Wednesday, September 26, 2007

the cave

LA CUEVA



Ficha técnica:

Título original: The Cave
Año: 2005
Director: Bruce Hunt
País: USA y Alemania
Guión: Michael Steinberg & Tegan West
Música: Johnny Klimek & Reinhold Heil
Fotografía: Ross Emery
Locaciones: Bucharest, Rumania. Yucatán, México.


Transcurren los años 70's en medio de la guerra fría, en algún lugar perdido en los montes cárpatos, en Rumania, un grupo de cazadores de fortunas encuentra una misteriosa iglesia asentada justo en la boca de una cueva. Fascinados con el hallazgo penetran el lugar. Al remover lo que parece ser la entrada a la cueva se desploma la edificación y quedan atrapados en una claustrofóbica penumbra.

30 años después, un grupo de geólogos locales encuentra lo que parece ser un vasto ecosistema autosuficiente ubicado justo debajo de unas ruinas de una iglesia. Lo que parece ser la entrada a una cueva. Llaman al equipo de buceadores de cuevas más sofisticado de USA mientras estos realizan exploraciones en Yucatán, México. La tarea que se les asignará será tal vez la más ambiciosa a la que se verán expuestos en sus vidas: explorar todo un sistema de cuevas y grietas submarinas con un ecosistema propio que desconoce la superficie y la vida exterior desde tiempo inmemorial.

Lo que sigue es una fantástica cadena de especulación, deleite visual, atmósferas cargadas de un vértigo hacia lo desconocido e indicios inteligentes de una estructura de película formal dentro de un film B.

En efecto, una de las críticas que más ha soportado La Cueva es la de quedarse corta ante las exigencias de un guión que requería más escenas de corte gore - lo cual implicaba un género mayor al de 13 años en que está clasificada actualmente- y que ante el afán de querer encajar como una película B, lo que la incorporaba a una economía de ritmo de acción constante, se haya perdido los intertextos que justificaban la totalidad de la historia y no se entienda en muchos casos la motivación de los personajes para ejecutar acciones, que sin la claridad de sus propios intereses, parecen impulsos de personajes desesperados y dementes. El recurso del director consistirá en estos guiños inteligentes, pero que de alguna manera no salva la historia de no tener una base sólida que permita al espectador sentir un grado de afecto por los personajes. Además que son muchísimos los personajes para mi gusto.

La fantástica cadena de especulación: al llegar a la iglesia uno de los expedicionarios se pregunta qué hace una iglesia en la entrada de una cueva. La respuesta inmediata es que las cuevas eran objeto de culto de las sociedades paganas ancestrales, las cuales creían en todo un mundo subterráneo yaciendo desde abajo, en el interior de las montañas. La creencia decía que al llegar la iglesia católica a estos lugares se enfrentó a demonios alados, los cuales fueron vencidos por el poder de Dios. Como una evidencia de esta lucha se construyó la iglesia como una promesa de la superioridad de Dios sobre las criaturas del submundo. De todos modos, reconoce el investigador, no era sino una manera más de imponerse la iglesia sobre los otros ritos. Ahora bien ¿qué hay de cierto en estas hipótesis y cuánto de falso? Una cosa es cierta: la obsesión de la iglesia por conquistar estos lugares indomables de la naturaleza y demostrar que hasta allí también llega el poder de Dios, asentando allí su morada en las iglesias. Como si la majestuosidad de la naturaleza quedara relegada a un segundo orden ante la majestuosidad de Dios. En este caso, es un hecho que existen iglesias construidas en las entradas de algunas imponentes cuevas.

Por otra parte, la película se plantea la cuestión de si en realidad estos demonios a los que hacia referencia la mitología no se trataban realmente del proceso natural y biológico de una cadena alimenticia dentro de un ecosistema autosuficiente. La ciencia conoce la mutación real que ejercen algunos parásitos sobre los organismos de todo un ecosistema a beneficio suyo. Es el caso del desorden más atroz que conozca la naturaleza en la morfologia de las ranas. En cierta parte del planeta se conocía el triste caso de una rana que empezaba a mutar de una manera completamente desconocida y espantosa, pues la mutación le generaba nuevas extremidades a manera de parodia y podía darse el caso de aberración de una rana que contara con más de 20 de estas paródicas extremidades por todo su cuerpo, lo que lo obligaba a permanecer en un estado casi de total reposo hasta la sentencia última de la muerte. Se pensó en un primer momento en un caso aislado de mutación. Pero cuando las investigaciones fueron brindando resultados se descubrió que era sólo parte del proceso de todo un ciclo de alimentación y sobrevivencia de un parásito. Empezaba como la forma más primitiva, casi un embrión que resultaba digerido fácilmente por un pez, el pez experimentaba transformaciones que lo convertían en presa fácil de las ranas. Así mismo las ranas empezaban a experimentar estas mutaciones lamentables en su organismo, las cuales le entorpecían considerablemente el movimiento, lo cual las convertía en presas indefensas de las aves que transitaban el lugar. Estas aves a su vez volvían a soltar el parásito al mundo a través de las excreciones y así es que llegaban de nuevo hasta su primigenio medio ambiente marino.

Otro componente fundamental de la película es la propuesta estética.

Al rodar desde escenarios naturales, los más cercanos a los que exigía el desarrollo del guión, la historia se enriquece sustancialmente de los colores y ambientes que genera este tipo de locaciones naturales. El director de fotografia, un reconocido especialista en rodar escenas submarinas, explotó al máximo la gama de colores y tonalidades que ofrece el agua desde un ambiente enclaustrado. En dicha circunstancia el color del agua se torna cristalino y homogéneo brindando una sensación de espejo esmaltado. Es de resaltar la primera toma en que el equipo es tomado de espaldas dirigiéndose a la primera cueva en seco. Junto sus sofisticados trajes de buzo y su equipo, la vasta extensión del agua que los recubre hace pensar en la semejanza que podrían tener con un equipo de astronautas gravitando en el espacio. Lo cual creo que es la analogía justa que se buscaba perseguir.
Por otra parte, todo el diseño gráfico de la película es altamente elaborado; desde las gráficas que simulaban los equipos técnicos de la expedición hasta las subjetivas de los monstruos, todo el trabajo era sumamente cuidado en detalle.
El diseño de los monstruos también puede ser uno de los aspectos más frustrantes de la película. Los monstruos son increíblemente similares a los de Aliens y un espectador desprevenido, que no tenga en cuenta las otras cosas que se están jugando alrededor del monstruo, puede creer que se trata de una versión algo extravagante de Aliens. Completamente desafortunado, porque se pierde de una manera considerable la parte antropomórfica que se deseaba para el monstruo, pues a juicio de los guionistas "no existe nada más aterrador que algo que parezca humano".
La Cueva seguramente al no ser una película de autor, ni tener la repercusión de los medios farsantes intelectuales, esta condenada a ser otra película de consumo que se pierde en la basura de la máquina de los sueños. La defensa de los creadores, escritores y gente que participó en la experiencia se escuda en el lamentable recurso de la versión extendida de la película. Les digo algo, una película lamentablemente no es lo que la película quiso ser o no pudo ser sino lo que fue. Por lo que escuché muchas buenas escenas fueron cortadas a beneficio de abarcar una categoría mayor de audiencia. Es un error pensar que la película se remedia con la inclusión de estas magníficas escenas, puesto que la gente ya vio la película y ya vio lo que esperaba. Seguramente un desencanto en la primera impresión de la película no genere muchas expectativas para volver a ver la misma película sólo que con más escenas. Cualquiera pensaría que eso es absurdo suponerlo. Es lógico pensar eso.
Pero mierda. Pienso en que finalmente la historia no es mala. La estética es del putas. Los actores todos son unos novatos pero hay una especie de fascinación en no ver caras conocidas -películas conocidas- en una nueva película, porque lo hacen sentir a uno que en realidad hay algo nuevo. Una película como La Cueva, que es capaz de descubrir un mundo, como los buenos libros de ciencia ficción, y generar todo un universo propio a partir de él es una película que no vale la pena perderse.
La Cueva es una película estupenda que se mueve con facilidad en el movedizo terreno de la ciencia ficción y el horror. Jack, el personaje principal, tiene que tener un final trágico e imposible. El final de La Cueva no es el happy ending americano y eso se anuncia desde el principio de la película. Cuando Charly, la escaladora del grupo, le pregunta al Dr Nikolai cómo fue el final entre la contienda entre demonios y sacerdotes. Nikolai se ríe y finalmente la que contesta es Katheryn: las historias nórdicas por lo general no terminan de un modo muy optimista.
Jack es el capitán Nemo. El que lucha contra su doble naturaleza de monstruo y humano. También es el que tiene el control del destino de sus compañeros. Es su decisión pero debe tomar partido. La referencia a las viente mil leguas de viaje submarino está siempre presente en la narrativa y la estética y creo que el viejo Jules Verne fliparía con esta historia.
Por esta razón, cuando uno queda pensando después de los créditos qué mierda fue lo que miró y empieza el piano introductorio y luego la canción de Nightwish uno siente que las cosas no estaban tan desbarajustadas a fin de cuentas.

Nemo.

Nemo fue el nombre que pronunció Odiseo cuando Polifemo le preguntó su nombre momentos antes de ser atacado, mientras dormía. Luego el cíclope herido en su único ojo, quedó sumido ante la impotencia, puesto que al preguntársele por el nombre de su atacante respondía Nemo que significa Nadie.

Monday, September 24, 2007

Pretty and Cruel Dictator

El presidente de las repúblicas tristes Anhnicos Quebrànthadus fue invitado a la Universidad de Colombia en Bacanalandia por el presidente de dicha institución, Bruce Lee, quien en una apasionada presentación a la comunidad estudiantil de futuros imbéciles no tardó en tildar a dicho presidente como: Puro y Cruel Dictador.






Durante la conferencia el presidente de las repúblicas tristes insistió en la particular iniciativa de su gobierno por fomentar a profundidad el desarrollo de ciencias teológicas y en todas aquellas que conciernen a la investigación de los estados emocionales de las taras que han azotado a la humanidad por eones incluso antes de la existencia de la tierra.


"Es necesario divulgar al público el conocimiento de la impotencia universal del hombre, incluso desde antes del nacimiento de la vía láctea, como una serie de condiciones improbables de dolor y sufrimiento acumuladas en los gases espaciales desde incluso los primeros tiempos del mismo espacio".


Esta referencia al potencial científico de las deprimidas repúblicas tristes por parte de Anhnicos era una mención explícita al controvertido hallazgo de material nuclear dentro del territorio tristánico. Hallazgo que pone sobre el tapete una posible crisis nuclear entre el país del ocaso que se traga la sombra y Bacanalandia, quien ha amenazado con atacar si no se desactivan las plantas nucleares existentes en el territorio crepuscular.


"No queremos usar este arsenal atómico sino como materia de investigación quántica sobre la catástrofe y sus orígenes metafísicos. No se debe ver como una amenaza a la raza humana. (...)Tenemos conciencia de lo que implica el desmoronamiento sustancial de las cuerdas sensibles a un nivel micro/macro cósmico, lo que implica que el dolor perdura, incluso multidimensionalmente. El hombre sólo es un receptor imbécil y en nada altera su presencia a este nivel endemoniado de sufrimiento y crueldad. (...) La raza humana puede seguir embebida de sus narcóticos mientras todo el universo entero gime"


La ocasión se prestó también para una dosis de nostalgia, en la cual el presidente rememoró sus años de Universitario en el campus A J de la Interzona.


"Yo que me formé tirado en un rincón, mudo de tanta droga sobre mi cabeza, el frío sobre los cuellos cerrados de las chaquetas, escuchando música de Depeche Mode y no debatiendo sino en el silencio. Veía como la tarde se tragaba los edificios blancos de la Universidad y mi corazón latía a mil pulsiones sobre segundo. Una tristeza que se tragaba el resto de nosotros. Era claro que a ninguno le salía lágrimas, aunque preferíamos mantener la mirada sobre las agrietadas paredes que mirar afuera, a los últimos rayos del sol que insultaban nuestras prematuras quiebras. De repente no eran sino sombras podridas las que restaban el resto de la noche".


En la ronda de preguntas los estudiantes aprovecharon para confrontar el controvertido mandatario respecto sus políticas con la población femenina, gay y académica. Las respuestas de Quebrànthadus fueron terriblemente evasivas y chocantes, por ejemplo cuando afirmó que no existía población gay en su territorio:


"Sí, porque bien saben ustedes que el sentido original de la palabra gay remite a la jovialidad, lo jocoso. Tenemos el caso de la Gaya Ciencia de Nietzsche. En nuestro territorio eso no existe. La ciencia es terriblemente apabullante y desgarradoramente inconsolable. Y hasta los Maricas de nuestro territorio son Maricas Tristes".


Respecto al feminismo afirmó, parafraseando a Bufalino, que se trataba de la primera revolución que la historia conoció en que el amo se sublevaba contra el esclavo.


Sobre la comunidad académica se refirió en un tono más personal e íntimo:


"Conozco gente más valiosa en las video-tiendas y en los talleres de mecánica que en los siniestros puestos de profesor catedrático. Ustedes se pueden quedar con sus celebridades académicas y su sistema de jerarquías lame-culistas, envenenándose con la cal de las mórbidas tizas, mientras yo recuerdo a Bukowski tirado en un andén con una botella de vino y a Henry Miller trabajando en el sistema postal de USA".


Al final de la sesión, la comunidad estudiantil abucheó al mandatario y a la salida centenares de estudiantes hicieron presentes sus emotivas protestas.




Friday, September 21, 2007

GODDESS LAIN



Han pasado dos años desde que dejamos que la fantasía de la red se materializara en otro orden de fantasía en otro orden de red.

No mueras Lain.

Thursday, September 20, 2007

Señora

  • Gran parte de este texto es un plagio a un magnífico fantasma que suele escucharme y susurrarme desde los bloqueos centrales de mis nervios vueltos rotos y que él como yo (otro fantasma) y que él como yo...


Como las primeras náuseas se transportaba en su nave por los espacios siderales en una velocidad estática e infinita, por las nubes de gases satelitales que se desprendían de los hornos de cremación de las condiciones de todo pensamiento condicionado a una condición. Como un disparo emitido desde el vacío para el vacío. A pesar de los husos horarios era como si la noche, cual puta virgen, no temiera abrir las piernas y enseñara la menarquía del primer día de primavera. Ya se podía oler, aunque no se tuviera nariz para ello, el renacimiento floral de la desgracia con todas sus consecutivas ruinas. Para ser su fantasma y aniquilarlo. Tener fe. Todo como una apuesta para dejar de ser uno. Blusa azul celeste, Lucia tiembla las piernas, no hay escotilla para esta noche que no conoce de primaveras. Sólo insinuaciones de lo impronunciable. Abdicación. La inspiración no la conozco. Detesto haber estado siempre ahí yo de nuevo. Un fracaso de la ausencia y qué victoria. Flamante, flamante victoria de lo no de nuevo en el barrio santa fé clamando por una puñalada. Un fantasma no puede plagiar un fantasma. Invocarlo? Tal vez, viejas canciones mortales: a quien no conoce de caricias como un minutero que se congela para seguir andando. Básicamente ir al límite del desespero y que aún de ese modo, la nave de las frases se conduzca a través de un universo enteramente repulsivo. Uno se cansa y por eso se plagia. Plagie, plagie siempre. Plagiar la incertidumbre y que ella lo plagie a uno. Porque a mí me atraviesa como bala de rifle la luz azul del día que oculta la muerte y, estúpidamente, no se calla, no atraviesa, no es la muerte aunque esté impregnada de ella, esa maldita luz estúpida del día que no se calla y es azul como un cerebro muerto dentro del mío. Todo embadurnado de ella, del azul que me hace estremecer y revolcar como un perro agonizante, en las aceras bañadas de la luz del día que me proyectan como un muerto puro, un muerto al que nada rescata, esos ojos que brotan desde su inmersión. Adquiero el ligero tono de la sabiduría del baño público. Un calor que emana desde los rectos, como panes recién salidos del horno, sólo que no nos enorgullecemos de ser su levadura. Mi cuerpo, al que le quiero otorgar propiedades sexuales y delicias carnales, se reduce a la levadura del pan que emerge de mi culo. Vaya alivio me brindo mientras vomito sangre en los baños públicos: qué sería de este bollo sin la levadura que maternalmente ofrezco como cuerpo. Está en mí el suicidio. Está en mí, como si de verdad la muerte estuviera a la esquina. Esperando. Nada. No está en mí el suicidio. Está en los planetas de las primeras náuseas. Decir esa palabra positiva, afirmativa, vital, es una necedad sin límites del orgullo por salir de esa letrina. En cambio uno puede concebir algo superior fijado en la miseria. Porque es miseria y moscas que patean los genitales. Son templos. Uno puede llorar del miedo ante la muerte pero por qué no lo puede hacer ante el miedo a la mierda? Qué verdad jocosa ocultan los excrementos de toda una tarde? Qué verdad jocosa ocultan los excrementos de toda una tarde. Ahora seamos felices, como simios arrebatados a la naturaleza y arrojémonos mierda cada uno al rostro del otro. Esta es mi verdad jocosa que tienes que digerir para digerirme. Ahora me encuentro llorando mares sentado en la letrina. Como si me avergonzara de ser una buena pléyade. Capaz de arrancarme hasta el último pelo del culo grito por ser oído por algo más que la noche que proyecta mi culo arriba, volviendo a las traqueas desesperadas, a los ojos que ya no ven su interior, al cerebro que se aferra a una columna que no alcanza las posaderas. Este soy yo: una masa vertebrada de carne y mierda que llora y desgarra la voz cada vez que no oye su entera soledad en el universo ...

Tuesday, September 11, 2007

ESTA NO ES UNA PLATAFORMA LEGIBLE

little wonder then

little wonder

you little wonder

little wonder you.


Prueba este experimento que yo no he hecho. Arrodíllate en señal redentora ante el mundo, ante el espacio del mundo, agáchate y con tus manos en pinzas trata de agarrar la finísima tela que recubre este planeta, por debajo de tus pies, a pocos centímetros apenas por encima de la superficie terreste.

No hay cosa que encuentre más estimulante que el poder presenciar una maravillosa conversación. No siempre de manera activa, algunas veces me encanta sencillamente sentarme en una mesa y escuchar una estupenda conversación que mantienen los vecinos de mesa. Sé que esta realidad me convierte de inmediato en un chismoso, un tío que debería ocuparse más de sus asuntos, una lavandera o una peluquera, un teleconferencista no invitado.


Una realidad que no siempre me ha dejado invicto. Recuerdo una vez en un supermercado en Arauca. Unos tipos estaban hablando de asuntos muy turbios y yo, siendo un surrón de 13 años, no podía dejar de escucharlos. Uno de los señores amenazó con propinarme una cachetada por no atender mis propios asuntos y asustado salí a la carrera a la calle.

A veces salgo con el pretexto de leer un libro en un café, o sencillamente agotado por una larga caminata en la ciudad me siento en algún lado y dejo que suceda.

Fue lo que sucedió esta mañana. Salí con el ánimo sincero de leer un libro en el único local decente en una bahía grasosa y mal oliente donde los niños ricos llevan a sus novias a comer pinchos, chorizos, hamburguesas o cualquiera de esas cosas que atentan contra la figura que debe tener una novia de un niño rico. El local consiste en un espacio de no más de 4 metros de largo y 2 metros de ancho. Los metros de ancho se ven seriamente afectados por la invasión de un horno y un mostrador, donde los panes y bizcochos esperan una pista escalofriante que absorbe los párpados muertos del agotamiento de millones de cabezas de pollos y un retorcimiento de toda realidad que llamamos dimensión normalizante de las vidas sanas.

Para agravar la situación de espacio se contraponen dos mesas. Las dos mesas constan de cómodas sillas altas y elegantes para asentar los traseros bajos y vulgares. Por la evidente falta de espacio el recurso para acomodar de una manera razonable las sillas es ubicando una en medio de las dos mesas, otra al extremo de cada mesa y una tercera en medio. No existe cuarta silla para ninguna mesa porque allí limita la pared, como una cruz, exactamente como una crucifixión para algunos. Como yo que a veces me río solo, no porque me sienta contento. Como yo siento que esta pared me cae encima y me aplasta. Y brota un río de sangre de vampiro. Y todo sigue igual: las mesas, la pared y yo. Pero el olor del río de sangre de vampiro no se desvanece de la misma forma. Perdura. Como la pared y lo que significa tenerla encima, aplastándome hasta el último rincón de mi conciencia. Ayyy ya la serpiente que ven los que ya no razonan. Ayyy qué daño, ya la serpiente. Considerablemente los juegos lógicos. Suena ya la serpiente que quiero me deje y la noche, la pureza de la noche, la luna que ya no se petrifica en este mundo.

Fue lo que sucedió. Llegué al único establecimiento decente de esta zona indecente y una mesa estaba enteramente ocupada y la otra, medianamente ocupada. A pesar de la molestia le pedí permiso al señor que estaba ocupando medianamente la mesa y me senté en la única silla disponible. En esta mesa, el señor tenía su maletín de portafolios. Lo quise levantar pero él se molestó y le propuse ponerlo encima de la mesa. Me rapó su propio maletín y lo abrazó como se abraza a un niño o a un libro. Sacó de él un emparedado, dedicadamente envuelto y sentí alegría por él, tenía una mujer que se esmeraba en su felicidad.


Pedí mi habitual buen café. El café de este local es bastante bueno. Has notado que últimamente se está tomando buen café en los establecimientos de Bogotá? Esto se debe al auge de las máquinas expreso y que se está comprando por lo general café de calidad excelso, y muy a menudo, los mismos establecimientos se encargan de comprar el café en grano para poder molerlo y tener toda el control de su preparación. Es una buena cosa para los gusanos cafeteros como yo que no podemos vivir satisfechos sin un buen café en el día. Aunque por lo general muchos cafés no alcanzan a remediar el constante acoso de la realidad, un buen café hace las veces de una buena canción, o un buen libro, o una buena conversación: estimulantes.

Me tomaba mi buen café y al lado tres señores de edad bastante avanzada desayunaban. Me observaba un pájaro de ojeras caídas y ojos azules que recordaban por contradicción el cielo. El otro, un hombre de contextura gruesa, nariz aguileña y barbilla irreconciliable con sus arrugas. Un perfecto ejemplar de asesino italiano, de no ser por su falta de elegancia, lo que lo delataba como colombiano. El tercero, una espalda gigante. Evidentemente el más viejo, por su escaso pelo blanco. En un momento que se giró levemente pude ver también sus opacos ojos azules.

Un delicioso olor a leche me embargo desde la taza de café con leche de mi vecino del emparedado. Lo observé y vi que tenía una carga de propiedad en su barbilla que envidié. Control absoluto de asesino. Se levantó, pagó y afuera se encontró con otro hombre de una edad aproximada a la suya y lo saludó efusivo. Reparé en su conversación y me enteré de su oficio como vendedor. Al parecer le estaba vendiendo sus productos para un local. Otro hombre, de unos 60 años, delgado y pequeño, lo miraba con interés y sin ninguna clase de discreción. Obviamente consideraba al vendedor como alguien inferior. Pero a la vez se notaba que miraba a su compañero, el que negociaba con mi antiguo compañero de mesa, como superior. Noté que era un lamezuelas. El vendedor se fue tratando de disimular alegría y optimismo. Por lo general admiro a los optimistas. La manera en que pueden abstraer su desgracia. Porque conocen muy bien su desgracia.

Me senté en el puesto del vendedor y traté de concentrarme en la lectura. Fuertes oleajes de viento y palidez llegaban desde la ventana y me obligaban a acurrucarme sentado. Fue cuando la conversación de los tres señores me cautivó.

El pájaro le preguntaba al más viejo si un amigo alemán estaba casado con una mujer colombiana. El viejo le respondió, con una risa: Una colombiana? Una colombiana no le hubiera aguantado. El pájaro: uy sí, esa mujer de él sí que es brava, como una santandereana. El viejo le respondió: Sí, esas hijueputas alemanas son tan bravas como las santandereanas. Y siguieron riendo. La conversación me atrajo y pedí un jugo de naranja. El pájaro hablaba sobre una posible riña. - Y esa mujer le dió en la jeta, imagínese. Y eso que cada mano de Hans es como esto: Hizo con sus manos el ademán de unas manos muy gruesas.

Me pareció interesante la informalidad de sus términos, el desparpajo de la conversación entre señores bastante adultos y sobre todo, ese nivel de secreto reconocimiento en una condición.
Una condición extranjera, eso era apenas obvio. Pero de dónde eran estos señores? Ahora hablaban de hatos, ganadería y tierras. Hablaban como llaneros. El más anciano perfectamente podía ser un hacendado. Finalmente, conozco muchos llaneros de ojos azules. Nada extraño. Y finalmente, también, no son los llaneros unos extranjeros en este país de rolos, paisas y costeños? No olvidar: boyacos, tolimenses, opitas, caleños. Pero, un llanero? Los llaneros son lo más extraño que se pueda concebir en un país tan mezquino como Colombia. Y, no obstante, los llaneros son orgullosos de ser colombianos. Orgullo que los ha llevado a la marginalidad, al olvido, al desinterés de los gobiernos, a la explotación de las petroleras, a la violencia de los grupos armados, a la pobreza en una tierra naturalmente rica.
El viejo le comentaba al otro, que también era viejo pero no tanto, sobre su hijo. Le decía que no estaba en capacidad de darle más hectáreas por su problema con las mujeres. Ni siquiera por el trago. De lo tanto que había bebido ya no podía tomarse una cerveza porque enfermaba. Pero las hijueputas mujeres eran lo que lo tenían mal. Hasta ahora sólo le dejaba 20 hectáreas, sin papeles, porque apenas le diera papeles era fijo: llegaba una mujer y hasta ahí le llegaba la tierra.
Otra vez risas. Yo trataba de mantener mi atención en el libro pero los temas que tocaban eran tan agradables, tratados de una manera tan sincera y despreocupada que me resultaba imposible ignorarlos y dejar de llevar mi pensamiento en el curso que la conversación de ellos iba moldeando.
La mujer es la natural enemiga del hombre. Lo contradice pero a la vez lo seduce. Lo lleva más allá de sí mismo y es el horizonte que le estropea los horizontes. Un hombre no puede prescindir de una mujer que a la vez es su problema. Un hombre ante una mujer siempre será Adán y una mujer frente a un hombre siempre será Eva. La mujer es la primera en morder la manzana, la primera en perder el paraíso, porque está embebida de amor. Pero el hombre, plenamente conciente de la desgracia de su mujer, es capaz de abandonar el paraíso y someterse a una locura peor porque es conciente de su locura. Ambos ahora cruzan eternamente atados, el uno al otro, las ruinas de sus paraísos perdidos. Dolls: Takeshi Kitano.
El señor que yo he llamado pájaro le pregunta al más viejo: Cuántas hectáreas tienes entonces? Hago el cálculo aproximado de unas 210 hectáreas, responde el señor. Y a cuánto vendes cada una? Creo que respondió 10. Pero no sé si 10 millones o 10 hectáreas o 10 qué? Tal vez no escuché bien. Así que hablan sobre conflicto armado. Y hace cuánto no va la gente para allá? Constantemente van. Esto no es como era antes. Hace unos años.
Vuelven a retomar el tema de los hijos. Esta vez los hijos de Hans. Que son muy queridos en B. Son altos, monos. Todos unos alemanes. Y la gente los quiere mucho. La mamá es una señora muy brava, como toda alemana, pero hermosa. Algo deben pagar, porque no es natural que a uno no le pase nada sin pagar. Y ellos viven bien allí en B. desde hace mucho. Algo deben pagarle a alguien.
Ahora hablan de impulso al desarrollo técnico. El logro de Hitler, según el anciano. El pájaro de ojos azules dice no saber nada al respecto, que por favor le cuente. Sí, después de la primera guerra y antes de la segunda guerra el gran logro de Hitler fue darle un fuerte impulso técnico a la deprimida industria alemana. La cuestión es que la segunda guerra desfiguró todo.
Y este es un país muy hermoso, sabe, sigue el anciano. Sólo que el campo está olvidado. Le falta el impulso técnico. La maquinaria. Así que suelta una cifra que otra vez hace abrir la boca al señor que está al frente mío, al que le decíamos pájaro por su forma de la cara, pero al que le dejaremos de decir así porque este país está tan mal que hasta los pájaron tienen una connotación negativa. El viejo sigue. Colombia es un país muy rico. Además de rico es muy grande. Sabe cuántas veces Colombia es más grande que Alemania? Cuatro veces y medio.
El señor que está al frente mío no lo puede creer y le dice: O sea que si cojo un mapa, puedo coger a Alemania y meterla cuatro veces en Colombia? No, responde el anciano, cuatro veces y medio. Así que lo que falta acá es el trabajo y volver al campo.
Le pregunta entonces el más joven al más anciano que cuánto tiempo lleva en el país. 45 años. Ah o sea que eres más colombiano que yo.
Hacen disertaciones idealistas sobre el campo, como que es muy hermoso, como que son hombres del campo, como que de ahora en adelante ya no podrían vivir si no es en el campo. Y el anciano dice: por que yo antes que nada soy Técnico mecánico. El señor que los acompañaba hace tiempo se fue pero a veces vuelve, los escucha y vuelve a irse. Seguramente no es tan chismoso como yo. Pero me interesa el tema.
El señor que está al frente mío se acuerda de algo y dice: entonces tú eras aquel del gran taller en esta calle. El anciano complacido por la buena memoria de su amigo le responde que en efecto él era el gerente y que generó toda una escuela de excelentes mecánicos automotrices. Le pregunta entonces, como una inquietud natural, y debe ser una inquietud natural de los malditos alemanes: cómo crear un chasis.
Se detiene a explicarle un buen rato pero finalmente le recomienda un chino del sena y otro y otro. Y concluye, de una manera arrogante, afirmando: sabe qué, yo cree una escuela en Colombia con todos los que trabajaban conmigo.
Luego, pasan al tema histórico de nuevo. Quiere que le explique bien lo de Hitler. El viejo empieza diciendo: primero que todo Hitler no era alemán. El señor que está al frente mío no lo puede creer. No, era austríaco. Entonces era un berraco, responde admirado el interlocutor. Sí y su madre era judía. Está a punto de caer de un infarto y le pregunta en qué libros puede consultar, que el tema le interesa.
-la historia siempre me ha apasionado, me parece que son temas muy interesantes y que enriquecen.
-Sí, responde el viejo, y sobre todo lo que se aprende de la historia y la manera en que se puede aplicar a este país. Por ejemplo, Hitler, Hitler industrializó alemania. Una iniciativa similar podría tener un dirigente.
-Sí, pero el problema no es tanto de los dirigentes como de nosotros, que somos tan tontos de siempre elegir los mismos.
Ahora hablan sobre la banca de los judíos, otra vez igual de apasionados. Desde tiempos de Jesucristo han tenido el control de la economía.
-Claro, toda una tradición de comerciantes, con el trueque - y me retumba esa palabra en la cabeza: trueque-, el intercambio.
- Y la economía de Alemania bien deprimida. Hitler les dio lo suyo.
- Claro, lo que merecían.
- Bueno, claro está, nada puede justificar la acción de un dictador de estos.
-No, por supuesto
Pero el señor anciano, el más sabio, el que habla con tanta propiedad de Historia como de mecánica, no tiene el acento, ni los términos, ni los modos de una persona que se considera generalmente culta. No, tiene los modos bruscos, como sus términos, como su acento. Es una persona en realidad salida del campo, del trabajo en finca. Habla de cómo comercializar bien una tierra. De cómo abrir una trocha. Habla de estas cosas con la misma arrogancia que un campesino que habla con propiedad de la técnica a la que se ha dedicado toda la vida.
Cuenta que tiene su finca a hora y media de VC. Lo que es un adelanto científico sin precedentes por tratarse de estas tierras. Hace unos años costaba semanas entrar en ellas. Y sólo se entraba en tractor. El otro dice que ni en Bulldozer. Y el viejo le responde: el gran logro de Hitler. El bulldozer. El creador de industria y desarrollo en Alemania. El bulldozer.
Ahora hablan de un antiguo paraje en las afueras de Paris.
No sé por qué no hablan en Alemán.
Llaman al anciano al teléfono y el viejo contesta y tiene una conversación con lo que parece ser su hija.
El otro le pregunta al anciano cómo siguió su hija del estómago a lo que el otro le responde que bien. Pagan su desayuno. Se escandalizan un poco por los precios.
No son más que campesinos venidos de otras tierras. Pero campesinos llaneros, humildes -a pesar de todo- y trabajadores. Que sueñan con un buen futuro para Colombia, como todos los que queremos que esta mierda salga adelante.
-Esta tierra es muy bonita para trabajar.
- Sí, de no ser por tantos hijueputas.
Y pienso que en Colombia hay muchísimos hijueputas.


Sunday, September 02, 2007

Navidad 2005

El siguiente texto pertenece a Tadeshina, quien amablemente me permitió publicarlo en Malédiction.

La historia del texto se remonta a la navidad del 2005. ------------------------------------------------------------------------------------------------ ----------------------------------------

Días soleados de primavera. Lou observa con desgano la flácida y achatada salchicha suspendida en la punta de su tenedor. Han pasado varios días y todo lo que nuestro cuerpo consume se reduce a repetidas dosis del viscoso embutido, acompañado de sorbos de tequila barato.

Lou permanece sentado junto a la mesita del cuarto de estudio, que convertida en un improvisado comedor, concede el espacio justo para nuestros dos puestos. Se ve algo cansado. Reparo en la exagerada palidez de su rostro y pienso que todo se debe a nuestra mala alimentación, también me pregunto si ese vaivén enfermizo de su mano derecha es producto de aquella perversa dieta, o si será el resultado de las muchas horas acumuladas frente a la pantalla del computador.

Él sonríe, me doy cuenta que es una sonrisa de gratitud, que algún sentimiento de temporal felicidad lo invita a esbozar ese último trazo de alegría para mí, y aquel pensamiento me reconforta.

Descubierto, junto al árbol de navidad un ejemplar de Los siete locos de Arlt enseña su lomo y páginas vírgenes aún. Le propongo a Lou que salgamos un rato, que tomemos el sol y saquemos provecho de nuestros regalos.

Llevamos un par de sillas Rimax al patio y enseñamos nuestros pálidos rostros a la implacable luz del mediodía. Veo a Lou y su figura escuálida calentando el esqueleto a escasos metros de mí, por un momento me hace recordar a los ancianos de los hogares geriátricos que salen a tomar el sol en sus desgastadas sillas de mimbre, recreo en mi mente sus rostros impávidos que como figuras de cera esperan derretirse bajo el calor abrasador de la primavera.

Pienso que quizás ese momento de iluminación no sólo ocurre en sentido literal, que sus vidas petrificadas tras las verjas de ese pequeño jardín en el que reciben la gracia del caluroso astro, sólo transcurren con el fin de recibir ese único momento de claridad, esa luz que enceguece y sin temor se atreve a acicalar sus carnes desleídas como en algún tiempo lo hicieron las diestras manos amantes.