente de roca que podría ser sedimiento de huesos porosos. La grieta al interior de la espesura finalmente llega a un descampado. He allí un viejo restaurante. El sabor de gasolina en el interior de la tráquea se hace imposible, como si fueras un ser para el nitro. Estúpendo día para comida en campiña. Los hombres llevan pedazos grandes de lomo y canastas de cerveza para regocijar su apetito; es que el apetito de los hombres buenos es insaciable. Para llegar a ellos detrás de la cocina es necesario pasar por donde los suministros de abundante comida. Es carne sembrada que nace desde el mismo interior de la greda. El cerdo cuelga en sus iluminados ganchos por su propia voluntad. Pronto empieza a atravesar por sus pieles lisas. Una piel tan noble que podría ser humana. Un cerdo que cuelga agarra una sierra y empieza a mutilarse sus propias extremidades. Es interesante ver la maestría con que se amputa una pata; ahora es necesario ver cómo se las arreglará para cortarse la otra. Desde lo que en el hombre se llama el omoplato empieza a cortar con la sierra y sube -hay que ver que está colgado patas arriba- hasta el bajo vientre. La sangre brota y abre un camino para que del interior del alimento surja su interesante composición llena de tripas, órganos y coágulos de colores rosáceos y vino tintos. Las trompas de los marranos se vierten en tarros de plástico y metal que se despachan de inmediato a los grandes calderos donde los hombres esperan bebiendo de sus cervezas. Es como si se comieran entre el uno y el otro-vecino sin mayor interés que vaciar la lata de cerveza de sus manos. De nuevo encuentra su lugar y esta vez podría llegar a su hogar, de este inmenso paisaje que mejor conoce, pero entiende que está atrapado entre la espuma que nace de la sangre que brota de los cadáveres mutilados. La espuma del universo que te permitiría atravesar vastas dimensiones universales tal como lo comprendieron Einstein -Rosen. Es cierto que no llegaría a su lugar panorámico donde podría apreciar la muerte del universo devorada por las aguas oceánicas de un mar que no pidió nacer. El estudiante es terrible, es terrible. Otra vez este familiar sueño de deambular por una ciudad cuyo nombre conoce y en cuyas calles se podría pasear toda la vida. Pero la vida que él comprende no existe, es parte de un sueño cuyo despertar ha llegado como una tábula aplastante de vidas no imaginables. El cerdo se detiene en sus ojos y sin miramientos se orina en la greda desde la que nace. En esta espuma de pavor ya podría volver a verse con la inocencia de sus ojos cuando niño. Un atardecer en el que se quedara fijamente contemplando el infinito azul desde el porche de la casa de su abuela en esa calle sin pavimento pues no se requieren cimientos para esta tristeza. Las lechuzas zurcan los cielos nocturnos como si conocieran sus nombres. No existe una muerte a la que esperar siempre que esto no es más que una espera. Las estrellas, un presagio de la muerte que alguna vez lloró invocándolas. El contacto se ha realizado en el desasosiego interior de una noche velada con la ventana clausurada. Las propiedades de la materia que desintegraron a los dioses. Una energía negativa reposada sobre el ronquido del estudiante que golpea sus libros en sueños y sabe que antes antes antes antes antes antes.... antes estuvo acá. Ahora se encuentra nuevamente en sueños y se pierde y es cuando recuerda las imágenes dolorosas provenientes de este delirio, pues no sabe a dónde tomar luego de haberse reconocido en quien vive el sueño que él no recuerda haber sido alguien que se acostó, sudando, preguntándose por qué el universo está adentro de su totalidad de subátomos.